La dieta del halcón peregrino motivó al guayaquileño Virgilio Benavides y a la limeña Nancy Hilgert a levantar su primer vuelo conjunto hacia Guayaquil. Se conocieron en Quito como alumnos de la Licenciatura en Ciencias Biológicas en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE).

“En 1983, con Virgilio estuvimos investigando para la Canadian Wildlife Service y PUCE las presas de los halcones peregrinos que llegan desde Canadá, porque son aves migratorias que se alimentan de otras aves. Así que vinimos a Guayaquil para hacer el estudio”, indica Nancy.

Andarrios coleador en el malecón del Salado. Foto: George Varela (Cortesía).

 

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Virgilio agrega que debían averiguar cuánta presencia de pesticidas había en sus presas, ya que así le transmitían esos químicos dañinos al halcón peregrino, que, en consecuencia, ponía huevos con poco grosor (los pesticidas evitan que se procese bien el calcio). Eso dificultaba su reproducción. “Estuvieron en peligro de extinción. Por eso cambiaron las leyes en Canadá y se eliminó el DDT en los cultivos”. Pero de nada valía ese esfuerzo si, al llegar a Ecuador, ingerían aves contaminadas, como gaviotas, gaviotines y chorlitos.

Virgilio y Nancy entregaron resultados que sirvieron para apoyar los esfuerzos conservacionistas de Canadá (la contaminación en Ecuador no era tan agresiva como se suponía), pero también encontraron una fantástica avifauna guayaquileña que los motivó a radicarse definitivamente en esta ciudad.

Biodiversidad inusual

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Nancy opina: “Guayaquil es un tesoro. Está inmersa en el manglar, y el manglar es un hábitat que atrae a variedad de aves. Y con la cercanía del bosque seco se produce un abundante intercambio de especies. Eso enriquece ambos ecosistemas”. Tal realidad provoca una riqueza inusual en áreas urbanas como el cerro El Paraíso, donde ella colaboró con el Municipio para elaborar el plan del manejo. “Allá tienes casi las mismas especies que hay en cerro Blanco”.

Esta situación se genera gracias a la formación de corredores biológicos, que son espacios donde la fauna puede interactuar y, además, apoya a la dispersión de semillas mientras se alimentan de frutos en los diversos puntos de esa franja de naturaleza. Una condición para ello es que haya una buena cantidad de árboles en los sectores que conectan esos puntos de vida silvestre, ya que la foresta motiva el libre tránsito de los pájaros.

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Virgilio opina que tal realidad está siendo bien aprovechada para el aviturismo urbano, actividad que es promocionada por la Empresa Pública Municipal de Turismo, presidida por Gloria Gallardo, quien gestionó la creación de la guía Guayaquil es mi destino para observar aves en el Malecón del Estero Salado y Parques Lineales. Nancy y Virgilio constan como miembros del equipo de investigación científica de ese trabajo editorial que destaca las maravillas emplumadas que revolotean por la zona.

El ibis blanco revolotea en el malecón del Salado gracias a las labores de remediación implementadas por la Alcaldía de Guayaquil y expertos. Foto: George Varela (Cortesía).

Tal diversidad es posible, en parte, gracias a la campaña de reforestación realizada por Visolit, y contratada por la Alcaldía y la Fundación Malecón 2000, la cual ellos lideraron como consultores ambientalistas de julio del 2003 a julio del 2005. Así ayudaron a plantar unos 31.000 árboles de mangle a lo largo del estero Salado en la avenida Barcelona y sector del puente del Velero. “Retornaron especies que se habían perdido por un par de décadas. Se realizó una simple limpieza, se plantaron los árboles y comenzaron a llegar las aves debido a la nobleza de este ecosistema que mostró su resiliencia y capacidad de regenerarse”, dice Virgilio, especificando que un manglar saludable genera pequeñas especies que son alimento de los pájaros.

