"Sepan que me fui en pacíficamente y ahora estoy en un estado de paz que era imposible después de esta mutilación. Morí en 2015, no ahora".

Lesley Roberts quedó atónita al leer el devastador correo electrónico final de su hijo, Alex Hardy.

El correo electrónico había sido programado para llegar el 25 de noviembre de 2017, 12 horas después de que él se suicidara.

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Menos de una hora antes de que llegara el correo electrónico, Lesley abrió la puerta de su casa y vio a un policía, quien le informó que su hijo estaba muerto.

Alex era un joven inteligente y popular de 23 años, sin antecedentes de enfermedad mental. Lesley no podía entender por qué habría querido quitarse la vida.

Su correo electrónico explicaba cómo el prepucio de su pene había sido removido quirúrgicamente dos años antes.

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Este procedimiento se conoce comúnmente como circuncisión, pero Alex llegó a creer que debería considerarse como una "mutilación genital masculina".

Él nunca le mencionó esto a su familia o amigos. Lesley ni siquiera sabía que su hijo había sido circuncidado.

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En los meses siguientes a la muerte de Alex, Lesley trató de averiguar más sobre la circuncisión.

¿Por qué le había afectado tanto a su hijo y por qué sintió que suicidarse era su única opción?

Lesley dice que sus "sueños se hicieron realidad" con el nacimiento de Alex, su primer hijo, en 1994.

Alex era el mayor de los tres hijos de Lesley y había sido muy esperado, pues fue concebido después de un tratamiento de fertilidad.

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Lesley dice que sus "sueños se hicieron realidad" cuando se convirtió en madre en julio de 1994.

"Era todo lo que podría haber deseado", dice ella. "Era hermoso, despreocupado y adoraba a su hermano menor Thomas, quien llegó después de más tratamiento casi tres años después que Alex".

También adoraba a su hermanito James, quien nació cuando Alex tenía 13 años. Las paredes y las ventanas de la casa de Lesley en Cheshire están cubiertas con fotos de todos ellos.

Alex avanzó en su educación y tenía un talento especial para el inglés, tanto que su antigua escuela estableció el Premio de Escritura Creativa Alex Hardy en su memoria.

"Alex era un apasionado de la historia, pero como su profesor de inglés vi en él un verdadero talento para escribir", dice Jason Lowe, quien ahora es el profesor principal de la Escuela Secundaria Tarporley.

La escuela de Alex bautizó un premio literario en su memoria.

Durante un viaje escolar para esquiar en Canadá, a los 14 años, Alex se enamoró de ese país. Había disfrutado esquiando de niño y el viaje reavivó su pasión.

Al cumplir los 18, Alex decidió postergar la universidad y vivir en Canadá durante un año.

"Se enamoró completamente de Canadá, hizo muchos amigos y consiguió un ascenso en el trabajo", dice Lesley.

"Después de un año me llamó y me dijo: 'Mamá, estoy postergando mi ingreso a la universidad'. Lo mismo sucedió después del segundo año".

Dos años se convirtieron en tres, luego en cuatro. Al momento de su muerte, Alex había estado viviendo en Canadá durante cinco años y había obtenido la residencia.

"Era conocido como 'el británico súper brillante' con modales impecables", dice su madre. "El tipo súper inteligente del Reino Unido que ayudaba a las personas con sus solicitudes de residencia en Canadá".

A Alex le apasionaban el esquí y el snowboarding, pero después de la circuncisión la actividad física le causaba dolor.

Lesley visitó a su hijo varias veces, sola y también con sus hermanos y padrastro. Eran una familia unida, pero Alex no les dijo a ninguno de ellos que sufría en secreto un problema con su pene.

"Tuve problemas con un prepucio apretado", escribió en su último correo electrónico. "Desde mi adolescencia me creó problemas de alcoba, ya que significaba que mi prepucio no se retraía sobre el glande como estaba previsto, lo que causó algunos momentos incómodos".

