Por Alexandra Frank (DPA)

La temperatura ha vuelto a bajar, el termómetro marca ocho grados bajo cero y nuestros pasos han dejado profundas huellas en la nieve. El aliento deja pequeños velos de niebla en el aire, pese a lo cual mi hija no se amedrenta.

Vestida con un traje de baño y una gorra, la niña de 5 años toma carrera y se lanza al agua. “¡Ves, mamá!”, grita su hermanita de 9 años. “Ahora podemos incluso bañarnos durante las vacaciones”. En Islandia, en pleno invierno.

Publicidad

La estación de esquí más grande de Islanda, Hlídarfjall, cerca de la ciudad de Akureyri, en el norte de la isla, solo tiene 14,9 kilómetros de pistas. Sin embargo, ofrece a los esquiadores experimentados varios descensos desde las cimas de las montañas hasta el océano.

Allí también podemos bañarnos en el agua de color azul verdoso –que tiene una temperatura de 40 grados– de los Mývatn Nature Baths, la hermana pequeña de la famosa Laguna Azul situada cerca de la capital, Reykjavik, en el suroeste de la isla.

En invierno, la naturaleza de Islandia tiene pocos colores pero estos brillan con mayor intensidad en el cielo claro. El paisaje alrededor del lago Mývatn es muy variado. Extravagantes formaciones de piedra volcánica cubiertas de nieve rodean como torrecitas el lago.

Publicidad

Ruidosas cascadas flanqueadas por picos de hielo brillantes caen hacia las profundidades. Agua hirviendo sale a borbotones a la superficie desde hoyos y grietas en las rocas.

“Todo es de origen volcánico”, dice Halldór Ingvason, que nos guía por el lago congelado en motonieves negras. En invierno, este es el mejor medio de transporte para viajar, explica Ingvason, un hombre simpático con ojos amables que luce una barba roja. Por todas partes en el paisaje nos encontramos con ovejas, grandes bolas de lana que se dejan acariciar gustosamente.

Publicidad

El guía Beda Mörgeli nos lleva al día siguiente a Skardsdalur, la estación de esquí más septentrional de Islandia. Aquí la capa de nieve tiene un grosor de dos metros. Esquiamos entre las copas de pinos, alerces y abedules hasta que de repente se abre el panorama y la vista pasa sobre el fiordo hasta el horizonte infinito.

Por la noche estamos otra vez en el agua caliente, en un jacuzzi redondo instalado en la terraza de nuestra casa de vacaciones. “¡Nubes multicolores!”, grita de repente mi hija pequeña señalando con el dedo al cielo. Una aurora boreal. En un instante pienso saltar del agua para buscar mi cámara, pero al final decido recostarme otra vez para disfrutar del espectáculo de las luces azul verdosas en el cielo.
Hemos tenido suerte.

Noruega: qué necesita saber para observar auroras boreales

Por Petra Kaminsky (DPA)

Las cifras luminosas que indican en la parte delantera del autobús la temperatura exterior cambian rápidamente: 12 grados bajo cero, 15 grados bajo cero, 18. El autobús turístico con cazadores de auroras boreales serpentea en medio de la soledad nocturna de las montañas cubiertas de nieve alrededor de Tromsö.

Publicidad

Este día, los participantes en la excursión se ven recompensados poco antes de la medianoche. El cielo sobre las cimas de las montañas comienza a brillar. Delgadas serpentinas parecen caer al suelo desde bandas verdes. Sin embargo, no siempre los turistas tienen tanta suerte.

He aquí las principales preguntas y respuestas para los turistas:

¿Cuál es la diferencia entre la aurora boreal y la luz polar?
La luz polar es un término genérico. En el hemisferio norte, el fenómeno se llama aurora boreal. En el hemisferio sur se habla de luz austral o aurora austral.

¿Dónde es posible observarla con frecuencia en Europa?
Cuando los vientos solares son favorables, se pueden ver muy bien las luces pulsantes en las regiones árticas. El fenómeno también se da de día, pero entonces generalmente desaparece en medio de la luz natural. Una excepción es la isla de Spitsbergen, donde en pleno invierno siempre está oscuro, por lo que se pueden experimentar las auroras boreales en horas diurnas.

Suecia, Islandia, Noruega y Finlandia: estos países rivalizan entre sí como mejor escenario para observar el espectáculo luminoso. Por cuanto para muchos turistas es importante poder acceder fácilmente al lugar de observación, la ciudad de Tromsö, en el norte de Noruega, se ha convertido en una suerte de capital de la luz polar. Esta ciudad portuaria, situada al norte del círculo polar, cuenta con un aeropuerto, muchos hoteles de todas las categorías y una enorme oferta turística, desde el Museo Polar hasta la Catedral del Ártico.

¿Cuál es la mejor época?
Las auroras boreales se pueden ver con frecuencia durante los oscuros meses de invierno. Muchos expertos recomiendan viajar a Tromsö entre finales de octubre y mediados de marzo. Sin embargo, el espectáculo luminoso también puede ser visible en septiembre, cuando el día y la noche son igualmente largos, así como entre finales de marzo y mediados de abril.

¿Qué tan seguro es que se pueda observar el fenómeno?
Durante la época oscura del año, la probabilidad siempre es alta, pero no existe una garantía absoluta. Un factor importante es el tiempo. Cuando el cielo está muy nublado, muchas veces el espectáculo se cancela. Por esto es recomendable planear una estancia de al menos tres o cuatro días en el lugar de observación para aumentar las posibilidades. En la propia ciudad de Tromsö se recomienda viajar por la noche en el teleférico a la montaña cercana y esperar allí la aparición de la luz mística. Además, para elegir el momento oportuno son de ayuda apps como My Aurora Forecast - Aurora Alerts Northern Lights, Norway Lights y Northern Lights Aurora Alerts.

¿Cuánto cuestan generalmente los viajes para observar auroras boreales?
Los costes son muy variables. Cuando se reserva un viaje con un touroperador, el precio depende desde luego de la categoría del hotel y del programa del viaje. Muchas veces se incluyen en esos viajes excursiones en trineos tirados por perros, visitas a un hotel de hielo y cosas así. Muchos viajes reservados con touroperadores incluyen una estancia de cuatro días en Tromsö. Además de viajar en avión, se puede llegar al destino en uno de los barcos de la naviera Hurtigruten que navegan por la costa de Noruega entre Bergen y Kirkenes ida y vuelta y que hacen escalas regulares en Tromsö. (E)