Vacacionales combinan componente recreativo y refuerzo académico con miras al regreso de la presencialidad sin límites de aforo

Con miras a preparar a sus estudiantes para las clases presenciales, que se reanudarán sin límite de aforo en el periodo lectivo 2022-2023, cada vez más planteles fusionan en sus cursos vacacionales el componente recreativo con el refuerzo académico.

Teresa Cisneros, de 13 años, acude desde el martes 8 de marzo a las instalaciones del colegio particular Dante Alighieri, en Cuenca y Guerrero Martínez, a recibir clases de Matemáticas, Lengua e Inglés.

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Ella estudió virtualmente todo el octavo año y ahora irá a noveno. El colegio ha organizado estos cursos gratuitos para quienes han confirmado que se matricularán allí en el año lectivo venidero.

“Nos están realimentando lo que ya vimos en octavo en las clases virtuales”, expresó la adolescente, y explicó que en Matemáticas está viendo la suma de fracciones; en Lengua, clases de adjetivos y sustantivos; mientras que en Inglés revisan el verbo to be.

De lunes a jueves, en horario de 09:00 a 11:00, se desarrollan las clases; y los viernes, en la misma franja, los estudiantes practican deportes, como fútbol, básquet o danza.

En la Unidad Educativa Semillita de Guayaquil, en la 29 y Amazonas, los estudiantes también combinan contenidos académicos con actividades recreativas. Allí la oferta es desde inicial hasta segundo año de bachillerato.

Las clases que los alumnos reciben corresponden a Matemáticas, Lenguaje e Inglés. Y las actividades de entretenimiento son fútbol, danza, minichefs y artes audiovisuales, donde los estudiantes aprenden a grabar videos, tomar fotografías, entre otras cosas.

Estos cursos vacacionales se iniciaron en marzo, con la participación de 130 niños y adolescentes, y durarán todo este mes.

“Esta es una estrategia para que los chicos sientan que ellos ya pueden venir, ya pueden compartir (presencialmente, sin límites). (…) Queremos que ellos ya vayan ambientándose para el ciento por ciento de la presencialidad en el próximo año lectivo”, expresó Martha Córdova, rectora de la institución educativa.

A criterio de la educadora, durante los dos años de pandemia del COVID-19 la virtualidad causó desfases de aprendizaje, principalmente en las áreas de Matemáticas y Lenguaje.

“Realmente hay ciertas situaciones y hay ciertos estudiantes que requieren este asesoramiento pedagógico puntual, que solamente el maestro lo puede hacer cuando tiene en presencia a su estudiante, porque recordemos que cada estudiante tiene un ritmo y una forma de aprender diferente. No todos los seres humanos aprendemos de la misma manera ni con el mismo ritmo”, señaló Córdova.

No obstante, la educadora sostuvo que el uso de los recursos tecnológicos que se pusieron de manifiesto con la crisis sanitaria provocada por el COVID-19 llegó para quedarse y enriquecer el modelo pedagógico que normalmente se ha aplicado en el país.

En este establecimiento las jornadas son de 08:00 a 12:00, entre lunes y viernes.

Érika Laínez, directora de la Unidad Educativa Thomas More, ubicada en la avenida Samborondón, refirió que Matemáticas, Lengua e Inglés son las áreas en las que más falencias se han detectado durante la virtualidad, porque son áreas prácticas que requieren del acompañamiento docente.

Al no haber esto, sostuvo, el conocimiento adquirido no ha sido interiorizado de manera total entre los estudiantes. Ella estima que los cursos vacacionales ofrecen una oportunidad para nivelar a todos aquellos alumnos que lo requieren.

“Es un reto bastante importante que se nos viene para este nuevo año lectivo, porque no solamente vamos a recibir a nuestros estudiantes, sino también a alumnos de otras instituciones educativas, que no sabemos cómo han aplicado la virtualidad en el proceso de aprendizaje, durante la pandemia”, comentó la exsubsecretaria de Educación de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón).

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Laínez mencionó que al inicio del nuevo periodo académico será vital aplicar las pruebas diagnósticas que permitan elaborar en los planteles planes de estudio que faciliten el refuerzo que necesiten los estudiantes.

En el Thomas More también se dicta un curso vacacional en el que participa el 60 % de la población estudiantil. Allí se combinan clases de las tres áreas mencionadas con anterioridad más otras actividades, como el ajedrez, que promueven el pensamiento crítico, destacó ella. (I)