En 2015, todavía sufriendo en silencio, Alex consultó a un médico en Canadá. Le dieron una crema esteroide para estirar su prepucio, pero regresó al médico después de unas pocas semanas porque no creía que el tratamiento estuviera funcionando.

La cirugía

El nombre médico para el problema de Alex es fimosis. Simplemente significa que su prepucio estaba demasiado apretado para retirarse del glande.

Esto es perfectamente normal en los niños en los primeros años de vida. A medida que crecen, su prepucio generalmente comienza a separarse de la cabeza del pene.

Lesley dice que Alex era "intuitivo, empático, gentil, amable, ingenioso, humilde y cariñoso".

La fimosis no siempre causa problemas, pero si lo hace, las complicaciones pueden incluir dificultad para orinar y dolor durante las relaciones sexuales. En Inglaterra, el Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés) aconseja esteroides tópicos y técnicas de estiramiento, y la circuncisión como último recurso.

En Canadá, donde la circuncisión es más común, Alex fue remitido a un urólogo.

"Inmediatamente sugirió la circuncisión", escribió Alex. "Le pregunté sobre el estiramiento y él me mintió por completo y dijo que a mí eso no me funcionaría".

"En gran parte confiaba porque sentí que él era el experto que mejor conocía del tema, así que con cierto escepticismo lo acepté".

Desde entonces, Lesley ha leído críticas en línea sobre este urólogo que le han hecho cuestionar su competencia.

Una paciente dijo que no había podido trabajar desde que se sometió a una cirugía por problemas renales y que había "destruido" su calidad de vida.

"Soy madre de tres niños pequeños que todos los días temen que vaya a morir cuando me ven sufriendo con tanto dolor", escribió la mujer.

"Puedo ver cómo diagnosticó erróneamente a otros, cirugías fallidas y vidas arruinadas", decía otra crítica. "Es peligrosamente incompetente".

Otra reseña del urólogo de Alex decía: "Me dejaron un instrumento quirúrgico en la vejiga, pero solo me avisaron tres meses después. ¡Huye antes de que salgas lastimado!"

Lesley dice que extraña mucho la sonrisa de su hijo y sus ojos brillantes.

Lesley, "horrorizada" por estos comentarios, ha pedido que se investigue al urólogo. Le han dicho que una investigación está en curso.

El Colegio de Médicos y Cirujanos de Columbia Británica le dijo a la BBC que "no puede revelar la existencia de una queja contra un médico, y solo puede hacerlo si la queja lleva a una sanción formal".

"Desearía con mi último aliento y con todo mi corazón que mi querido hijo hubiera huido", dice Lesley.

Desafortunadamente, Alex no pudo investigar al urólogo (o la circuncisión) correctamente porque su computadora portátil estaba dañada.

Había intentado investigar el tema en una sala de computadores pública, pero se sentía incómodo. También sentía que era un tema "demasiado tabú" para discutirlo con amigos.

Entonces, accedió a practicarse lo que él creía que era un procedimiento menor y se sometió a una cirugía en 2015, a la edad de 21 años.

Alex "adoraba" a su hermano menor.

"Pronto se hizo evidente que lo que acababa de suceder era una catástrofe", escribió Alex en el correo electrónico a su madre.

Adjuntó una declaración pública mucho más larga en la que explicó, con gran detalle, los problemas físicos que había sufrido después de ser circuncidado.

Describió haber experimentado una sensibilidad constante en la cabeza de su pene, que ya no estaba protegida por su prepucio.

"Estas constantes sensaciones estimuladas por la fricción de la ropa son una tortura en sí mismas; no han disminuido/normalizado después de años de exposición", escribió.

"¿Imaginas lo que pasaría con un globo ocular si el párpado fuera amputado?".

"Tenía tanto dolor que le dolía hacer actividad física normal", dice Lesley. "Era un gran esquiador y snowboarder, así que puedes imaginarte el dolor que sentía".

