La paralización del transporte de urbano desde hace más de una semana y que se inicia todos los días desde el mediodía perjudica a cientos de ciudadanos guayaquileños que salen de sus trabajos en las tardes y no pueden seguir afrontando los costos del transporte en taxis, furgonetas u otros vehículos particulares. Los usuarios claman por un acuerdo entre transportistas y autoridades.

Este escenario de preocupación se observa en diversos puntos de Guayaquil, donde grupos de personas esperan en paradas de buses los carros particulares que realizan traslados a diferentes zonas de la ciudad.

La calle García Avilés, en el centro, y la avenida Casuarina, conocida como Entrada de la 8, en el noroeste, son dos de esos puntos neurálgicos. Allí se hallan a choferes con sus vehículos, quienes ofrecen varios recorridos.

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La Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) autorizó que carros particulares laboren para suplir a los buses convencionales. Las personas buscan estos vehículos para dirigirse a sus domicilios luego de salir de la jornada laboral.

Los usuarios deben esperar carros sin muchos pasajeros para movilizarse. Además, uno de los problemas que enfrentan es el aumento de la tarifa, pues si antes gastaban 30 centavos, ahora deben cancelar hasta tres veces más por cada viaje.

Los carros particulares que realizan traslados cobran $ 1 por cada pasajero que va del centro al sur y $ 4 a $ 5 a sectores del noroeste. Ellos comienzan a laborar a partir de las 12:00, en que salen los últimos buses para realizar el recorrido.

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Fernando Garcés es un comerciante de libros infantiles. Vive en la 29 y Gómez Rendón, suroeste de la urbe porteña. Contó que en varias jornadas no vende nada o tiene que prestar $ 1 a sus compañeros para ir a su domicilio. “Antes gastaba solo 30 centavos en buses y ahora en esta situación que no hay trabajo no hay para el dólar diariamente (solo para ir a casa)”, agregó.

Jonathan Rendón trabaja en La Puntilla, Samborondón. Por la falta de buses urbanos, lo que había ganado en su trabajo tuvo que gastarlo en carros para llegar a su hogar, en la 23 y Huancavilca.

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Steven Morán trabaja en un local de comidas rápidas en el centro. Al salir de su jornada, se apresura para llegar a la parada y conseguir un vehículo. Él gasta $ 4 todos los días porque vive en el noroeste de la ciudad.

Vehículos de transporte recogen de 15 a 17 personas todos los días. Foto: José Beltrán

Semanas atrás, la anterior administración de la ATM mantuvo reuniones con el gremio de transportistas para tratar este tema. Incluso, en una de las últimas citas, la dependencia municipal les prometió un estudio técnico para analizar el impacto del alza del combustible en la operatividad del servicio.

Pero ese diálogo quedó en nada. Ahora los transportistas urbanos ratifican que seguirán laborando solo hasta las 12:00 y exigen al Municipio que autorice el alza del pasaje a 40 centavos . Al Gobierno central también les piden que el alza de los combustibles sea gradual. En medio están los usuarios.

Frente a esta problemática, los ciudadanos exigen al Municipio que se reactive la mayor cantidad de expresos escolares para que hagan los recorridos, ya que algunos no están trabajando.

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“Nosotros necesitamos buena atención”, comentó Yrelka Delgado, moradora de la calle Portete.

En la avenida Casuarina, todas las tardes se registran aglomeraciones por la alta demanda de vehículos que trasladen a pasajeros. Cada día es una batalla para ocupar asientos en los vehículos.

A diario, cientos de personas se embarcan en carros particulares para llegar a sus domicilios.

Armando Obando, comerciante de plásticos, comentó que a veces no tiene para pagar el dólar que cobran los carros particulares para ir a diferentes puntos del noroeste como Sergio Toral, Monte Sinaí o Socio Vivienda.

“La economía y los contagios del COVID-19 los enfrentamos todos los días, el Municipio y Gobierno no analizan este problema”, enfatizó Maribel Pérez, moradora de Monte Sinaí.

Los habitantes de esa zona dependen de los buses para cumplir su trabajo diario. Antonio Alcívar trabaja como mensajero y todos los días tomaba estos vehículos para realizar la entrega de documentos. Por la paralización, labora a medio tiempo.

Varios usuarios comentan que su salario se les va en pagar taxis porque se gastan hasta ocho dólares diarios en movilizarse desde el trabajo a la casa. (I)