Guayaquil reconoce el aporte de tres médicos que dejan huellas en la ciudad y el exterior

Doce personajes destacados en inclusión, deporte, cultura y ciencia fueron reconocidos por el cabildo porteño a propósito de los 487 años de proceso fundacional de la urbe.

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Entre ellos figuran tres importantes galenos oriundos de esta tierra, que han dejado huella en la vida de ciudadanos tanto a nivel local como internacional. Ellos son Amalio Martínez, Mónica Gilbert y Guillermo Umpiérrez, quienes recibieron la presea al mérito científico la noche de este lunes 25 en la sesión solemne realizada en la plaza del Centenario.

En los recesos de sus jornadas, que se mezclan entre consultas médicas, participaciones en congresos y eventos científicos, Martínez, Gilbert y Umpiérrez compartieron su beneplácito por el reconocimiento que recibieron por destacarse como profesionales y su aporte en favor de la sociedad.

El galeno Amalio Martínez, quien es especializado en ginecología y obstetricia, hizo pausa a la atención en su consultorio para comentar que se considera privilegiado por recibir un galardón al mérito científico por parte del Municipio tras 47 años de labores profesionales. Esa distinción —dijo— se la dedica a su madre ya fallecida.

“A todos los que me han llamado y felicitado les digo que esto lo estoy trasladando al cielo, porque fue mi madre quien me dio la oportunidad de estudiar Medicina. El sueño de ella es el que estoy cumpliendo en este momento. Realmente lo envío al cielo el premio”, comentó el doctor, que también tiene estudios en salud sexual.

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En su consultorio, situado en la avenida 9 de Octubre y av. del Ejército, el médico jubilado, de 74 años, sigue dando consultas de chequeos prenatales, ginecológicos y de sexología durante dos o tres días por semana. El ritmo es menor al acostumbrado, ya que en estos años gusta de compartir más con su esposa, ir por un café o incluso salir de viaje a conocer más del mundo.

En su trayectoria de 47 años ha tenido un historial amplio. Es parte de la primera promoción de graduados en 1975 como doctores en Medicina y Cirugía de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, a la cual considera su alma mater y la lleva impregnada en su pulcro mandil. Además, con una beca en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) logró especializarse en ginecología y obstetricia. Y también ha egresado de una maestría en Gerencia Clínica en Salud Sexual y Reproductiva de la Universidad de Guayaquil.

También, en su largo camino profesional, fue parte del equipo del hospital Luis Vernaza durante dos años. Y después estuvo en la apertura del hospital Naval, donde hizo la primera cesárea de ese sanatorio, en 1982, y permaneció ocho años. Luego siguió tres años en el Teodoro Maldonado Carbo, del Instituto Ecuatoriano de Seguro Social (IESS). Y en la maternidad Enrique Sotomayor continuó por un periodo de más de 20 años.

Además, sus labores se diversificaron durante treinta años dando clases en la Universidad Católica, centro en el que tuvo cargos administrativos, como director de la carrera de Medicina, profesor delegado principal al Consejo Universitario por la Facultad de Ciencias Médicas y vicepresidente de la Asociación de Profesores.

Como producto de sus labores, el galeno ha recibido nombramientos, como maestro de la Ginecología y Obstetricia a nivel nacional y regional por la Federación Ecuatoriana de Sociedades Gineco-Obstetricias y también por la Federación Latinoamericana de Sociedades de Ginecología y Obstetricia (Flasog).

Ahora, el médico jubilado, que también ha sido uno de los miembros fundadores de la Sociedad Ecuatoriana de Sexología y Educación Sexual, se mantiene participando en múltiples congresos nacionales e internacionales y sigue ofreciendo conferencias en diversos eventos.

“He formado a muchas promociones. Me siento muy contento, muy halagado cuando me encuentro con mis exalumnos, que siempre se muestran alegres de verme (...). Sobre todo he inculcado mucho la honestidad a mis alumnos, que me inculcó mi madre y profesores en México. En tratar de siempre decirles a las personas la realidad del diagnóstico, el pronóstico y el tratamiento”, refirió con orgullo el médico, que además es fellow del Colegio Americano de Ginecología y Obstetricia e integrante del staff de colaboradores del espacio El Especialista que circula en La Revista de diario EL UNIVERSO.

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La doctora Mónica Gilbert Orús tiene 35 años y es la cirujana cardiovascular que lideró el equipo del primer trasplante cardíaco adulto en la Clínica Guayaquil, luego de un periodo de inactividad de diez años en ese sanatorio.

En noviembre pasado se dio la primera operación, y hasta la fecha ella ha colaborado con nueve intervenciones satisfactorias.

“Con responsabilidad creo que para las siguientes generaciones, y con tremendo orgullo de poder guiar a la gente, a que sigan haciendo esto, sobre todo a las mujeres que están en estos campos que son dominados por hombres, que se sientan que igual lo pueden hacer. Cuando uno ve algo sabe que lo puede replicar en otros lados”, sostuvo la doctora, quien está orgullosa por el premio que recibió del Municipio.

Ella recalcó que esta condecoración la recibió en nombre de todo el equipo de colaboradores encargados de los trasplantes cardíacos en la Clínica Guayaquil. Junto con ella también estuvieron Luciana Boloña, Paola Morejón y un staff de unos 30 especialistas. “La verdad, nos ha costado mucho esfuerzo”, resaltó.

