La mayoría de ascensores tienen espejos ahí. ¿Por qué? Si lo primero que te viene a la mente son "para tomarse fotos" pues no estás del todo equivocado. Por otro lado, si consideras que su uso está ligado a razones de seguridad, la respuesta corta es sí, pero no del todo. ¿Confundido?

En realidad, desde que apareció el primer ascensor público en una tienda de Nueva York de 1857, la aparición de un espejo responde a un cúmulo de circunstancias, todas de sentido más bien práctico, aunque pudiera parecer que tiene más que ver con la estética.

1. Seguridad

La primera razón que llevó a las compañías a colocar un cristal: la seguridad. Y es que a lo largo de la historia los espejos de los ascensores han jugado un gran papel a la hora de detectar el robo e incluso predecir un asalto.

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Aunque no está del todo claro, se cree que Japón introdujo por primera vez el espejo con el único objetivo de la accesibilidad.

Los ascensores con plataforma pueden hacer que los edificios sean accesibles para usuarios de sillas de ruedas donde las escaleras representan un obstáculo. Sin embargo, el tamaño del ascensor puede significar que no hay espacio para que el usuario de silla de ruedas pueda girar dentro de él. ¿Solución? La colocación de espejos.

Estos ayudan a alguien en una silla de ruedas a retroceder o salir del ascensor de manera segura sin tener que girar. Además, puede prevenir accidentes y facilita la vida de cualquier persona con discapacidad física que use el edificio.

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2. Claustrofobia

La segunda razón: claustrofobia. Este punto no creo que haya que explicarlo mucho. Las características de muchos ascensores por su tamaño reducido pueden potenciar la claustrofobia.

El espacio pequeño, la falta de aire, o la incapacidad de ver lo que sucede en el mecanismo son factores que contribuyen a este tipo de ansiedad en espacios reducidos. ¿Solución? Tener un espejo en un ascensor ayuda a reducir dicha ansiedad. Porque los espejos ofrecen una sensación de mayor espacio.

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3. Distracción:

Sí, una de sus funciones está relacionada al ocio. Tomarse fotos mientras vas de un piso a otro, también.

En un ascensor no solo nos podemos aburrir.

En otros casos,dependiendo de la persona con la que estés, puedes sentirte incómodo. El espejo hace que el tiempo pase más rápido y que, ocasionalmente, puedas arreglarte rápidamente en caso de que hayas salido con prisa de casa o tomarte una foto.

Es muy común ver fotos colgadas en redes sociales de personas frente a un espejo: el auge de los selfies.

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Pocas personas se han resistido en la soledad del pequeño habitáculo a inmortalizarse en una de las instantáneas tan repetidas en Instagram y otras redes sociales. (I)