Cuando se graduó de bachiller, Ariana Segura quería estudiar ingeniería ambiental. Pero en el camino se encontró con una barrera para cumplir su anhelo: el examen Senescyt. Su puntaje no era suficiente y las únicas universidades públicas que la tenían eran la Estatal y la Agraria.

Su siguiente opción fue estudiar Recursos Humanos, pero no era lo que ella deseaba para desarrollarse como profesional. “Hubo muchos momentos en los cuales quise retirarme, pero mi padre me convenció de continuar y terminé graduándome, pensé que al entrar a pasantías y prácticas le tendría más cariño a la carrera, pero no fue así, no fue ni es lo mío”, dice la joven de 23 años.

El pasado 14 de julio, el presidente Guillermo Lasso anunció que para el 2023 se retiraba la prueba Ser Bachiller, ahora cada universidad podrá aplicar su propia prueba de admisión.

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Segura cree que ese examen no solo cortó sus aspiraciones, sino la de muchos jóvenes que no pudieron estudiar lo deseado y debieron inclinarse por otras carreras. “Me alegro de que esto pase, pues no me permitió estudiar la carrera que quería, limitó a muchos jóvenes”, indicó.

Brenda Espinoza, estudiante de comunicación, terminó optando por esta carrera dado que no pudo entrar a estudiar arquitectura, como lo hubiese querido. Recuerda que en el 2017 rendió la prueba Ser Bachiller y no alcanzó el puntaje necesario, por lo cual empezó a buscar otras opciones, pero eran costosas. Actualmente está culminando la carrera de comunicación.

Tras el anuncio de que se eliminará el examen de ingreso, Espinoza cree que si no hay transparencia en los mecanismos de acceso, la gente corrupta se puede aprovechar y por ende conseguir cupos será mucho más complicado.

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Aunque ella no logró un cupo para entrar a la carrera deseada, el examen no le parecía mala idea porque es una manera de evaluar a los estudiantes de diferentes niveles.

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Génesis Mantuano, quien se graduó en el 2018, tenía como primera opción la carrera de medicina, sin embargo, y a pesar de haber obtenido un puntaje alto, no pudo entrar por lo cual terminó inclinándose por obstetricia, pues está relacionada con la medicina y la salud.

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Para ella, la prueba de acceso permitió que estudiantes de otras provincias y de bajos recursos puedan entrar de forma justa y a través de méritos a la carrera que anhelan. “Ahora que se elimina pienso que se complicará el acceso para gente de bajos recursos y veremos corrupción en la obtención de cupos”, estimó. (I)