La idea de viajar en solitario no es nueva, pero es una tendencia que va ganando espacio en todo el mundo. El hecho de que haya más mujeres que deciden viajar solas –porque así lo deciden– deja entrever que nuestra sociedad va dejando a un lado viejos tabúes. Libertad, adquirir conocimientos, experimentar in situ, conocer gente distinta, descubrirse a sí mismos o simplemente vivir aventuras; los motivos son varios, pero definitivamente existe un factor en común: la cultura. La gran mayoría de mujeres que deciden viajar solas son profesionales exitosas con formación académica y su decisión les ha permitido crecer de manera independiente. La idea de este tipo de travesías radica en ir más allá de la mera foto, es acercarse a un concepto que trascienda sus vidas y tener un contacto con otras realidades. 

NICOLE BONILLA (27 años)
Misión: darle la vuelta al planeta

En octubre del 2017, Nicole Bonilla decidió renunciar a su trabajo, vender sus pertenencias y recorrer todo el mundo. Con esa decisión nació el blog Wambra Viajera, donde ella narra todas sus historias en los nueve países visitados en Asia hasta el momento.

“Hasta ese entonces no conocía mi fuerza como mujer y todas las cosas que en este viaje tendría que enfrentar, tenía miedos… creo que era normal, pero tenía mucha más curiosidad por recorrer Asia”.

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Filipinas fue el primer país elegido. “Los filipinos son personas alegres, amables y cariñosas, de alguna manera extraña siempre me sentí en casa”. Decidió buscar familias locales a través de “couchsurfing”, un website que te permite conocer a personas de todas partes del mundo y que te hospedan de manera gratuita. “Así conocí a Janice López, ella me había invitado a compartir Navidad y Año Nuevo con su familia en su pueblo, así que volé hasta Bohol, una isla conocida por toda su belleza natural. El día de Navidad su madre falleció, pero ese lamentable incidente hizo que me una a su familia. Ellos transformaron mi vida, ahora soy un miembro más de la familia López en Filipinas”.

Antes de organizar un viaje, ella recomienda: unirse a grupos en Facebook especializados en su destino, averiguar con gente local cuestiones de seguridad, comunicar siempre a tus familiares qué lugares vas a visitar, contratar un seguro internacional de viajes, averiguar el número de la Policía...

Este 24 de octubre dictará un taller para organizar un viaje con bajo presupuesto. Informes en el portal WambraViajera.com.

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REINA CEDEÑO (38 años)
La bondad del mundo

Ella suele organizar viajes en solitario. Cuando llegó a París en noviembre del 2016, Reina Cedeño estaba emocionada por conocer la Torre Eiffel, pero llegó un poco tarde, así que solo le permitieron ascender por las escaleras hacia los miradores inferiores, pero no a la cumbre, a la cual se llega solo por elevador.

“Hacía un frío intenso, pero no me importó, subí las escaleras y cuando llegué al primer piso, y luego de unas fotos espectaculares, decidí entrar a la tienda de regalos. De pronto sentí un calor intenso propio de la calefacción y sentí que me desvanecía, parece que el frío de los exteriores con el cambio brusco de calefacción me pegaron fuerte y sentí que me mareaba”. Ella se sentó sola en la cafetería del monumento y una pareja le preguntó qué le pasaba. “Les dije que me sentía mareada y cerré los ojos, luego me sentí peor y empecé a imaginarme en una camilla yendo a un hospital francés, ese miedo se notaba en mi cara y de pronto esas personas, quienes me dijeron que eran de Texas, Estados Unidos, me compraron un café latte azucarado y estuvieron pendientes de mí, incluso me acompañaron al ascensor que llevaba a la planta baja cuando me sentí mejor”.

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Reina se llevó la experiencia de saber que la amabilidad se consigue también fuera de casa y por extraños. Esta viajera narra sus historias ocurridas en el exterior y brinda consejos sobre turismo y estilo de vida en su web: www.theponticello.com.

MAGGIE URRUTIA (32 años)
Cuando viajas, te conoces a ti mismo

Sus viajes comenzaron en febrero del 2016, con un recorrido de tres meses a Argentina para desconectarse de situaciones agobiantes que atravesaba en Guayaquil. “Tenía la necesidad de alejarme, lo cual coincidió con un deseo que he tenido desde pequeña: conocer más del mundo”.

Así se fue a Buenos Aires. “Era una época en que tenía muchos miedos, miedo a estar sola, a estar en problemas y que nadie pueda salvarme… pero quería tener una vida para mí, conocerme mejor”. Tanto le gustó que se quedó diez meses, apoyada también porque su trabajo para una empresa británica le permite laborar vía online desde cualquier parte del mundo.

Sus paseos posteriores la han llevado por México, Europa y Oceanía, donde ha continuado practicando su otra afición: el yoga. Además, estuvo 16 días en el mundial Rusia 2018. “Cuando viajas siempre quieres ir más allá, porque pasan cosas increíbles, conoces culturas y gente interesante; todos tenemos una historia”. Luego de la Copa del Mundo se trasladó hacia Australia y Nueva Zelanda.

