Al grupo de WhatsApp de la escuela de Kiara llegó el mensaje de la maestra en el que consultaba a los padres si autorizaban la aplicación de las dosis para el sarampión, rubeola y poliomielitis.

El mensaje tenía adjunto un documento que debía llevar impreso y firmado al otro día la niña que cursa el quinto de básica en una escuela del norte de Guayaquil.

“Era algo con el sello del colegio y explicaban lo que se iba a hacer, pero me dio temor porque he escuchado que los niños se enferman luego de recibir la vacuna y decidí no enviar firmado nada”, cuenta María Beatriz Espinoza.

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600.000 niños de Guayaquil, Samborondón y Durán serán vacunados para prevenir sarampión, rubeola y poliomielitis

A ella le habían dicho familiares que las vacunas les bajaban las defensas a los niños y eso le generó temor. En el curso de su hija al menos seis madres no firmaron, al igual que ella, la autorización.

Asimismo, José Alberto Gutiérrez y su esposa decidieron no autorizar la vacunación de sus hijas de 7 y 9 años, porque así como a María Beatriz, familiares y amigos les dijeron que las dosis no eran seguras y que luego se iban a enfermar.

“Nos dijeron que esas vacunas ya se les puso y que para qué”, señaló la pareja.

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Otro padres de familia como Íngrid Acosta no firmaron las autorizaciones por el cuadro nervioso que pudieran desarrollar sus hijos en la escuela cuando los vacunen.

“No quería que los vacunen en la escuela ya que iban a llorar, prefiero ir con ellos al centro de vacunación”, dijo la madre de familia.

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En los centros de salud se colocan las dosis para las tres enfermedades. Foto: El Universo

La negativa a la inoculación sí es un factor que se ha detectado durante la campaña de vacunación contra la poliomielitis, sarampión y rubeola que se inició el 2 de mayo a escala nacional, indicó Marcos Calderón, responsable de estrategia de inmunizaciones del distrito 09D08 del Ministerio de Salud Pública (MSP).

“Algunos padres de familia se encuentran renuentes porque sienten inseguridad sobre las vacunas que se colocan”, explicó.

Sin embargo, citó, que parte del trabajo de las brigadas es abordar a esa población y explicar que son dosis seguras que se han colocado en el país desde hace más de diez años. Se realiza una socialización en territorio para despejar dudas a los padres.

Calderón reiteró que lo que se busca es cerrar la brecha en los esquemas de vacunación que se marcó con la llegada de la pandemia, en 2020.

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En Quito, en la primera semana de vacunación contra el sarampión, la poliomielitis y la rubeola se supera meta inicial

De hecho, Unicef instó a que todos los niños y niñas se vacunen para prevenir enfermedades como la polio, el sarampión y la rubeola. El organismo recordó que estas enfermedades graves y muy contagiosas pueden reaparecer si los niños no son vacunados a tiempo.

En el país se ejecutará la campaña de vacunación hasta el próximo 9 de julio. Los padres de familia también pueden acudir con sus hijos a los centros de salud a solicitar las dosis.

En la Zona 8, que corresponde a los cantones de Guayaquil, Durán y Samborondón, se ha inoculado a 254.267 menores entre 1 a 12 años de edad.

Asimismo, se han intervenido hasta la semana 2 un total de 548 instituciones educativas, Centros de Desarrollo Infantil (CDI) y Creciendo con Nuestros Hijos (CNH), lo que equivale al 97 % de la meta programada para la semana.

El Distrito 8, que corresponde a zonas como Los Vergeles, Pascuales, Bastión Popular, Monte Sinaí, Nueva Prosperina, vía a la costa hasta Posorja, ha llegado al 49 % de cobertura. La meta era que en los primeros quince días de la iniciativa en este distrito se llegue al 40 %.

En la Zona 8, que comprende Guayaquil, Durán y Samborondón, se prevé abordar a 600.000 niños de unidades educativas y centros. (I)