Cuando una persona ha consumido drogas opiáceas y opioides, de las que existen varias, como la heroína, morfina, cocaína, metadona y otras, durante mucho tiempo y deja de hacerlo atraviesa por un cuadro sintomático llamado síndrome de abstinencia.
Esta condición puede aparecer en cualquier momento en que se interrumpa o se reduzca cualquier tipo de consumo crónico, explica el psicólogo clínico Enfraín Sierra.
Es un conjunto de síntomas por los que atraviesa el paciente, el principal es la ansiedad por consumir la sustancia que ha dejado, acompañado de rinorrea (secreción nasal), náuseas, vómitos, diarreas, escalofríos, taquicardia, hipertensión, calambres abdominales, entre otros.
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Además de estos signos en su salud, también influye en su calidad de vida, sus relaciones familiares, sociales, laborales, por lo que es recomendable que la persona esté bajo vigilancia médica constante, en un centro especializado.
En el recién nacido
Este tipo de problemas también pueden presentarse en un recién nacido, al estar expuesto a drogas adictivas opiáceas mientras estaba en el vientre de su madre.
El cuadro puede presentarse cuando la mujer embarazada toma drogas como la heroína, la codeína, la oxicodona, metadona o buprenorfina, entre otras.
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Estas sustancias pueden atravesar la placenta que conecta al bebé con su madre en el útero, lo que origina que el bebé se vuelve dependiente de la droga, al igual que lo es la madre, señala el experto.
Es así que si la mujer en estado de gestación usa las drogas cerca de la última semana de embarazo, su hijo también será dependiente de esa droga al nacer.
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Los síntomas de abstinencia aparecen una vez que el bebé nace y deja de recibir esa sustancia, por ende puede experimentar algunos de los malestares antes mencionados, además de otros a largo plazo, producto del consumo de los químicos. (F)
Los signos son similares a los del adulto y a largo plazo.