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SOFÍA BERMÚDEZ (30 años)
Preparase es imprescindible

El festival musical Estéreo Picnic de abril del 2014 fue la gran motivación para realizar su primer viaje en solitario. “Iban a presentarse artistas que quería ver. Estuve casi una semana en Bogotá. Aproveché para conocer la ciudad. Y como ya estaba allá, planeé un recorrido por otras ciudades de Colombia”. Fueron dos semanas de recorrido por ese país, el cual realizó con bajo presupuesto. “Por eso realicé una buena investigación de lo que iba a realizar, porque si viajas con poco presupuesto debes planificarte muy bien”.

Revisó páginas de internet, como TripAdvisor, pero también consultó a personas que ya habían visitado o que vivían en esa ciudad. Recuerda una excursión a la iglesia en el cerro Monserrate, en la capital colombiana. “Las personas suelen subir en teleférico. Yo fui por unas escalinatas. Fue una experiencia difícil, pero me gustan ese tipo de actividades”. También fue al poblado de Zipaquirá, a una hora en transporte público, donde tienen una iglesia dentro de una mina de sal. “Es un lugar muy lindo, mágico, surreal”. Luego visitó Villa de Leyva, donde pasó dos días. “Alquilé una bicicleta para hacer un paseo de cuatro horas hacia Pozos Azules, son lagunas de tonos turquesa, como el Quilotoa. Su viaje la llevó después al sur, terminando en Cali, y regresó en bus a Guayaquil. “En otra ocasión quisiera ir al caribe colombiano”.

LISSETTE ROBALINO (28 años)
Disfruta su estilo de vida

Una decepción amorosa en el 2015 la motivó, al año siguiente, a realizar su primer gran viaje en solitario a Ciudad de México.

En principio viajó por couchsurfing. “Era mi primera vez viajando en lugar de hospedar gente”. Luego vio que los pasajes a Cancún no pasaban los 50 dólares y se lanzó a comprarlo. En su primera aventura por la Rivera Maya conoció los parques Xcaret y a Xplor, tras lo cual se motivó a extender su viaje, convirtiendo sus nueve días en la Riviera Maya en dos meses por México. Su plan era mudarse a ese país, así que regresó a Ecuador para hacer un poco más de dólares. Pero luego desistió de la idea. “Era junio, la industria en la que trabajaba se fue al caño luego del terremoto. Sabía que no encontraría trabajo pronto, así que volver a viajar no sonaba mala idea”. Y despegó.

Desde esa última salida de Ecuador ha recorrido sitios como San Diego, Palm Springs, Yosemite, Oakland, San Francisco, desierto de Mohave, Las Vegas, el Gran Cañón, “hice montañismo en lugares que no recuerdo ni el nombre”, Boston, Nueva York, Cancún, Playa del Carmen, Bacalar, Veracruz, Chiapas, el Cañón del Sumidero y Guatemala (llegó caminando a ese país). Su base estaba en Los Ángeles.

Regresó a Guayaquil en junio anterior, pero espera convertir a los viajes en su estilo de vida. Buscarla como @Esmizu en Instagram y Facebook.

KRISTEL FREIRE (28 años)
‘Lo que no se mueve, muere’

El fallecimiento de su mamá tras una larga enfermedad la motivó a reencontrarse con la vida a través de los viajes, porque cuatro meses comenzó a recorrer diversos países en solitario.

“Me había recorrido sola India de sur a norte, algunos países de Europa, toda la costa este y el centro de Estados Unidos, Centroamérica, del norte a sur de Colombia, Perú y luego Bolivia. Pero, mientras recorría el desierto de sal, en Bolivia, solo con 120 dólares que le habrían servido para regresar en bus a Ecuador, decidió extender su paseo hacia el sur de Sudamérica.

“¿Cómo vas a hacer para viajar sola y sin plata por Latinoamérica? Pero todavía estoy en mis veintes, cuando tenga treinta y un trabajo superestable y una vida armada, este viaje va a ser más imposible que ahora, pensé”. Así siguió con el viaje más loco de su vida, gastando lo mínimo y pidiendo que la lleven en la carretera.

Así llegó al fin del mundo, Ushuaia en la Patagonia de Argentina. Estuvo casi un mes allí gracias a una familia que la invitó a quedarse. “A punto de irme, pensando en llegar a Alaska a dedo, en un café, mientras traducía un libro de un escritor neoyorquino, conocí a Ramiro”. Hablaron de literatura y filosofía. “Le conté que Nietzsche no era un mal tipo, solo se había enamorado de Lou Andreas-Salomé y que ella no le correspondía. La noche que se regresaba a Buenos Aires me escribió: ‘Creo que te voy a extrañar, no creo, te extraño’. Ya llevamos 8 meses juntos y nos casaremos el otro año. Yo no solo viajo, yo me muevo”.