En medio del primer evento de Jornadas Internacionales de Cardiología Crítica, organizado por la Clínica Guayaquil, ella comentó que aspira a que las personas con este tipo de necesidades puedan conocer las oportunidades de vida existentes con los trasplantes.

Además aconsejó a futuros doctores que si tienen metas no decaigan, pese a las adversidades; rodearse de equipos que tengan el mismo objetivo, y además que en el país aún se debe trabajar en varios ámbitos, como la colaboración de entes reguladores del Gobierno.

“El tener gente que te apoye y te inspire a hacer más cosas, eso es lo que le puedo decir a la gente; que se rodeen de gente buena y tengan ganas de hacer lo mismo”, recomendó la doctora a sus futuros colegas.

Para el futuro, ella aspira a que se sigan afianzando las oportunidades de trasplantes en el país. “Que la gente sepa que esto existe, para que puedan derivar a pacientes, porque hay muchos a los que no les dan otra opción: que sepan que sí les podemos dar una mano”, manifestó.

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Gilbert estudió Medicina General en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil. En varios hospitales de Estados Unidos realizó rotaciones. También fue residente de Cirugía General del hospital Luis Vernaza y se entrenó en temas de cirugía cardiovascular y toráxica en el Hospital Universitario de la Fundación Favaloro, en Argentina.

El tercer condecorado por el Municipio es Guillermo Umpiérrez, de 68 años, quien este año llegó a la presidencia de la Asociación Americana de Diabetes (ADA, por sus siglas en inglés), convirtiéndose en el primer latinoamericano en recibir ese reconocimiento.

Este guayaquileño es especialista certificado en Cuidado y Educación de la Diabetes, profesor de Medicina en la División de Endocrinología de la Universidad de Emory y director del Área de Diabetes y Endocrinología del hospital público de la ciudad de Atlanta (Georgia).

“Creo que mis contribuciones en el ámbito de investigación y educación, y de participar en muchísimos comités de la Asociación... He trabajado en la Asociación Americana de Diabetes por 40 años. Es una suerte. Hay un comité que sugiere nombres; tenemos una lista como de 50 nombres cada año, porque hay muchísima gente de investigación”, expresó el doctor, que en estos días visita la urbe.

Sobre su ciudad, él recordó su paso como docente en las universidades de Guayaquil y Católica. A su vez, tomó con agradecimiento el reconocimiento que le entregó el cabildo. “Es un gran honor que la Municipalidad de Guayaquil me dé el reconocimiento del premio científico. Yo me gradué de la Universidad de Guayaquil hace más de 40 años, y siempre he tenido el mejor de los recuerdos (...). Siempre regreso al Ecuador con muy buenos amigos; la gente es tan cariñosa. Es realmente un gran honor”, expuso.

Este médico ecuatoriano, graduado en Medicina en la Universidad de Guayaquil, luego tuvo su entrenamiento de medicina interna y endocrinología en la Universidad de Emory.

Actualmente, sus labores se dividen entre el cuidado de pacientes, la investigación y la educación de universitarios y residentes de posgrado. Además colabora en la redacción de guías de tratamiento de diabetes en la ADA y en la Asociación Americana de Endocrinólogos Clínicos.

Umpiérrez con su equipo enseñan a las poblaciones sobre diabetes, alimentación sana, control de la enfermedad, prevención, entre otros temas. Varias veces al año visita Ecuador para participar de charlas, visitar familiares y fortalecer lazos de amistad y conocimientos con colegas.

Esta semana tendrá un evento sobre endocrinología y diabetes que contará con la participación de 10 especialistas extranjeros y 30 nacionales. “Será un congreso muy bien puesto; está a la altura de cualquier congreso de Europa y Estados Unidos, por la calidad de profesores. La organización ha estado muy bien”, dijo.

Con sus colegas esperan sacar adelante un proyecto para establecer guías de tratamiento de la diabetes para pacientes en Latinoamérica, ya que existe diferencia en los alcances a ciertos nuevos medicamentos, como los existentes en Europa y Estados Unidos. “Que sean dirigidas directamente a Latinoamérica es sumamente necesario”, comentó.

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Del ámbito de la salud, resaltó que tiene médicos extremadamente bien entrenados, muchos en Europa y Norteamérica; y que, a su vez, cuando van a congresos muestran altos niveles de preparación.

Por la cercanía de la ciudad que lo vio nacer, él reveló que trata de venir dos veces al año para visitar a su familia y asistir a congresos con sus colegas, para compartir e impartir conocimientos o investigaciones.

“Guayaquil es una ciudad hermosa, bellísima; el malecón es increíble (...). Caminando por el barrio (en una zona residencial del norte) se ve tan bien, limpia y ordenada la ciudad. Es un gusto ver ahora a Guayaquil”, señaló.

Otros reconocimientos

Este 25 de julio, en la sesión solemne por la Fundación de Guayaquil también se entregó la presea al mérito cultural a Héctor Jaramillo, Norberto Vargas Mármol, Pedro Valverde Rubira, Katia Murrieta Wong, Douglas Rangel Donoso y Evelio Tandazo Vivanco. En el tema de inclusión será reconocida Olga Valdez Jiménez. Y en lo deportivo, Bella Paredes y Jonás Koreiva. (I)