El prepucio protege la cabeza del pene, también llamada glande.

El cirujano urólogo Trevor Dorkin, miembro de la Asociación Británica de Cirujanos Urológicos, le informa a sus pacientes que la cabeza de su pene será más sensible después de la circuncisión.

Sin embargo, esta sensibilidad generalmente se reduce.

"Siempre les digo a los muchachos: 'Se va a sentir más sensible', porque de repente no tienes esta protección sobre la cabeza del pene y se sentirá diferente", dice Dorkin, quien ha llevado a cabo más de 1.000 circuncisiones.

"Pero en la gran mayoría de los casos el hombre se adapta a eso, el cerebro se adapta a eso, se ajusta a las señales que regresan a través de los nervios de la cabeza del pene".

Alex también escribió acerca de experimentar disfunción eréctil y sensaciones de ardor y picazón, en particular por una cicatriz que se encontraba donde se eliminó su frenillo.

El frenillo es una banda de tejido donde el prepucio se adhiere a la superficie inferior del pene. Algunos hombres se refieren a él como su "cuerda de banjo".

"Es una de las zonas más erógenas, por lo que se cree que es importante en la función sexual", dice el doctor Dorkin.

"El prepucio, la cabeza del pene y el frenillo son un área muy, muy sensible".

"Pero, nuevamente, cuando haces circuncisión a veces el frenillo no se conserva y no necesariamente tiene un efecto en la función y el disfrute sexual en general", explica el médico.

"Mutilación genital"

Alex, sin embargo, sentía que su frenillo había sido importante.

"Por su ausencia, ciertamente puedo verificar que es el área más erógenamente sensible del pene y del cuerpo masculino en general", escribió.

"Si alguien te amputara el clítoris, podrías comenzar a entender cómo se siente", afirma en la carta.

Hay un movimiento creciente de gente que considera a la circuncisión una forma de mutilación genital.

Alex escribió sobre experimentar calambres y contracciones en sus músculos y sensaciones "incómodas" que se extendían profundamente en su abdomen.

Lesley no sabe si Alex tuvo relaciones sexuales después de su circuncisión.

"Donde una vez tuve un órgano sexual, ahora me dejaron con un palo entumido y abatido", escribió. "Mi sexualidad ha quedado en ruinas".

Preguntó: "La naturaleza es sabia: ¿cómo cortar una sección de tejido sano mejora el diseño evolucionado de la naturaleza?"

Lelslie admite que, como muchas otras personas, sabía muy poco sobre el prepucio y la circuncisión antes de la muerte de su hijo.

"No sabía nada, más allá de creer que era una cirugía bastante rutinaria", dice.

El prepucio a veces es desestimado como "un pedazo de piel inútil", pero según el Dr. Dorkin cumple un propósito.

"Cubre la cabeza del pene, le da algo de protección a la cabeza del pene", explica. "Se cree que puede tener algún tipo de función inmunológica".

Lesley solo supo que su hijo había sido circuncidado después de su muerte.

Las tasas de circuncisión varían significativamente en dependencia de en qué parte del mundo y en qué cultura uno haya crecido.

Según la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente el 95% de los hombres en Nigeria son circuncidados, mientras que en Reino Unido el porcentaje es de solo 8,5%.

(En el caso de América Latina, la práctica es poco extendida y bastante inferior al porcentaje global que es de 30%. Según la OMS, un estudio de control de parejas de mujeres analizadas por cáncer cervical en Colombia, Costa Rica, México y Panamá encontró que el 11% de los hombres habían sido circuncidados y una investigación posterior en Colombia y Brasil redujo la cifra al 7%. Otro estudio posterior no encontró ningún país en la región con tasas de circuncisión de más del 20%).

En el caso de Reino Unido, la mayoría de los hombres circuncidados son musulmanes o judíos, pues la circuncisión es parte importante de sus prácticas religiosas.

