La inseguridad azota a diversas zonas de Guayaquil y mantiene en zozobra a los ciudadanos. A pesar de los reiterados pedidos para que efectivos de la Policía Nacional ejecuten más operativos, los robos a personas, locales comerciales, domicilios y vehículos no cesan en la urbe porteña.

Eran casi las 19:00 del sábado cuando dos sujetos armados ingresaron a un restaurante ubicado en la manzana 487 de la ciudadela Sauces 8, norte de Guayaquil. Ester, propietaria del sitio, manifestó que los delincuentes sustrajeron objetos de varios comensales que se encontraban en el sitio.

“Nos amenazaron, se llevaron celulares, dinero, lo que había ganado ese día. Nos asustamos bastante, gritaban, nos apuntaron”, manifestó la ciudadana.

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Luego bajaron la puerta, los dejaron encerrados y huyeron por una vía peatonal. En uno de los estacionamientos, los esperaba un vehículo con otras dos personas. Varios ciudadanos intentaron detenerlos, pero los delincuentes respondieron con disparos que no alcanzaron a ninguna persona.

Habitantes de este sector del norte guayaquileño viven con temor desde hace varios años. “La delincuencia está imparable”, dice Andrés German, morador.

El año pasado, antes de la pandemia de COVID-19, junto con sus vecinos decidieron instalar un cerramiento en la vía peatonal donde viven.

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“Robaban en la principal y corrían por aquí para darse a la fuga. Pasaban viendo si había puertas abiertas; hasta por las ventanas trataban de sacarse algo de la casa. Era demasiado, mucha inseguridad”, sostuvo el ciudadano.

A unos 500 metros del restaurante asaltado, sobre la calle José Santos Rodríguez y Carlos Merryl Morales está ubicada la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) Alborada 4. En un recorrido que realizó un equipo de este Diario el martes 31, durante dos horas se evidenció que no existían uniformados en el sitio.

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Las puertas de este retén policial se encontraban cerradas. Asimismo, en esas dos horas, no se observó patrullaje policial.

“La gente que sale a coger carro para trabajar sale con cuidado, porque vienen en moto los delincuentes, andan al acecho a eso de las seis o seis y media de la mañana”, expresó Pilar Gómez, otra vecina de este sector. Y siguió: “La policía no pasa; y si pasa, es de repente. Hay mucha delincuencia, todo este sector se ha vuelto muy peligroso”.

Carlos, otro vecino, manifestó que varias luminarias sobre la calle José Santos Rodríguez están dañadas. Y que las personas evitan salir durante las noches por temor a ser víctimas de la delincuencia.

Dijo que entre varios vecinos han hecho reclamos en la Corporación Nacional de Electricidad (CNEL) para la reposición de esas luminarias. No obstante, hasta este jueves 2, seguían sin funcionar.

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“Nos sentimos impotentes, porque estamos rodeados por ladrones y nadie nos apoya; estamos indefensos”, sostuvo el ciudadano.

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Agregó que en las últimas semanas varios vecinos se han quejado del robo de accesorios de vehículos durante la madrugada. “Están ahora agarrando las memorias de los carros. A inicios de año se llevaron un carro”, refirió Carlos.

En esta manzana piden que se desarrollen más operativos policiales. “Queremos por lo menos que los policías caminen por aquí, se den la vuelta”, indicó German.

Atemorizados, los moradores también alertan de que el microtráfico en esa zona se ha incrementado, por lo que piden acciones urgentes por parte de las autoridades pertinentes. (I)