El sexo es uno de los temas que están a la orden del día, está en libros, las noticias, televisión, el cine, etc., y tradicionalmente se piensa que las relaciones sexuales tienen como principal protagonista el acto de la penetración. Aparentemente esta creencia se basa en el coito heterosexual o cópula, cuyo objetivo primario es la reproducción. Pero los encuentros íntimos también tienen carácter emocional, no solo reproductivo, y pueden incluir todo tipo de prácticas que van desde la masturbación mutua, pasando por los besos y el frotamiento, entre otras, circunstancias que no necesariamente culminan en penetración.

Pero el coito puede llegar a tener algunos inconvenientes. Por ejemplo, solo alrededor del 25 % de las mujeres son consistentemente orgásmicas, según publicó en 2005 la filósofa científica Elizabeth Lloyd en su polémico libro The Case of the Female Orgasm de la Harvard University Press, en el que recopila varias decenas de estas especulaciones y estudios sobre el orgasmo femenino, después de años de investigación.

Resulta que aparentemente las relaciones sexuales 'comunes' -es decir, con penetración- simplemente no proporcionan suficiente estimulación directa del clítoris para permitir que la mayoría de las mujeres lleguen al orgasmo. En otras palabras, las tres cuartas partes de las mujeres necesitan estimulación directa del clítoris para experimentar el orgasmo.

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Además, algunas mujeres nunca producen mucha lubricación vaginal, lo que puede hacer que las relaciones sexuales sean incómodas incluso con un lubricante, explica el estadounidense Michael Castleman, experto en sexualidad y autor de Great Sex: A Man's Guide to the Secret Principles of Total-Body Sex.

Alrededor de los 40 años, a medida que las mujeres comienzan la larga transición a la menopausia, muchas más desarrollan sequedad vaginal que los lubricantes pueden no resolver, y eventualmente la pared vaginal se adelgaza, lo que puede significar dolor en las relaciones sexuales.

En el caso de los varones, después de los 40, las erecciones de muchos de ellos se vuelven inconsistentes, lo que puede interferir en el coito. Entre ellos también se cuenta la disfunción eréctil, una situación que podría ser solventada con medicamentos, aunque en ocasiones ni esto es suficiente para el 30 % de los hombres que los toman, explica Castleman.

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Pero también algunas condiciones médicas pueden dificultar o imposibilitar el coito, indistintamente de la edad o el género. Aquí se mencionan la diabetes, enfermedades cardíacas, ciática, dolor de espalda, tratamiento contra el cáncer, entre otras.

Por ello tener relaciones sexuales sin necesidad de penetración es una opción para muchas parejas. Castleman explica que esta práctica necesita un poco de esfuerzo y ajustes por parte de ambos amantes

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"Involucra los mismos masajes, caricias y juegos que los terapeutas sexuales recomiendan a todos los amantes. Pero elimina el coito vaginal, enfocándose en todas las otras formas en que las parejas pueden disfrutar de un maravilloso placer genital", asegura el experto, quien señala que hacer cosas de manera diferente estimula al cerebro a liberar dopamina, sustancia química que aumenta la intensidad erótica. "Si adoptas algunos movimientos nuevos que no son de coito, hacer el amor sin coito puede ser más placentero que nunca", agrega.

Creencias, educación y porno

El médico y sexólogo Vincenzo Puppo considera -en entrevista con el portal El Español- que la religión y la mala educación sexual también han condicionado a las mujeres a creer que solo necesitan sentir placer y llegar al orgasmo a través de la penetración.

La pornografía también sería otra fuente que contribuye a seguir perpetuando mitos y confusiones sobre la sexualidad.

Un estudio de la Universidad de Quebec (Canadá) publicado en la revista Journal of Sex Research analizó las representaciones del orgasmo en los 50 videos más vistos del sitio web PornHub, para descubrir que —a diferencia de lo que ocurre en la vida real los clips porno muestran a la mayoría de las mujeres alcanzando el orgasmo a través de la penetración (vaginal o anal) sin estimulación adicional del clítoris.

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En estos videos pornográficos analizados se notó que solo la quinta parte de las mujeres aparecen llegando al orgasmo, en comparación con las cuatro quintas partes de los hombres. Los autores concluyeron que las representaciones del orgasmo masculino y femenino en la pornografía pueden servir para perpetuar creencias falsas y expectativas poco realistas sobre el orgasmo femenino y la conducta sexual masculina.

Preferencias

Un estudio de la Universidad de Indiana y la web OMGYs.com, empresa de San Francisco de investigación y tecnología que enseña a las mujeres todo lo relacionado con su sexualidad, indagó sobre las preferencias sexuales de las mujeres durante el acto sexual. La encuesta se realizó a unas 1000 mujeres de Estados Unidos con un rango de edad entre los 18 y los 94 años.

El estudio, publicado en la revista Journal of Sex & Marital Therapy, indicó que solo el 18 % de las consultadas se declaró satisfecha con la penetración para tener orgasmo seguro. El 36 % necesita además ineludiblemente la estimulación del clítoris, mientras que otro 36 % indica que "el orgasmo se siente mejor" con este último ingrediente, aunque no sea siempre un requisito.

Los investigadores, dirigidos por la sexóloga Debby Herbenick, señalaron que casi tres cuartas partes de las mujeres dicen que añadir la estimulación del clítoris durante la penetración es necesario para el orgasmo o que mejora sus orgasmos.

Parejas gays

La práctica del sexo sin penetración también sería común entre los hombres homosexuales, según los datos que arrojó una encuesta realizada en 2011 por la Universidad de George Mason, la Universidad de Indiana y el sitio de citas Online Buddies, Inc.

Esta encuesta en línea preguntaba sobre el más reciente encuentro sexual de casi 25 000 hombres homosexuales y bisexuales de entre 18 y 60 años en todo EE. UU., el mayor estudio de este tipo. Mostró que, a cualquier edad, solo alrededor del 35 % de los hombres (o menos) habían tenido sexo anal durante su último encuentro sexual.

El estudio arrojó que la gran mayoría de los hombres consultados -alrededor del 70 %-75 %- prefieren los besos, el sexo oral y la masturbación mutua. (I)