Las restricciones impuestas por la pandemia del COVID-19 no fueron impedimento para que la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad de Guayaquil, junto con docentes y estudiantes, llevara a cabo diversos proyectos de investigación en pro de la comunidad, iniciativas que se iniciaron en pleno confinamiento y ahora están por concretarse.

Sobre uno de los proyectos principales que efectúa la unidad académica, llamado SARS-CoV-2, la decana Sandra Ronquillo comentó que el trabajo consistió en las investigaciones sobre las aguas de la Costa ecuatoriana.

“Se ha podido encontrar que algunos puntos tienen mayores afectaciones. La primera fase fue el diagnóstico, luego obtuvimos resultados donde existieron afectaciones por coliformes, dentro de eso hay que considerar las causas y efectos. Para conocer las causas deberían intervenir las políticas del Gobierno Autónomo Descentralizado (GAD) para mitigar ese problema¨, expresó ella.

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Sostuvo que hay proyectos que, por ejemplo, pueden lanzarse a dos años y otra fórmula es que varias propuestas vayan encadenadas de acuerdo con la investigación que se va presentando.

Maritza Cárdenas, especialista en investigación que trabaja en la Universidad de Guayaquil desde el 2017, es becaria de la Senescyt y ha desarrollado dos proyectos. Uno del 2018 al 2020 que consistió en la evaluación de una especie invasora que afecta a las zonas naturales de la reserva marina El Pelado.

Actualmente coordina el proyecto que se denomina Vigilancia de SARS-CoV-2 en plantas de tratamiento de aguas residuales en Guayaquil y que se ha extendido a la zona de Santa Elena.

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Estos trabajos junto con las demás investigaciones se efectuarán hasta el 2023. “El objetivo primordial es que, a partir de la información y detección del virus en las aguas servidas, nosotros podamos dar información a los tomadores de decisiones para prevenir que en siete días, aproximadamente, podríamos evitar un brote o dar un mejor tratamiento en el sector donde está el COVID-19″, explicó Cárdenas.

Coliformes fecales y la contaminación

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La primera fase terminó hace dos meses, se efectuó un diagnóstico de la presencia de partículas de ARN viral de SARS-CoV-2 en quince balnearios del cantón Playas y la provincia de Santa Elena, también en lagunas de oxidación en Punta Carnero.

“Con ese diagnóstico ahora conocemos que sí existen áreas donde hay esas partículas e informamos a las municipalidades para que tomen acciones correctivas sobre todo a nivel de coliformes fecales. No solamente evaluamos el SARS-CoV-2, sino también parámetros físicos, químicos y microbiológicos, para conocer si estamos preparados para la reactivación económica. Lamentablemente hemos identificado un grave problema de salud pública no solo en el agua, sino a nivel de servicios, muchas veces por la contaminación de productos alimenticios”, manifestó.

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Indicó que con base en este diagnóstico entrarán en enero del 2022 a la fase 2, que es el planteamiento de propuestas para dar soluciones a esta problemática.

En el área ambiental, Cárdenas señaló que como Universidad de Guayaquil firmaron un convenio con el Ministerio del Ambiente para trabajar en control y monitoreo de las fuentes que emiten estas aguas contaminadas hacia las playas, esteros y bahías.

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Agregó que van a monitorear estas variables cada tres meses para evaluar si realmente hay un cambio o no en la actitud de las personas que contaminan estos sitios.

Constantes capacitaciones

“Tenemos diversas capacitaciones que impartiremos hacia el sector de cabañas, restaurantes y playas, específicamente en Ayangue y en General Villamil, para mejorar los conocimientos de los propietarios de estos lugares. Se darán capacitaciones sobre buenas prácticas de manufactura, protocolo de higiene, limpieza, cumplimiento de normativas de la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa), entre otras actividades”, detalló Cárdenas, coordinadora del estudio SARS-CoV-2.

Asimismo declaró que desarrollarán una fase de educación ambiental con la comunidad a través de la radio (Facultad de Comunicación), para llegar a una mayor cantidad de personas con consejos para incursionar en proyectos de emprendimiento, educación y sobre la protección del ambiente.

Esta labor cuenta con un grupo de investigadores, la mayoría con experiencia, que trabajan articuladamente con la Facultad de Ingeniería Química, el Instituto Nacional de Salud Pública e Investigación(Inspi), la Universidad de Manitoba de Canadá, entre otras entidades.

