Los estrechos callejones adoquinados en la manzana Q2 de La Atarazana están cerrados con unos portones blancos de más de un metro y medio de altura desde el 4 de marzo.

En esta zona, las estructuras de hierro funcionan como un escudo para protegerse contra la delincuencia y, de esta manera, mantener a sus familias a buen recaudo. La inseguridad obligó a cerrar los pasajes que cruzan por las diferentes manzanas y que antes eran espacios de encuentro entre vecinos, dice Mariela Muñoz.

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Ella relata que el barrio se volvió peligroso a toda hora, al punto que se evitaba salir de casa. “Motos circulaban por las peatonales, carros que no eran de vecinos se estacionaban frente a las casas y había personas que pensamos hacían de campaneros”, anota Muñoz, quien vive más de 20 años en la ciudadela.

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El hecho que confirmó la intención de que los vecinos se organicen y coloquen las puertas fue que hace un par de semanas, producto de un asalto, arrastraron e hirieron a dos mujeres cerca del Hospital de Solca.

Moradores de varias manzanas de La Atarazana recogieron cuotas e hicieron rifas para financiar los portones que fueron colocados a inicios de marzo. Foto: Ronald Cedeño

Este accionar de la comunidad no es nuevo, de hecho el Municipio tiene un incremento en el registro de solicitudes de esta índole. En todo 2021, el cabildo recibió 55 peticiones para cercar calles y peatonales. La cifra es el doble considerando que, en 2020, se recibieron solo 27.

Las solicitudes se han realizado por parte de varios sectores de la ciudad como: Bastión, Los Vergeles, Garzota, Alborada, Esteros, Floresta, suburbio, Urdesa, Pradera, Puente Lucía, Fertisa, noroeste, Sauces, Florida Norte, Martha de Roldós, Samanes, Guasmo, noroeste de la Perimetral, Mucho Lote 1 y 9 de Octubre.

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Jacqueline García, secretaria del comité barrial Unión Cívica Atarazana, indicó que en su sector se colocaron las estructuras metálicas en siete manzanas desde la P1, P2, Q1, Q2, Q3, Q4 hasta la Q6.

Algunas están colocadas en las entradas de la avenida Pedro Menéndez Gilbert y Atahualpa Chávez González. El costo de las puertas fue, en varias manzanas, financiado a través de rifas y bingos. “Nos encerramos para evitar ser rojo de la delincuencia y para que los ladrones no tomen los callejones como guarida”.

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Actualmente, señala García, se está dialogando con los moradores para generar una cultura de cuidado de las puertas, ya que desde su instalación algunos vecinos han dañado las cerraduras o no colaboran para mantenerlas cerradas.

La Asociación de Acción Social Comunitaria de Urdenor 1, en cambio, prevé hacer la solicitud al Municipio para que se les permita cercar en tres sectores que van desde la calle Ignacio Robles a la calle que da a la zanja que divide con Alborada sexta etapa y hasta antes de la ciudadela La Herradura. Además de emitir la solicitud de la colocación de cámaras y altavoces.

En Urdenor 1 se prevé levantar un proyecto y difundirlo con la comunidad para cercar calles y peatonales. En ese sector, los robos en moto ocurren con frecuencia. Foto: Ronald Cedeño

Nancy Quevedo, moradora del sector, explica que en esta zona, en donde habitan 1.300 familias, los robos de celulares y accesorios de vehículos son casi a diario. “Todos los días se observa a carros sin placas, motos con más de dos personas rondando y a sujetos sospechosos en las aceras de los catorce parques que hay en el sector y, especialmente, en la zanja”.

Eduardo Salazar, presidente de la comitiva barrial, anota que algunos moradores han optado por abandonar sus domicilios por los constantes robos. “Han vendido casas o las ponen en alquiler, las personas ya no quieren venir a visitar ni dejar los vehículos parqueados en la vía”.

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Por lo antes expuesto, los moradores prevén armar un proyecto y hacer un croquis para presentar al Municipio de los lugares en donde se quiere colocar los portones de hierro. “No es la solución al problema de la delincuencia, pero nos permitirá caminar por las peatonales con un poco más de seguridad”, afirma.

Mientras tanto, la Dirección de Justicia y Vigilancia es la que acompaña estos esfuerzos y genera los lineamientos mínimos para la colocación de las puertas. Por ejemplo, que todos los vecinos involucrados estén de acuerdo en la colocación de las infraestructuras metálicas y que haya una organización estructurada. Por otra parte, que la puerta esté abierta y únicamente permanezca cerrada por las noches con el objetivo de no afectar el libre tránsito de los ciudadanos.

En la sexta etapa de la Alborada, los moradores se organizaron y colocaron portones. Foto: Ronald Cedeño

El Municipio de Guayaquil, por su parte, recalcó que apoyará todas las iniciativas barriales que busquen mejorar su seguridad, “frente a la falta de un plan integral de seguridad ciudadana que debe ser elaborado por el Gobierno Nacional, ya que ellos tienen la competencia de este tema”.

En ese sentido reitera sobre la necesidad de elaborar políticas integrales de seguridad ciudadana. Es decir, un plan con objetivos claros y con la definición de los recursos que se necesitarán para alcanzarlos. “Hasta que no haya un documento de esta característica, se apoyará cualquier esfuerzo ciudadano a favor de la seguridad”, puntualizó.(I)