Según el censo de 2011, los musulmanes son el 4,8% de la población de Inglaterra y Gales, donde el 0,5% son judíos.

La gente que cuestiona la circuncisión es a menudo acusada de antisemita o islamófóba, pero Lesley destaca que su hijo no era ninguna de esas dos cosas.

"Para mí, esto no tiene nada que ver con la religión. Respeto a todos los creyentes y también a quienes no creen, como lo hacía Alex", dice.

En Canadá, donde Alex vivía, se estima que el 32% de los hombres están circuncidados.

Y él sentía que la circuncisión masculina se había normalizado hasta el punto de que la gente ya no la cuestionaba, mientras que la circuncisión femenina es conocida como mutilación genital femenina (MGF) y ahora es ilegal en muchos países.

Alex era el mayor de los tres hijos de Lesley

Alex sentía que la circuncisión masculina debería ser conocida como "mutilación genital masculina", una opinión compartida por un creciente movimiento anticircuncisión.

"Si fuera mujer (en un país occidental) esto habría sido ilegal, el cirujano sería un criminal y esto nunca habría sido considerado como una opción por los doctores", escribió Alex.

"No creo en promover un género por encima del otro, pero creo firmemente que la igualdad de género tiene que ser alcanzada para todos", agregó.

Los activistas por la "autonomía genital" creen que está mal circuncidar a cualquier bebé o niño, hombre o mujer, porque el paciente no puede dar su consentimiento.

Para ellos, la circuncisión es un asunto de derechos humanos.

Quienes hacen campaña por "autonomía genital" argumentan que la circuncisión en bebés está mal porque los niños no pueden dar su consentimiento.

Al haber vivido con un pene intacto durante 21 años, Alex creía que los hombres circuncidados a temprana edad "trágicamente nunca serán capaces de entender lo que les arrebataron".

Experiencias diversas

Alex estimaba haber perdido un 75% de la sensibilidad de su pene.

Sin embargo, las experiencias de los hombres circuncidados de adultos difieren dramáticamente.

Algunos de hecho llegan a apreciar el sexo más porque ya no sufren el dolor de un prepucio apretado o inflamado.

Otros reportan una pérdida significativa de sensibilidad y mucho menor placer sexual.

Otros reportan menos sensibilidad pero dicen que su capacidad para disfrutar el sexo no se ha visto afectada.

Algunos están muy contentos con su decisión de haberse circuncidado.

Algunos, como Alex, lamentan profundamente haberlo hecho.

Alex celebró su cumpleaños 21 viendo ballenas con su madre.

Alex buscó más ayuda médica luego de la circuncisión, y también asistencia psicológica, pero nunca habló de sus problemas con su familia o sus amigos.

"Yo lo vi durante esos dos años y creo que mentiría si digo que no sentía que algo no estaba bien", dice Lesley.

"Le dije: '¿Te molesta algo? ¿Estás bien?' y él me aseguraba que sí".

Lesley, quien fue profesora, ahora quiere ir a las escuelas y hablar con los jóvenes acerca de la importancia de compartir sus problemas, aunque sean muy personales.

"Creo que todos sabemos que los hombres no acostumbran a hablar de sus problemas de la misma forma que lo hacen las chicas, pero también pienso que la circuncisión es un tema tabú", dice.

"Alex era reservado. Ciertamente nunca habría dicho: 'Tengo un prepucio apretado y me duele mucho'. Y no lo hizo. Y yo no lo sabía", lamenta.

Solo una semana después de la muerte de Alex, un amigo le contó a Lesley de su propia circuncisión.

"Me dijo que normalmente no lo mencionaría pero que se había circuncidado ya de adulto, hacía 10 años, y que tenía dolores constantes", dice Lesley. "Parece que es más común de lo que uno piensa".