La pareja aplaude la permanencia de Visolit para retirar basura del estero Salado hasta la actualidad, sin embargo, esa no es la solución definitiva para este problema, sino educar a las personas para que dejen de arrojar basura al estero. “Esto ha permitido que los mangles puedan crecer y asentarse”, agrega.

La realidad de tales ecosistemas resulta sorprendente para los extranjeros, como un grupo de periodistas desde el diario O Globo de Brasil, quienes el martes pasado recorrieron junto a Virgilio, como guía experto, las zonas del manglar para registrar la presencia de esta naturaleza con aves, ¡en plena ciudad!

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Este desarrollo continúa, ya que Nancy trabaja actualmente en determinar más rutas para el aviturismo urbano, como en el cerro Paraíso, junto a las ciudadelas Bellavista y El Paraíso. “Allí hay un gran potencial. Habría que adecuar un sendero para observar aves de bosque seco”. Otro punto es el parque Samanes, en el norte de la ciudad. Ellos lo conocen porque en el 2012 ambos fueron contratados por la Empresa Pública de Parques para colaborar con el diseño del plan de manejo. También mencionan la zona del estero Salado en la ciudadela Kennedy Norte, cerca de Canal Uno. “Ese parque lineal se conecta con el bosque protector Palo Santo, de 4 hectáreas, conformando un corredor biológico”. Es un sitio de descanso. Además, en el Parque Histórico Guayaquil levantaron, entre 1996 y 2004, la información base para la zona de vida silvestre.

Y actualmente Nancy colabora con el rescate de fauna durante la remediación del derrame de combustible ocurrido en octubre anterior en la franja del estero Salado en Puerto Azul. Y Virgilio está trabajando en movilidad eléctrica, trayendo los buses eléctricos de la firma BYD que empezarán a recorrer Guayaquil sin contaminar en febrero de 2019.

La trayectoria de esta amable pareja de biólogos y ornitólogos, quienes tienen 4 hijos y 5 nietos, los ha mantenido por décadas como protectores del ecosistema que abraza a esta ciudad.

Esa es la herencia que desean dejar a todos quienes aman nuestra naturaleza urbana.

Conteo navideño de aves

Todos están invitados
Este miércoles 19 de diciembre, desde las 07:00, se realizará el Conteo Navideño de Aves en la zona del malecón del Salado, teniendo como punto de partida el ceibo en la entrada de la calle Quisquís de la plaza Rodolfo Baquerizo Moreno.

Toda la ciudadanía está invitada a esta actividad gratuita en la cual los participantes recorren la zona para identificar las diversas especies de pájaros. Para ello recibirán la asistencia de ornitólogos y biólogos. Virgilio Benavides y Nancy Hilgert serán parte de este equipo de trabajo.

El Conteo Navideño de Aves se realiza en diversas partes del Ecuador y del mundo bajo el impulso de la Massachusetts Audubon Society, formada en 1896 luego de la indignación que generó la matanza de millones de aves acuáticas, en particular de garzas, por la industria de los sombreros. Hacia 1898, se habían establecido sociedades de Audubon en estados como Pensilvania, Nueva York, Nuevo Hampshire, Illinois, Maine, Wisconsin, Nueva Jersey, Connecticut, el distrito de Columbia, Ohio, Indiana, Tennessee, Minnesota, Texas y California.

En 1900, el miembro de Audubon Frank M. Chapman organizó el primer Conteo Navideño de Aves como alternativa a la tradicional cacería alternativa, durante la cual los cazadores competían para matar a la mayor cantidad posible de aves y mamíferos.

En 1905, se fundó la National Audubon Society, siendo la protección de gaviotas, charranes, garcetas, garzas y otras aves algunas de las prioridades de su lista de conservación.

Guayaquil es un tesoro. Está inmersa en el manglar, y el manglar es un hábitat que atrae a variedad de aves. Y con la cercanía del bosque seco se produce un abundante intercambio de especies.Nancy Hilgert