Aunque se crea conocer a un escritor, porque se han leído sus libros, la entrevista siempre muestra nuevos filones de este. Permite que el entrevistado recuerde historias, momentos de su vida, detalles. Eso fue lo que sucedió en la pasada edición del programa ‘A vuelo de página’, dedicado a la escritora guayaquileña Maritza Cino Alvear, en el que la entrevistada, con solvencia, desgranó momentos de su vida y de su trayectoria literaria: sus inicios poéticos en la década del 80, su faceta de cuentista, la docencia, su presente. Sigue inmersa en la escritura. Es profesora de la Universidad de las Artes. Y dirige el taller de escritura creativa del Teatro Centro de Arte de la Sociedad Femenina de Cultura. Acaba de jubilarse de la Facso, donde ejerció la cátedra por tres décadas.

Maritza publicó su primer poemario en 1983, hace 35 años ya. En este libro, titulado Algo parecido al juego, hay una mención constante a la música y a instrumentos musicales: quena, cununo, flauta, rondador, arpa, charango, zampoña, tambor. Dice, por ejemplo: “Tu risa de jazz/ el teclado más exacto/ el abanico más variado/ de mi acordeón de juguete”.

En su segundo poemario, A cinco minutos de la bruma, de 1987, se encuentra una poesía más provocadora. Están poemas de este talante: “Bienaventurados los que ignoran el pecado/ de ellos será el reino y el mundo./ Los que fornican/ cada vez que vuela un ave/ como homenaje al Espíritu Santo./ Los que bautizan los placeres/ en santa comunión./ Los que derrumban el altar/ y nos hablan con esperanza./ Bienaventurados los que se acercan al templo”. Y comienzan a aparecer los temas fundamentales que recorrerán su poesía: la soledad, el vacío, la incertidumbre, eros, la muerte.

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Es autora de seis poemarios. A los libros Algo parecido al juego y A cinco minutos de la bruma, le siguieron Invenciones del retorno, de 1992; Entre el juego y la bruma, de 1997; Infiel a la sombra, de 2000, y Cuerpos guardados, de 2008. En 2013, la Casa de la Cultura del Guayas le publicó Poesía reunida, una antología de su producción poética. Y en 2016, la editorial Cadáver Exquisito le editó el libro de cuentos Días frívolos.

En A vuelo de página, el poeta e historiador Ángel Emilio Hidalgo destacó a Maritza Cino como una voz singular de la poesía ecuatoriana e invitó a leerla. La narradora María Leonor Baquerizo leyó poemas de la autora; la poeta María Paulina Briones, uno de los cuentos; y Malena Bonilla y Luly Chiriboga, integrantes del taller de escritura creativa, contaron sus experiencias como talleristas. Por su parte, Maritza contestó con holgura cada una de las preguntas, recordó su faceta de periodista, hizo gala de buen humor y cerró la noche leyendo sus poemas. Yo cierro este texto con sus versos: “Desperté con la piel/ empapelada de palabras,/ abrí el sobre que colgaba/ de mi muslo/temblaron las yemas de mis dedos/ al despegar la ironía y el cartel./ Turbada en mi discurso/ apretado de rutina/ no le puse nombre a la mañana,/ me recogí en la abreviatura/ de mis hombros/ y empecé a leerme lentamente...”. (O)

claramedina5@gmail.com / @claramedinar