El urólogo Trevor Dorkin, miembro de la Asociación Británica de Cirujanos Urológicos, le advierte a sus pacientes de los riesgos potenciales de la circuncisión.

El Dr. Dorkin dice que problemas graves después de una circuncisión son raros, pero se presentan.
"Uno escucha historias de horror de circuncisiones mal ejecutadas en las que la cabeza del pene resulta lastimada", dice.

A veces se retira demasiada piel, lo que provoca lo que se conoce como "enterramiento" o reducción del pene, que se retira hacia el cuerpo.

"Al final de cuentas los cirujanos son humanos y en toda operación existe la posibilidad de errores humanos y técnicos", explica.

"Uno de mis mentores me dijo que todo caso era complicado, que así se debe entender la cirugía. En cirugía nunca debe darse nada por sentado", afirma.

De hecho, han habido casos de niños y hombres que mueren después de haber sido circuncidados.

En Reino Unido, por ejemplo, Goodluck Caubergs, de cuatro meses de edad, sangró hasta morir luego de que una enfermera lo circuncidó en su casa de Manchester, mientras que a Angelo Onfori-Minah, de un mes, le pasó lo mismo luego de ser circuncidado por un rabino judío en Londres.

Desde 1995, al menos 1.100 jóvenes han muerto en Sudáfrica después de circuncisiones rituales. Algunos han perdido el pene luego de que este se ha infectado y podrido, mientras que a otros se lo han tenido que amputar.

En Canadá, donde vivía Alex, el recién nacido Ryan Heydari también se desangró hasta morir luego de haber sido circuncidado por un doctor en Ontario.

Y recientemente se reportó la muerte de dos bebés, con semanas de diferencia, luego de circuncisiones caseras en Italia, mientras que un niño de dos años de edad murió luego de ser circuncidado en un centro para migrantes.

Alex cuando era niño junto a su hermano.

"No puedo decir que la circuncisión es mala siempre, porque no lo es", dice Lesley.

"Pero ciertamente lo fue en el caso de mi hijo y se necesita más investigación. Hay que investigar los riesgos, qué puede salir realmente mal, y estar más conscientes de ellos", agrega.

El Dr. Dorkin, por su parte, dice que si una circuncisión es necesaria, es importante informar a los pacientes de potenciales complicaciones.

"Sobre todo si se va a operar a alguien que está terminando la adolescencia o empezado la adultez. Es un área muy sensible y la función sexual es importante, así que hay que explicarles los riesgos", dice.

"Alex dice que no le informaron de los riesgos", afirma Lesley. "Si los hubiera sabido, estoy segura de que no se habría sometido a la cirugía".

"Y no estaba solo. Se que no es la única persona a la que le ha pasado. Y eso no está bien", agrega.

Alex le pidió a su madre que compartiera su historia después de su muerte.

La organización británica 15 Square, que trata de educar sobre la circuncisión, dice que Alex no es el único hombre que se ha suicidado luego de ser circuncidado.

"Pasa más seguido de lo que la gente cree", dice su presidente, David Smith. Pero no hay estadísticas sobre el tema.

Último deseo

Alex murió hace más de un año, pero su historia no se ha contado hasta hoy. Una investigación sobre su muerte tuvo lugar en Reino Unido, pero no fue reportada por los medios.

Y Lesley, quien por lo general es una persona reservada como su hijo, solo accedió a compartir la historia de Alex porque ese fue su último deseo.

"Si esta información le puede servir a alguien, entonces ha cumplido su propósito", escribió el joven.

"No me sentí cómodo hablando del tema cuando tenía opciones, así que si mi historia puede generar conciencia para romper este tabú de la sociedad sobre la salud de los hombres, entonces me alegra que se publiquen mis palabras", agregó.

"Alex dijo en su carta: 'Estamos parados sobre los hombros de aquellos que vinieron antes que nosotros", dice Lesley.

"Esta es la última cosa que puedo hacer por mi hijo querido", concluye. (I)