La etapa en la que mayores cuidados debe tener una mujer al momento de su alimentación es cuando está en periodo de gestación y cuando debe dar de lactar al bebé. Por eso, la nutricionista Antonella Arcentales explica que la alimentación debe ser con una alta calidad de nutrientes y fibra, con un consumo regular de cereales, verduras, frutas, leguminosas, frutos secos, aves, pescados, aceites vegetales que son la base de una nutrición saludable.

De la ingesta calórica total, el 45-65% debe provenir de los carbohidratos por ser la principal fuente de energía. “Las mujeres deben consumir mínimo 175 gramos de carbohidratos para satisfacer la necesidad de glucosa del cerebro del feto. Las verduras, frutas, arroz, pasta y productos integrales son una buena fuente de este nutriente”.

Durante el embarazo la ingesta recomendada de proteína es de 71 g/día. Durante la gestación se deben satisfacer las necesidades proteicas fetales y maternas por lo que las adaptaciones fisiológicas en el metabolismo cambian, se utiliza más proteína para la síntesis de tejidos. Alimentos de origen animal aportan proteína de alto valor biológico como las carnes magras, pollo, pescado, claras de huevo. Los cereales y legumbres contienen proteínas de bajo valor biológico, es decir, carecen de algunos aminoácidos esenciales.

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Los requerimientos de las vitaminas y minerales aumentan debido al desarrollo placentario y fetal, así como también crecen las necesidades nutricionales para el mantenimiento de los tejidos.

Arcentales menciona que los requerimientos de ácido fólico se incrementan por el extensivo desarrollo de órganos y tejidos. “El folato interviene en reacciones metabólicas por lo que la deficiencia del mismo puede provocar formación de tejidos anormales como los defectos del tubo neural”. Hay alimentos enriquecidos con ácido fólico como los panes, pastas, harina de maíz, tortilla de maíz, avena, arroz integral, entre otros, por lo que se recomienda revisar la etiqueta para cerciorarse, el folato (ácido fólico en su forma natural) se encuentra en naranjas y legumbres, es importante la suplementación de esta vitamina durante el embarazo.

En cuanto a los minerales, el calcio es necesario para la mineralización del esqueleto del feto y el mantenimiento de los huesos de la madre. La demanda de calcio es más elevada a partir del tercer mes de embarazo debido a que la mineralización de huesos del feto es más alta.

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Las necesidades de hierro aumentan de manera considerable durante el embarazo, el bajo peso al nacer de los lactantes y el aumento de riesgo de parto prematuro se deben a la anemia por deficiencia de hierro al inicio del embarazo. Arcentales recomienda que las mujeres en periodo de gestación consuman 30 mg. de suplemento de hierro diario después de la semana 12. Los alimentos como carne roja magra, espinaca y cereales enriquecidos con hierro son fuente de este mineral.

En el periodo de lactancia se recomienda una alimentación sana, variada, equilibrada con una adecuada ingesta de nutrientes, no se ha demostrado que algún alimento por sí solo pueda mejorar la calidad de la leche o aumentar la producción de esta, el estímulo para la producción de leche es la succión del lactante. (J. S.)

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Precaución

Las enfermedades transmitidas por los alimentos (ETA) pueden ser perjudiciales durante el embarazo tanto para la madre como para el feto. La listeriosis es una enfermedad alimentaria causada por la listeria monocytogenes, puede provocar aborto espontáneo y mortinato. El toxoplasma gondii puede causar ceguera, retraso mental, convulsiones e incluso la muerte. La placenta no puede proteger al feto contra estos organismos, por lo tanto, durante el embarazo se debe evitar consumir alimentos crudos o semicrudos como carnes, huevos, pescados, conchas, ostras, también alimentos sin pasteurizar como leches o quesos, es importante lavar bien la superficie de las frutas y vegetales

Se debe evitar el consumo excesivo de café, también evitar el alcohol y tabaco.

Incorporar en la dieta todos los grupos de alimentos en las porciones adecuadas para satisfacer las necesidades de macro y micronutrientes.

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- Realizar actividad física, mínimo 30 minutos al día.

- Realizar las cinco comidas al día, tres comidas principales y dos colaciones.

- Consumir a diario porciones adecuadas de frutas y vegetales.

- Preparar los alimentos al vapor, cocinados, asados en vez de freírlos.

- Eliminar la grasa de las carnes y la piel de las aves.

- Evitar alimentos con alto contenido de sodio y reducir la cantidad de sal agregadas a las comidas, utilizar condimentos naturales para darle sabor a las comidas.

- Evitar los alimentos procesados y bebidas azucaradas.

- Evitar el excesivo consumo de grasas saturadas, agregar aceite de oliva a ensaladas o preparaciones listas.

- Consumir frutos secos. (J. S.)