La actriz Angelina Jolie en su personaje de Málefica.

A la actriz Angelina Jolie no le gustan las despedidas. Mucho menos le gustó tener que enviar a la universidad a su hijo mayor hace unos meses. Maddox, el pequeño al que solía llamar Madness (locura), ya tiene 18 años y se fue a estudiar a la Universidad de Yonsei en Incheon, Corea del Sur, muy lejos de la casa de su familia en California. “Si te soy sincera, creí que los últimos días que pasé con él era yo quien lo estaba preparando para que se fuera”, dijo Jolie, mientras con una mano hacía a un lado su brillante cabello castaño para revelar sus ojos almendrados.  “¿Tenía los zapatos adecuados? ¿Anteojos nuevos? ¿Qué le faltaba? Como madre te esfuerzas para que esté listo y, de pronto, ya estás en el aeropuerto”.

Meses más tarde, Jolie aún se veía triste por ese momento, con su vaporoso vestido sin mangas blanco una mañana cálida de otoño en un hotel de Beverly Hills. “Era hora de despedirnos, y Maddox se quedó sentado junto a mí otro rato. Pensé que quería pasar más tiempo conmigo. Qué tierno”, relató Jolie. “Pero después me di cuenta de lo que en realidad estaba pasando. Mi hijo volteó a verme y me dijo: ‘Mamá, ¿estás bien?’”. 

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“Me di cuenta de que me había dedicado toda la semana solo a mí”, dijo. “Cuando Maddox me dio un abrazo enorme en el aeropuerto, supe que estaría bien. También supe que era el tipo de hombre que sabía lo que yo necesitaba, y me lo había dado de una manera muy amorosa”.

¿Y ahora? “Estoy bien”, respondió. “Pero ese día sí lloré”.

La vida de la actriz, cineasta y filántropa de 44 años ha cambiado mucho en los últimos años. Terminó su matrimonio con Brad Pitt, un suceso que llegó a los encabezados de los tabloides, al igual que la batalla por la custodia de sus hijos menores de edad.

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Angelina Jolie (centro), junto con sus hijos  Shiloh Nouvel, Vivienne,  Zahara y Pax Jolie-Pitt.

Por eso no es de sorprender que Jolie se haya refugiado en el trabajo, con proyectos como Maleficent: Mistress of Evil (Maléfica: Dueña del mal), en la que vuelve a interpretar el papel de la bruja vengativa que vimos en la película original, Maleficent (2014), el más grande éxito en su carrera de décadas.

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“Es atrevida, directa y un poco exagerada”, dijo Jolie sonriendo. “He pasado por muchas situaciones en mi vida… Por eso me dio tanto gusto sentirme fuerte de nuevo y divertirme con este papel. La adoro. Es una mujer fuerte. Me enorgullece mucho que me relacionen con ella”.

En el primer filme, Maléfica maldice a una niña, la princesa Aurora (Elle Fanning), pero después descubre que solo ella puede devolverle la paz a su tierra mágica. Surge una tenue relación de madre e hija entre ellas, que se pone a prueba en la secuela cuando la princesa, ahora adulta, se quiere casar con el príncipe (Harris Dickinson) de un reino vecino.

Pero, desde luego, no es tan sencillo. La reina Ingrith (Michelle Pfeiffer), la madre malvada del príncipe, ha jurado acabar con las criaturas mágicas del bosque cercano y lograr que los humanos dominen el mundo. Tal vez Maléfica sea la única que puede detenerla.

Detalles del filme
Jolie recibió la secuela con los brazos abiertos. La historia explora aún más a las familias que, a primera vista, parecen no estar relacionadas. “La gente nos dice que no podemos ser familia porque no somos todos iguales”, dijo la actriz, que tiene tres hijos biológicos y tres hijos adoptivos provenientes de Camboya, Etiopía y Vietnam. “Quizá no nos parecemos, quizá no somos iguales. Me preguntan: ‘¿Cómo puedes ser la madre de este grupo?’. Por eso la película tocó una fibra en mí, pues pensé en mi familia. Maléfica llega a preguntarse: ‘¿Soy suficientemente buena para ser madre?’. 

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Maléfica en su segunda entrega.

“Creo que la diversidad en las familias nos hace más fuertes”, comentó Jolie. “Nos ayuda a encontrar un mejor camino hacia delante. La idea es que seamos mejores. Estamos unidos por una razón. Estamos juntos. Lo que les decimos a los demás es que este es el mundo en el que elegimos vivir”.

“En la película amo a una hija que es muy diferente de mí, pero eso es algo hermoso porque el mensaje es que las conexiones emocionales forman familias”, dijo. “La veo exactamente como es, y no quiero que cambie. Y ella también me conoce perfectamente a mí”.

Mistress of Evil no fue una película muy fácil de hacer. Maléfica a menudo se transforma en un ave gigante, por lo que tuvo que ponerse trajes llenos de garras, picos y plumas. “Me piqué muchas veces cuando los huesos del disfraz de ave se alzaban”, confesó Jolie. “Fue difícil, pero en estos papeles todos te apoyan mucho. Hay muchas personas que hacen su magia trabajando con el vestuario y los efectos especiales”.

Quizá no nos parecemos, quizá no somos iguales. Me preguntan: ‘¿Cómo puedes ser la madre de este grupo?’. Por eso la película tocó una fibra en mí, pues pensé en mi familia. Maléfica llega a preguntarse: ‘¿Soy suficientemente buena para ser madre?’"

Los días más difíciles fueron en los que debía volar. “Tenía que verme fuerte en la tierra y después elevarme en el aire sin esfuerzo. Para lograrlo usamos unos aros”, explicó Jolie. “Debía tener cuidado de que mis cuernos no chocaran con los de otras criaturas. Estás a veinte metros de altura, realizando una coreografía de ballet en el aire y tratando de no enredarte con ningún otro actor. Pero todo fue muy divertido”.

La voz que le dio a Maléfica –un personaje al que originalmente prestó su voz la actriz muy poco conocida Eleanor Audley en la película animada La bella durmiente, de Disney, en 1959)– ha sido comparada con la de Bette Davis, la estrella icónica de la época dorada de Hollywood. “Claro que admiro a las celebridades legendarias del cine”, dijo Jolie. “Es obvio que los creadores de Maléfica se inspiraron en esas mujeres, así que agradezco que me comparen con actrices como Bette”.

Jolie siempre ha sido audaz, franca e intensa. Además, ahora que se acerca a la mediana edad, no piensa disculparse por nada. “Sé fiel a ti mismo. A mis hijos les digo: ‘Sin importar cómo los vea la gente ni cómo les digan que deben ser, no los escuchen, pues se sentirán asfixiados’. Les aconsejo que sigan su naturaleza, sea lo que sea, y les recuerdo que encontrarán su lugar, que hallarán aceptación. Les repito que no estamos aquí solo para existir. Debemos saber qué valores defenderemos, por qué causas lucharemos y hasta por qué daríamos la vida”, concluyó Jolie. (NYT)