Un balcón tiene un sistema de riego propio para sus plantas; en otro predominan los materiales de reciclaje y en un tercero llaman la atención las alegorías pintadas en las paredes. Esas son parte de las características de los ganadores del concurso Balcones floridos organizado por el Municipio de Guayaquil y cuya premiación se realizó el lunes.

Los arreglos de Entre fuentes y flores, Balcones de ensueño y Jardines exóticos, junto al de las Terrazas, en el sur, fueron los cuatro primeros en la categoría colectiva de dicho certamen y recibieron $ 16.500 cada uno como incentivo. Los tres siguientes recibieron $ 11.500 cada uno y los otros dos, $ 3.500. En total fueron 18 ganadores, nueve en la categoría colectiva y nueve en categoría individual. En la categoría individual los premios fueron de $ 3.500, para cuatro; $ 2.500, para tres; y $ 1.500, para los dos últimos En el concurso participaron grupos de 26 sectores de la ciudad.

Aquí el detalle de tres ganadores.

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El apoyo y unidad entre vecinos caracterizan a Entre fuentes y flores

Entre risas y con una alegría desbordante en el rostro se halla Ana Contreras, ganadora del premio del concurso Balcón florido junto a sus vecinas. Ella comenta que nunca imaginó triunfar en este concurso, sino que por el esfuerzo y constancia de sus vecinas lograron el resultado favorable.

Ana y sus vecinas del sector Virgen del Soto, del Cristo del Consuelo, sur de Guayaquil, conocieron de la competición mediante las redes sociales y juntas tuvieron una reunión sobre cómo se iban a organizar para arreglar cada una sus balcones con distintas flores como petunias, suculentas, centavitos, girasoles, cactus, etc.

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“Al iniciar fue muy duro porque no conocíamos el proceso de las flores”, dice Ana, pues cada una invirtió en su balcón “y cada una nos ayudábamos y a la hora de decorar las flores y hacer pequeñas cosas para adornar” los balcones. En ese momento cada uno hacía lo que sabía hacer o sea su fortaleza la pusieron a trabajar, señala.

Cuando llegaron los directivos de la Municipalidad a observar su trabajo se quedaron maravillados, ya que vieron un sistema de riego que ellas mismas hicieron para refrescar sus plantas. Es una instalación de tuberías que sale de una llave domiciliaria.

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En los días siguientes, mediante la web, Ana tuvo conocimiento de que habían ganado en este concurso y salió de su hogar a gritar que habían triunfado y todas sus vecinas se pusieron contentas también a gritar.

El premio de $ 16.500 se repartió con equidad entre todas las participantes. El Municipio se encargó de repartir el valor respectivo a cada una.

Ana y sus vecinas piensan utilizar esos fondos para arreglar sus hogares y pagar las deudas. Lo que planean es adecentar al menos las fachadas, porque antes del concurso estas estaban maltrechas y descuidadas.

Cuatro familias y amigos se pusieron la meta de adornar Balcones de ensueño

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“Fue un trabajo en unión familiar y de aprendizaje”, manifiesta Johanna Navarrete, como experiencia sobre la participación del sector que lo llamaron Balcones de ensueño en la cooperativa Unión de Bananeros del Guasmo sur.

Estas familias recolectaron cucharitas y vasos para realizar detalles para resaltar las flores que guindan en sus balcones.

“Al comienzo teníamos temor al participar y al inscribirnos seguíamos con el miedo porque se nos morían los flores y viajábamos a Milagro a comprarlas. Pero al ir investigando fuimos aprendiendo sobre el desarrollo de las flores”, agrega Navarrete.

Con constancia siguieron, no se rindieron y a la hora de la presentación a los directivos les gustaron los colores vivos y el brillo de las flores que denotaban alegría y cuidados de parte de las personas de ese sector.

Cada uno, con su uniforme que los representa como Balcones de ensueño se sienten contentos al haber ganado porque con el dinero piensan adornar sus casas y arreglarlas aún más y hacer de su calle una alegre vía de colores.

Estas familias anteriormente siempre han trabajado a beneficio de la comunidad ya que conforman parte de brigadas médicas que llevan a su sector. Esa experiencia de organización dio sus frutos al momento del concurso.

Concursantes demuestran en fotos el antes y después de sus casas antes de adornarlas con flores. Foto: Ronald Cedeño

Vecinas demostraron su amor a las plantas en Jardines exóticos.

Arreglando sus flores y acariciándolas se encuentra Verónica Chóez en la cooperativa 4 de Diciembre de Mapasingue oeste, norte de la ciudad. Relata con alegría que junto a sus vecinas trabajaban hasta altas horas de la noche para que sus flores y detalles que realizaban salgan espectaculares el día del evento. Su premio fue de $ 11.500.

El empeño que pusieron entre vecinas dio sus frutos. Para el arreglo de los techos, que lo hicieron como algo adicional, pusieron una cuota mínima para que todas las casas concursantes se beneficien de ese trabajo. Lo que compraban era repartido según las necesidades de adecentamiento.

“Ese amor que sentimos por las plantas es grande; es lo único que hemos dado porque Dios ha creado las flores y nosotros tenemos que cuidarlas como bendición”, explica Verónica.

El callejón de los Jardines exóticos se ve flamante y lleno de colores vivos, que denota naturaleza y fauna porque tienen un loro pintado en la pared, así como otras especies. Es como estar en un bosque florido.

Ellas siempre seguirán cuidando de las flores y con alegría comentan que con el premio ganado piensan cada una construir dentro de sus hogares los que le faltaba para tener comunidad. (I)

Las integrantes de Jardines Exóticos felices por el premio recibido. Foto: Ronald Cedeño