Hay varias constantes que vuelven a las personas con discapacidades en uno de los grupos más marginados del mundo: presentan peores resultados sanitarios, obtienen resultados académicos inferiores, participan menos en la economía y registran tasas de pobreza más altas que las personas sin discapacidades.

Así lo expone el sitio web de la Organización Mundial de la Salud, que junto con el Banco Mundial presentan un informe sobre este grupo vulnerable en el que se exponen casos de amenaza y también maneras de reinsertarlos en la sociedad. Mañana se conmemorará el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, por lo que vale una reflexión en torno a este tema.

Más de 100 millones de personas padecen algún tipo de discapacidad. Esta cifra representa alrededor del 15% de la población mundial. Las tasas de personas con discapacidad están aumentando a causa del envejecimiento de la población y del aumento de las enfermedades crónicas a escala mundial.

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Los países de ingresos bajos tienen mayor prevalencia de discapacidades que los países de ingresos altos. La discapacidad es más común entre las mujeres, las personas mayores y los niños y adultos que son pobres.

La mitad de las personas con discapacidad no puede pagar la atención de salud, frente a un tercio de las personas sin discapacidades. Así también son más de dos veces mayormente propensas a considerar insatisfactorios los servicios de salud que se les dispensan. Son cuatro veces más propensas a informar que se les trata mal y casi tres veces más propensas a que se les niegue la atención de salud.

Asimismo, los niños con discapacidad tienen menos probabilidades de ser escolarizados que los niños sin discapacidad y hay contrastes más pronunciados en los países más pobres.

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Menos oportunidades
Los datos mundiales indican que las tasas de empleo son más bajas para los hombres con discapacidad (53%) y las mujeres con discapacidad (20%) que para los hombres sin discapacidad (65%) y las mujeres sin discapacidad (30%).

Las personas con discapacidad viven en condiciones peores -por ejemplo, alimentación insuficiente, vivienda precaria, falta de acceso al agua potable y el saneamiento- que las personas sin discapacidad. Debido a los costos adicionales que generan, entre otros aspectos, la atención médica, los dispositivos de ayuda o la asistencia personal, las personas con discapacidad suelen ser más pobres que las no discapacitadas con ingresos similares.

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En muchos países, los servicios de rehabilitación son insuficientes. Datos procedentes de cuatro países de África meridional indican que solo entre un 26% y un 55% de las personas que requerían servicios de rehabilitación médica los recibían, y solo entre el 17% y el 37% de los que necesitaban dispositivos de ayuda (por ejemplo, sillas de ruedas, prótesis, audífonos) podían acceder a ellos.

Las personas con discapacidad pueden vivir y participar en la comunidad. Incluso en los países de ingresos altos, entre el 20% y el 40% de las personas con discapacidad no ven por lo general satisfechas sus necesidades de asistencia en relación con las actividades que realizan cotidianamente.

En Estados Unidos, el 70% de los adultos confía en sus amigos y familiares para que le brinden asistencia en sus actividades cotidianas. (M. W. Y.)

Más participación
Los obstáculos se pueden superar y una forma de que los gobiernos pueden lograrlo es promoviendo el acceso a los servicios generales; invirtiendo en programas específicos para las personas con discapacidades; adoptando una estrategia y plan de acción nacionales; y mejorando la educación, formación y contratación de personal.

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Así también se puede proporcionar una financiación adecuada; aumentar la conciencia pública y la comprensión de las discapacidades; fortalecer la investigación y la recopilación de datos; y garantizar la participación de las personas con discapacidad en la aplicación de políticas y programas.

La Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad tiene por objeto promover, proteger y asegurar el goce de los derechos humanos por todas las personas con discapacidad.

Hasta la fecha han firmado la Convención más de 170 países y organizaciones de integración regional, y 130 la han ratificado.

El informe de la OMS/el Banco Mundial sobre discapacidad proporciona las mejores pruebas científicas disponibles para asegurar el mejoramiento de la salud y el bienestar de las personas con discapacidades en consonancia con la Convención.