La posibilidad de que en Guayaquil suba el costo del transporte público de pasajeros preocupa a la ciudadanía, que considera que la economía familiar está tan golpeada por efecto de la pandemia del COVID-1 que un incremento llevaría a grupos al desespero.

“Si a veces no hay plata (dinero) para la comida”, expuso Lorena García, habitante del sector La Ladrillera, noroeste de la ciudad, quien recordó que hace algo más de un año la tarifa de bus urbano era de $ 0,25.

Afuera del hospital Abel Gilbert Pontón, donde la mujer había acudido para visitar a un familiar, la usuaria mencionó que el sueldo básico no subió en este 2021, que por tanto no podría justificarse un alza.

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La tarde y noche del lunes 8, transportistas urbanos dejaron de prestar servicio en Guayaquil para exigir a la autoridad la revisión de la tarifa.

El martes 9, el servicio se ofreció de manera normal, al tiempo de que delegados del gremio y representantes de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) se reunieron en busca de un acuerdo.

Voceros del gremio también se encontraron con autoridades de la Gobernación del Guayas y del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP).

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Con el cabildo, los servidores quedaron en realizar un estudio que determine el nivel de posibles pérdidas para los transportistas, lo que pudiera justificar un aumento del valor del pasaje.

Gonzalo Barrionuevo, morador de la cooperativa Juan Péndola, en el Guasmo, dijo que en su rutina de visitar posibles clientes ha tomado hasta ocho buses al día. Comentó que sería inconveniente un incremento porque muchos ciudadanos no tienen empleo o como él no pueden conseguir clientes para, en su caso, contratos de restauración de mobiliario.

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“Y si toca que los estudiantes vuelvan a clases, ahí nomás hay papás que tienen dos o tres hijos en los colegios”, expuso.

Con la liberación del precio de los combustibles, adoptado por el Gobierno en el segundo semestre del 2020, el galón del diésel se ha venido incrementando gradualmente. Este año alcanza el $ 1,30.

“Treinta centavos no nos alcanza para la operación, hay repuestos, llantas (que comprar), por la pandemia hay que andar con menos pasajeros, no alcanza”, mencionó Fabián Arias, transportista urbano.

Comentó que el Municipio, a través de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM), estaría de acuerdo en un alza mínima, que por eso el estudio podría reflejar la necesidad del transportista.

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Ángela Medina, habitante de La Ladrillera, comentó que su cuñado es propietario de un bus y que estas semanas, con el incremento gradual del precio del diésel, ha pasado quejándose sobre los costos de operación. “El otro día decía que se le dañó una llanta, que había conseguido una rueda de segunda mano a $ 200 y que calculaba que le duraría cuatro meses.

En los próximos días se prevén anuncios respecto del pedido de los transportistas urbanos. (I)