Queridos lectores, por cosas de la vida finalicé el 2019 e inicié el 2020 en Salinas. Fue una experiencia nueva para mí, ya que no la había vivido. Recibí algunas recomendaciones de amigos y conocidos que me alertaron diciéndome que esta celebración en los últimos años se había convertido en un caos, sin embargo, no le di mucha importancia, y basándome en aquel viejo adagio que dice: “Ver para creer”, me dispuse a observar.

Entre las 19:00 y 12:00 vi muchas familias caminando a lo largo del malecón. A partir de las 23:00 ya era un tumulto de gente. Impresionaba ver la playa llena de carpas y bebidas alcohólicas. Cerca de la medianoche, en plena playa se dio rienda suelta a todo tipo de juegos pirotécnicos. Fue atemorizante ver una pirámide de años viejos quemarse y, por supuesto, dejar todos sus restos tirados en la arena.

El ruido estruendoso de la música se mantuvo hasta las primeras horas de la mañana. Ver cómo la ciudad quedó destruida fue algo impactante, parecía que se había vivido una guerra.

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Es difícil entender cómo unas personas que visitan un balneario con fines recreativos pueden convertirse en unos depredadores del ambiente. Es algo que merece una reflexión, ¿qué está pasando para que se llegue a este nivel de agresividad, dónde estamos fallando?

Diría yo que este es un problema de amor propio. Falta quererse a uno mismo. Si usted se quiere, puede tener la suficiente voluntad y autoestima para cuidar de lo nuestro, sin importar quienes están a nuestro alrededor ni las situaciones o contextos en los cuales nos desenvolvemos. Usted pondrá la diferencia.

El amor propio se refleja en la vida y en las relaciones, en cómo manejamos nuestros sentimientos y nos proyectamos hacia el exterior, hacia las personas y seres vivientes.

Es la familia y la educación la que da las bases para construir y fortalecer el amor propio. Quien carece de autoestima también tiene escaso amor propio, lo que es grave, ya que sentirá inseguridad, desvalorización, descalificación, irrespeto, abuso. Todo esto genera una sociedad violenta.

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Evitemos actuar con indiferencia. Eso dice: Me estoy deshumanizando. No es gracioso que unos jóvenes se graben disfrutando de martirizar a un animal ni tampoco es una conducta normal que las personas destruyan una ciudad. Pongamos atención a estos episodios que no son aislados y construyamos un mundo más humano. (O)