Sobre lo más difícil de este estudio, contó que fue salir al campo en tiempos de pandemia, con temor, en pleno cierre de playas, decidieron arriesgarse al contagio. Dijo que otra dificultad fue la falta de fondos que el mismo Estado generó y ha disminuido para las investigaciones.

“Los estudiantes a pesar de que no se los podía exponer al exterior, muchos de ellos lo hicieron, sobre todo los que debían elaborar sus tesis, debido a que querían desarrollar la investigación de sus temas. Ellos han sido una parte fundamental de nuestro trabajo”, resaltó Cárdenas.

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En este proyecto colaboran cerca de 25 personas, 5 estudiantes semilleros y el resto se divide en miembros de otras instituciones, así como entidades externas.

En cuanto a recursos, la decana de la Facultad de Ingeniería Química, Sandra Ronquillo, indicó que los proyectos de fondo de competitividad interinstitucional (FDI) vienen por parte de la universidad y en conjunto con otras agrupaciones. Expresó que son trabajos macros, por lo tanto, se requiere de abundantes recursos.

La decana refirió que se han ido firmando muchos convenios con instituciones públicas y privadas de tal manera que permitan cumplir los objetivos de la universidad, como la vinculación y la interacción con la comunidad.

El próximo año tienen previsto finalizar esta fase. La funcionaria detalló que generalmente tardan un año por fase dependiendo de cómo se lance el proyecto, en estos trabajos hay docentes y estudiantes, profesores de esta facultad y de otras. Añadió que los alumnos que participan en estos trabajos de investigación son los que ya están en el proceso de titulación, “ellos ponen en el tapete su aprendizaje”.

La universidad por año realiza concursos. Hubo uno sobre el COVID-19, en el que los profesores presentaron su proyecto. La facultad intervino en esas actividades de las cuales tres docentes obtuvieron el primer lugar en dicho certamen.

“Tenemos cuatro carreras, cada una tiene su línea de investigación, nosotros los docentes proponemos distintos proyectos¨, comentó Daniel Zea, docente de la Facultad de Ingeniería Química.

Más proyectos científicos

Augusta Giménez, experta en temas de investigación, expuso que uno de los proyectos en los que ella participó consiste en elaborar polímeros con propiedades antimicrobianas, buscando fibras para realizar trabajos con residuos agrícolas, dentro de aquello se encuentran los desechos del café, que sirven de alimento para ciertas bacterias que desarrollan membranas celulosas.

Una vez que está desarrollada la membrana, “nosotros la procesamos, eliminamos todos los restos de bacterias y sustancias, lavamos, limpiamos, secamos y esa membrana nos puede servir para elaborar zapatos, carteras, ropa, cinturones y mochilas, esto reemplazará al cuero”, explicó Giménez.

En la actualidad se está trabajando con los residuos del banano, con la utilización de la fibra del banano, incluso -precisó Giménez- se planifica usarlo como textil. Igualmente comentó que estos proyectos realizados le dan la pauta para hacer otras investigaciones más, por ejemplo, todo lo que serían los recubrimientos hidrofóbicos de envases para alimentos y también tableros.

La cápsula del tiempo

La decana de la Facultad de Ingeniería Química contó que, por los 60 años de vida institucional, dentro de la celebración se realizan diversas actividades, una de las principales es la “cápsula del tiempo”, en la que participan los docentes, personal administrativo, de servicio y estudiantes, que aportan con objetos variados que serán revelados dentro de los próximos quince años.

La decana de la Facultad de Ingeniería Química, Ing. Sandra Ronquillo, junto con el subdecano, Hugo Pérez, promueven a sus dirigidos a enriquecer la cápsula del tiempo. Fd Ronald Cedeño  Foto: El Universo

“Esta cápsula se abrirá cuando la facultad cumpla 75 años, es decir, allí estará acumulada parte de la historia que cosechamos estos años”.

El subdecano Hugo Pérez manifestó: “La idea de esta actividad es que el estudiante del 2036 conozca cómo estábamos nosotros en esta época, en mi caso hice un escrito contando lo que ocurrió en estos tiempos de pandemia, cuando estuvimos confinados”. Además dijo que los estudiantes tendrán un tiempo adicional para depositar sus objetos más significativos en la referida cápsula del tiempo. (I)