No estoy loco

El gran pintor español Salvador Dalí (1904 -  1989), uno de los máximos representantes del surrealismo, sobre su trabajo dijo:

-El dibujo es la honestidad del arte. No hay posibilidad de hacer trampa. Es bueno o malo.

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-No tengas miedo de la perfección, nunca la alcanzarás. Los errores son casi siempre de naturaleza sagrada. Nunca trates de corregirlos. Al contrario: racionalizarlos, comprenderlos a fondo.

-El primer hombre en comparar las mejillas de una joven con una rosa fue un poeta; el primero en repetirlo fue un idiota.

-La diferencia entre los recuerdos falsos y los verdaderos es la misma que para las joyas: siempre son las falsas las que parecen las más reales, las más brillantes.

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-A la edad de seis años quería ser chef. A los siete años quería ser Napoleón. Mis ambiciones han seguido creciendo al mismo ritmo desde entonces. Cada mañana, cuando despierto, la mayor de las alegrías es mía: la de ser Salvador Dalí. Hay algunos días en los que creo que voy a morir por una sobredosis de satisfacción.

-No pinto un retrato para parecerse al sujeto, sino que la persona crece para parecerse a su retrato. Muchas personas no llegan a los ochenta años porque pasan demasiado tiempo en sus cuarenta.

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-La única diferencia entre un loco y yo es que no estoy loco.

Las armas más destructivas

No es la lanza o el cañón de asedio, que puede herir un cuerpo y demoler un muro. La más terrible de todas las armas es la palabra, que puede arruinar una vida sin dejar un rastro de sangre, y cuyas heridas nunca sanan.

Seamos, pues, los amos de nuestra lengua y no los esclavos de nuestras palabras.

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Incluso si las palabras se usan contra nosotros, no entremos en una batalla que no se puede ganar. En el momento en que nos coloquemos en el mismo nivel que un adversario vil, estaremos luchando en la oscuridad, y el único ganador será el Señor de la Oscuridad.

La lealtad es una perla entre los granos de arena, y solo aquellos que realmente entienden su significado pueden verla. Así, el Sembrador de la Discordia puede pasar el mismo lugar mil veces y nunca ver la pequeña joya que mantiene unidos a aquellos que necesitan permanecer unidos.

La lealtad nunca puede ser impuesta por la fuerza, el miedo, la inseguridad o la intimidación. Es una elección que solo los espíritus fuertes tienen el coraje de hacer. Y como es una opción, nunca tolerará la traición, sino que siempre será generoso con los errores. Y como es una elección, resiste el tiempo y los conflictos que pasan. (O)