Por solo cuatro noches, usted tendrá la oportunidad de aproximarse a la experiencia que habría sido disfrutar en directo de la voz y de la excentricidad de Freddie Mercury.

Del jueves 22 al domingo 25 de noviembre, la sala principal del Teatro Sánchez Aguilar vibrará con los ‘himnos’ de Queen interpretados en la voz del actor y cantante chileno Gabriel Cañas. El protagonista de Mercury, la leyenda conversó con La Revista antes de lo que será su primera visita a Ecuador.

¿Es fanático a nivel personal de Queen?

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Hoy en día ya me considero fanático de Queen. Si bien no conozco su discografía completa, sí me gusta mucho su música y conozco muy bien su historia. Me gusta la combinación de elementos en varios niveles: musicalmente me gusta la fusión que hacen de la ópera, el rock, el glam, el pop, el funky. Creo que ahí hay un gran acierto a nivel de investigación artística musical como banda en la que introdujeron mucho, incluso el mundo de la danza y el teatro que vuelve esta música más dramática. Y uno como actor también reconoce ese dramatismo en las canciones. Otra cosa que me hace escuchar a Queen por horas es la voz de Freddie Mercury. Creo que los arreglos que hace tanto para los coros como para la melodía principal son tremendamente melódicos, casi como un instrumento de Mozart, con una melodía muy entretenida, muy atlética a nivel vocal y con mucha exigencia y armonía.

¿Cómo se suma a esta propuesta musical?

Por las casualidades de la vida. Una de las piezas más grandes que se movieron para mi participación en este proyecto fue Izidor Leitinger, un trompetista y compositor eslovaco. Nos conocimos cuando estudié canto en Francia y él fue uno de mis profesores de improvisación. Tiempo después, él estuvo en Chile trabajando con la productora Cultura Capital como director musical de Piaf, donde también participé. Y a Francisco Olavarría, productor general de esa obra, se le ocurrió preguntarle a Izidor quién creía que podría interpretar a Mercury y, además, lo invitó a sumarse como director musical de este próximo proyecto. Él le respondió que participaría siempre y cuando fuese yo quien interpretara a Freddie Mercury, por coincidencia del registro que tenemos y porque creía mucho en mí. Francisco también está detrás de todas las ideas. Él, sin conocerme tanto, confió a ciegas en mi profesionalismo, en mi rigor, mi pasión por lo que hago y mi capacidad como profesional.

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¿Cómo recibe la responsabilidad de interpretar a Freddie?

Es una relación dulce y agria. Porque implica un sacrificio enorme, un rigor gigante. Por ejemplo, voy a tener cuatro funciones en Ecuador y eso significa estar dos meses cuidando mi voz, entrenando, cuidando mi peso, volver a estudiar, porque no estamos hablando de cualquier cantante ni de cualquier artista, estamos hablando del mejor frontman que ha existido. Y esa genialidad que tiene él no es algo que se puede actuar, representar o interpretar. El trabajo que yo me aventuro a hacer es tratar de explotar mi propia genialidad, ahí está el desafío.

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¿Qué incluyó su preparación para este rol?

Sobre todo el desafío de mejorar la resistencia. Porque el registro lo tenía un poco naturalmente; lo que había que desarrollar mucho era el color vocal, pero sobre todo la resistencia. La primera temporada que tuve de la obra en Chile fueron casi dos meses de funciones de viernes a domingo. La demanda era poder resistir, aguantar sin hacerme daño. Todos fuimos descubriendo que este monstruo que habíamos hecho tenía muchos desafíos y lo logramos hacer entre todos: lograr la resistencia en la obra.

¿Cómo ha sido el trabajo en equipo y de la dirección de Natalia Grez para sacar adelante este espectáculo?

Con Natalia Grez ha sido un viaje muy bonito, nos conocimos por esta obra y ha sido un trabajo de mucha humildad por parte de ambos. Juntos creamos una monstruosidad de obra y tengo mucha suerte de haberme encontrado con una directora como Natalia, que es de una generosidad muy grande. Mantuvimos todo el poder de la obra dentro del placer del trabajo colectivo, de escucharnos, de entregarnos. La Nati sabe armar un espectáculo. Me siento muy protegido por ella porque también está pendiente de que la luz esté perfecta, que ese momento, esa imagen, ese sonido sea el adecuado. Me da mucha confianza.

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¿Qué verá el público en este espectáculo?

Creo que lo que puede esperar la gente, y la invitación que les hago, es que podrán ver, entender y descubrir la vida de Mercury. Pero no su biografía, sino conocer al Mercury obsesivo, genio, inseguro. Tratamos de tocar varias aristas de este gran ícono que tiene tantos mitos alrededor. Los asistentes pueden esperar a un Mercury que es mirado desde muchos lugares diferentes y disfrutar de un concierto, de una obra de teatro. Les aseguro que al menos por 0,3 segundos van a lograr verlo ahí.

¿Qué expectativas tiene de la presentación en el Teatro Sánchez Aguilar?

Es mi primera vez en Ecuador, no he ido ni como turista. He tenido la suerte en mi vida profesional de viajar mucho haciendo teatro en distintos continentes, con distintos estilos y formatos de teatro. Y Latinoamérica es un lugar que me gustaría mucho comenzar a visitar más. Tengo muchas ganas de ver cómo funciona esta obra que funcionó tan bien en Chile y que ha generado tantas cosas bonitas, no solo para el grupo sino también para los espectadores. Es una obra que nunca hemos sacado y estamos muy emocionados con respecto a lo que pueda llegar a suceder, sobre todo con el público. Y estuve viendo el Teatro Sánchez Aguilar, es un teatro maravilloso y eso siempre para uno como artista es un privilegio y un honor poder pisar escenarios tan bonitos como ese
Entradas: $ 30, $ 45, $ 70 y $ 100. (E)

Hablamos del mejor frontman. Esa genialidad no es algo que se puede actuar, representar o interpretar. El trabajo que yo me aventuro a hacer es tratar de explotar mi propia genialidad, ahí está el desafíoGabriel Cañas