En el puesto de mariscos de Angelina Sáenz, en el mercado Central, situado en el centro de Guayaquil, había camarón, calamar, albacora, corvina y dorado. Rosario, quien vive en el suburbio y que dijo que había llegado a la zona para realizar un trámite, preguntó el costo de la libra de esta última especie de pescado. Le dijeron “tres dólares” y siguió recorriendo locales.

La dueña del puesto de mariscos comentó que el costo de los mariscos sube en tiempos de Cuaresma, pero que esta época de pandemia la demanda ha sida escasa por ese factor y por el bajo poder adquisitivo de las familias, seguramente afectadas por la crisis derivada por la propagación del virus.

“Yo pensaba ‘va a haber demanda’, nada, así estuvimos el año pasado que no hubo nada”, expuso la vendedora Sáenz en referencia en lo último a las procesiones que fueron suspendidas por la pandemia.

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Este Miércoles de Ceniza a los feligreses ya no se les tiñe la cruz en la frente debido a la pandemia del COVID-19, en Guayaquil

El Viernes Santo 2020 estuvo marcado por sobrevuelos en las distintas ciudades de Ecuador. En Guayaquil, la bendición a las familias se impartió desde el aire, con sacerdotes sujetando una imagen del Cristo del Consuelo.

Por cuestión económica en el Puerto Principal, el pescado o el marisco en general no es prioridad de quienes viven la Cuaresma, tiempo en el que los creyentes preparan su espíritu con miras a la Semana Santa. Y esto incluye el ayuno y otros actos de penitencia, reflejado tradicionalmente en la negación de comer carne los miércoles y viernes.

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El sacerdote Wilson Malavé, párroco de la parroquia San Agustín, con sede en el centro de la ciudad, mencionó que entre la feligresía promueve el ayuno como el acto de “repartir lo que no vas a comer”, y comentó que varios benefactores permiten a su comunidad servir semanalmente comida a alrededor de 400 ciudadanos, la mayoría en situación de calle.

Estimó que no es tanto una ley ceñirse a la tradición del no consumo de carne los miércoles y viernes del tiempo de Cuaresma, por lo que evocó el pasaje bíblico de los “guerreros consumiendo el pan que había sido consagrado para los sacerdotes”. Remarcó que el ayuno marca el acto de desprenderse de alimento para darlo al necesitado.

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En el mercado Caraguay, en el sur, Jesús Rosero, vendedor de mariscos, también habló de una poca demanda de mariscos, pero que esperaba que los comensales se vayan multiplicando con el transcurso de los días. Comentó que ya disponía de pescado salado, pero que ante la escasa expectativa de pedidos prefería mantenerlo guardado.

El pescado salado es el ingrediente principal de la tradicional fanesca, el plato demandado en la Semana Santa, potaje que lleva una importante carga de granos.

“Ahí tengo por si acaso alguien pide, ya después sube de precio”, mencionó sobre la oferta del producto.

¿Fanesca en casa con los mínimos ingredientes? Cómo no fracasar en el intento

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El pescado salado si es bacalao cuesta hoy $ 8, si es picudo $ 6 y si es lisa $ 3,5.

Según comensales, el picudo es la especie cuya cotización se disparó. “El rojo cuesta $ 4 y el blanco $ 6″, expuso la ama de casa Rosario.

En el mercado Central, donde le indicaron que la libra de dorado estaba a $ 3, ella comentó que buscaría pollo o chorizo como proteína económica. (I)