En su célebre tratado sobre la guerra, Carl von Clausewitz sostiene que ella no era sino una la continuación de la política a través de otros medios. Un concepto provocador, ciertamente, aunque en ocasiones mal interpretado. La guerra para el estratega prusiano era un acto político, lo que irónicamente garantizaba cierta racionalidad en ella. Pero ¿qué podría decirse del asesinato y la política? ¿Es aquel una forma de hacer política, aunque por otros medios, pero que, a diferencia de la guerra, viene sancionado por la ley como un delito?

La historia registra asesinatos que desataron pavorosas confrontaciones, como fue el del archiduque Francisco de Austria que encendió la Primera Guerra Mundial. Pero no siempre el asesinato político tiene un similar impacto en la vida de las naciones.

La interacción entre el asesinato y la política en la historia ecuatoriana es el tema central de un interesante libro que acaba de publicarse bajo el título de El poder y la muerte (Dinediciones, Quito, 2018, 233 páginas), editado por el conocido historiador Enrique Ayala Mora. Como lo indica su subtítulo, la obra analiza los crímenes políticos del Ecuador entre 1830 hasta 1959. El editor ofrece que una segunda parte se ocupará de los crímenes políticos entre 1960 hasta nuestros días.

Publicidad

Ayala advierte de los riesgos que este tipo de obras puede tener al tener que escoger a ciertos hechos y dejar de lado a otros. En todo caso, la selección hecha resulta muy apropiada. La calidad de los estudios es excelente, constituyéndose en un importante aporte a la historiografía ecuatoriana. Hay una dosis de crónica policial en ellos (partes, informes, testigos, conspiraciones, etc.), pero sin perder de vista el contexto histórico y sociológico.

La historia registra asesinatos que desataron pavorosas confrontaciones, como fue el del archiduque Francisco de Austria que encendió la Primera Guerra Mundial. Pero no siempre el asesinato político tiene un similar impacto en la vida de las naciones".

El libro viene dividido en tres partes. La primera (El país bautizado con sangre) incluye, entre otros, los asesinatos del mariscal Antonio José de Sucre, los llamados muertos del floreanismo, el asesinato de García Moreno, el del arzobispo Checa y Barba y la muerte de Piedrahíta. En la siguiente parte (Los muertos de la Revolución Liberal) incluye los asesinatos de varias figuras políticas, intelectuales y religiosas, como las de Víctor León, Julio Andrade, Antonio Vega, Piedrahíta y el propio Eloy Alfaro. En la última fase (Entre la plutocracia y el velasquismo) va de los años veinte a los sesenta, e incluye las matanzas de 1922 y 1959, la represión arroísta, así como la enigmática muerte del chofer de José María Velasco Ibarra.

Para Ayala estudiar los crímenes políticos es un camino para entender a la sociedad donde ellos ocurren. El lector seguramente lo confirmará leyendo esta obra que hoy recomendamos a los lectores de esta columna.

Publicidad

El libro está disponible en las librerías del país. (O)