La cerveza es la bebida alcohólica más antigua del planeta, su historia se inicia en Mesopotamia hace más de siete mil años y aunque para su elaboración solo se usan básicamente cuatro ingredientes principales, agua, malta, lúpulo y levaduras, en las combinaciones de estos, se encuentra la magia de crear los diferentes tipos y estilos.

El agua puede llegar a representar hasta el 90% del contenido de una cerveza, por esto su calidad influye directamente en el producto final. La malta es el resultado de hacer germinar granos o cereales sumergiéndolos en agua y luego calentándolos con aire. El lúpulo es el responsable de los aromas y en especial ese amargor característico que tiene la bebida, y sin la levadura no fuera posible el proceso de fermentación y es el que produce el alcohol.

Todo esto podría ser demasiada información para alguien como yo que nació en el milenio anterior, que cuando buscaba una botella solamente encontraba un tipo de cerveza (Lager) y lo único que variaba ligeramente era el estilo, pudiendo ser más fuerte o ligera dependiendo de la marca y su procedencia. 

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Para vivir la experiencia de la nueva generación cervecera, que está llena de variedades, tipos y estilos, visitamos El Tap Craft Beer Co. Es un gastrobar que según dice su propietario Diego Reyes, “uno de sus principales objetivos es que la cultura cervecera artesanal crezca, además de fomentar el consumo responsable de esta deliciosa bebida”. 

El Tap (como lo conocen sus asiduos clientes) es un bonito lugar, pequeño y con pocas mesas, su barra es solo para cuatro personas, tiene una decoración moderna y elegante, y a diferencia de la mayoría de bares, este tiene sus paredes limpias de afiches o accesorios, únicamente destacan unos nichos en donde se exhiben, como si fueran famosas esculturas, botellas de cerveza de diferentes partes del mundo.

Como era de esperarse en un bar especializado, el personal está muy bien preparado para explicar y asesorar en tipos, estilos, marcas y procedencias de las cervezas. Fui decidido a probar algunas variedades de barril, así que me recomendaron hacer una degustación con el beer flight ($ 8), que consiste en cuatro pequeños vasos en los que se pueden ordenar cuatro estilos o tipos distintos.

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Empecé con una cerveza de trigo Weissbier de Bajamar, normalmente estas bebidas son turbias, pero esta me sorprendió por su claridad aunque sí mantenía las clásicas notas de pan y fondo dulce. Luego de la cervecería Saint Roots, la Rough Barrel, que es una Golden Strong Ale, de aspecto algo turbio y con bastante cuerpo, algo mielosa.

De la cervecería Django probé una Brown Ale cacao y vainilla, es diferente porque aún siendo negra no es tan tostada, aunque sí deja sentir sus notas de cacao, no encontré la vainilla por ninguna parte. La ganadora de la noche fue una quadruppel de Doggerlander, potente cerveza con 10% de alcohol, no tan gasificada, pero con una delicada espuma, dejó sentir sus notas de café y chocolate. 

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Para acompañar este viaje a través de los diferentes estilos de cerveza pedí minihamburguesas de pollo (vienen tres) con aioli y rúcula ($ 9,75); además las típicas frituras que maridan muy bien esta bebida, aros de cebollas ($5), papas fritas ($ 4) y alitas de pollo ($ 11) con salsa Búfalo. La comida está bien, nada extraordinario pero cumple.

El Tap lo encuentra en Laguna Plaza, km 12,5 en la vía a la costa. Estos meses con noches frescas son ideales para aprovechar las mesas que tienen al aire libre y descubrir este delicioso mundo de las cervezas artesanales. (O)

savrozonn@gmail.com

 

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