Un fuerte estruendo, seguido de una explosión, se escucha a menudo en las cooperativas Guayaquil por Guayaquil y Sandino 4, ambas ubicadas a escasos metros de las avenidas 25 de Julio y Domingo Comín, en el sur de la ciudad.

En estas zonas, los vehículos de carga pesada transitan a velocidad a toda hora debido a la cercanía con los puertos marítimos y algunos impactan aceras, bordillos y postes de energía eléctrica.

De hecho, el último suceso de este tipo ocurrió el domingo en la mañana. Un tráiler topó y derribó uno de los postes ubicados en uno de los costados de una calle y producto del golpe se arrancaron cuatro más. El hecho provocó que al menos una cuadra se quedara sin servicio eléctrico de forma inmediata.

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Funcionarios de empresas de internet, cuentan los vecinos, recogieron algunos de los restos de cemento y cableado en la vía. Sin embargo, hasta el pasado martes, partes de cables y de los postes aún están regados en medio de la calzada.

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Uno de los moradores dijo que este tipo de accidentes les ha generado pérdidas económicas ya que varios electrodomésticos se han quemado por las variaciones de energía. “Es imposible vivir con el temor de que en algún momento llegue otro tráiler, se lleve un poste y haya un salto de luz que queme televisores o refrigeradoras”.

Vecinos relatan que lo que sucedió el domingo no es algo nuevo ya que, por lo general, los grandes camiones y plataformas que transitan por la zona usan uno de los callejones que están a un costado de las dos cooperativas para circunvalar. Asimismo, usan las calles pequeñas que rodean al parque Stella Maris; allí también se suelen estacionar y los conductores proceden a descansar por varias horas.

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Juan Chávez, quien se dedica a cuidar vehículos y ha vivido por más de 40 años en el sector, detalla que los camiones con contenedores hacen maniobras bruscas y, especialmente en la noche, impactan los postes. “Algunos los derriban de un solo golpe; otros, en cambio, van cayéndose de a poco por los golpes”.

En la avenida Domingo Comín, por ejemplo, se observa a una de estas estructuras de cemento que está ligeramente inclinada. Hace unos cuatro meses, relatan los moradores, un camión con una plataforma grande topó el poste y desde ese momento dejó de funcionar el foco que está en la parte superior. Cada semana se inclina más, dice Patricia Obando, residente de Santino 4 desde hace unos 40 años.

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Hace unos cuatro meses, según moradores, un tráiler se impactó contra uno de los postes ubicados en la avenida Domingo Comín. Foto: José Beltrán

Hasta el momento, aseguran, se ha solicitado a la Corporación Nacional de Electricidad (CNEL) que atienda el pedido de recambio del poste o reforzamiento en las bases, pero aún no tienen respuesta.

Obando dice que este poste inclinado es un peligro ya que si se llega a caer, se quedaría sin electricidad toda la cuadra. “Hemos pedido en muchas ocasiones que vengan al barrio y revisen las columnas que sostienen los cables que están a punto de caerse, ya les sucede a los otros vecinos y no queremos que nos pase a nosotros”.

Según Obando, otro problema que persiste en el sector es la actitud de los conductores de los vehículos de carga. Algunos moradores no están en contra de que los choferes pernocten en el sitio, pero sí requieren que se respete a las familias. “No se puede hablar con los choferes para que tengan más cuidado al transitar por la zona”.

Ella dice que en muchas ocasiones se han portado de mala manera o incluso han amenazado. El domingo, por ejemplo, cuenta que se trató de detener al conductor que derribó los postes en la cooperativa Guayaquil por Guayaquil, pero el hombre actuó de forma grosera.

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Los conductores de los vehículos de carga pesada se estacionan frente a las viviendas de las cooperativas Guayaquil por Guayaquil y Sandino 4. Foto: José Beltrán Foto: El Universo

Y es que en la calle que conecta a las dos cooperativas, además de la presencia de los tráileres, otros vehículos van a exceso de velocidad, como los carros pequeños y las motocicletas.

Eva Peñafiel, moradora de Sandino 4, explicó que el salir de su vivienda se ha convertido en algo casi imposible por la cantidad de vehículos que circulan.

Esto, además de los constantes robos que se registran en la zona. “A veces vienen disfrazados de trabajadores de puertos o de la empresa de basura y roban. Mi hija sale a las 05:00 y ya le han robado dos veces”. (I)