Más de 60 empresas están interesadas en participar en el proceso de licitación para el dragado del río Guayas. El último documento que faltaba ya fue emitido por el Ministerio del Ambiente, pero los términos de referencia del concurso “están siendo cuidados sigilosamente”, confirma la prefecta Susana González, cuya administración espera concretar esta obra que lleva décadas postergada.

Ese cuidado pretende, en aras de la transparencia, dice la prefecta, que las bases no se filtren. Y se lo hace teniendo la información en una sola computadora, “donde nadie tiene acceso, salvo dos personas responsables que firmaron un compromiso de confidencialidad”.

El ministro de Ambiente, Gustavo Manrique, entregó el 8 de noviembre, minutos antes de la sesión solemne por los 201 años de provincialización, el acta con la revisión final para obtener la autorización formal del permiso del dragado del río Guayas. Era el último documento habilitante.

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Pero González dice que su administración quiere “garantizar transparencia, seguridad y confianza” a los inversionistas. Por eso, como ya lo había anticipado, pedirá la próxima semana un informe de pertinencia y favorabilidad a la Contraloría del Estado, que será la primera en revisar esas bases que ningún interesado conoce todavía.

El tiempo establecido por la Contraloría para emitir sus recomendaciones es de quince días, aseguran desde la Prefectura; por lo tanto, en dos semanas esas bases que hoy se guardan en una computadora ya se podrán subir al portal de Compras Públicas y entonces se sabrá concretamente cuántas de las 60 empresas interesadas participarán realmente.

A decir de Pablo Suárez Changuan, ingeniero civil y gerente de Consulsua, empresa que hizo los estudios para otro dragado, el del canal de acceso al puerto marítimo de Guayaquil, este paso preparatorio que ha hecho la Prefectura es lo correcto.

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La prefecta Susana González ofreció una rueda de prensa sobre el dragado del río Guayas en el islote El Palmar, asentamiento que permite pararse en medio del río Guayas.

¿Cómo se pueden mostrar empresas interesadas en un proyecto del que no se anuncian bases? Hay que entender que la recepción de muestras de interés, que arrancó el 10 de agosto pasado, no constituye todavía una fase del concurso, solo se quiso conocer qué compañías tenían interés y experiencia para este proyecto que tiene un presupuesto referencial de $ 46 millones.

“Esto es normal y es lo adecuado, así es como se ha hecho en otros casos: primero se llama para conocer quiénes estarían interesados, y luego de eso se publican las bases para que compitan entre los calificados según los criterios que aplique la autoridad competente, como experiencia y gestión de proyectos, por ejemplo. Y de lo que escuché, lo harán con informe previo de la Contraloría, así que eso está muy bien”, dice Suárez.

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La Prefectura contempla un plazo aproximado de 120 días para definir al ganador de la convocatoria a la licitación pública internacional. Y una vez firmado el contrato, la ejecución del proyecto sería en 900 días.

¿Dónde y cuánto tendría que dragar la empresa que resulte adjudicada? De acuerdo con los estudios contratados hace dos años y que la Prefectura adelantó a este medio, que sí serán tomados en cuenta, el dragado comprenderá los alrededores del islote El Palmar, que van desde los puentes de la Unidad Nacional —que conectan Guayaquil, Samborondón y Durán— hasta los pilotes de la Aerovía; y las riberas de la urbanización La Puntilla en sus dos costados, frente a Guayaquil y Durán.

Según el estudio, se deben extraer 6 millones de metros cúbicos de sedimentos aledaños al islote El Palmar, el que no va a desaparecer.

A El Palmar hay que estabilizarlo, sugiere Suárez Changuan, especialista en hidrografía y puertos, quien conoce de cerca los problemas que presentan los ríos de la Costa, como el Guayas.

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“Es necesario darle al islote una forma hidrodinámica, porque, de lo contrario, en poco tiempo podría haber deslizamiento de taludes por el impacto natural de las aguas cuando está bajando la corriente del río Daule y del río Babahoyo, o cuando está subiendo la corriente por efecto de la marea”.

La solución que propone Suárez está contemplada en el estudio que tiene la Prefectura. “El islote no va a desaparecer, los estudios contemplan su estabilización”, dijo la prefecta a este medio.

Mantenimiento

Susana González adelantó la necesidad de pensar de inmediato en un mantenimiento integral y a largo plazo, para que los sedimentos que son arrastrados desde la cuenca alta no vuelvan a formar bancos de arena en la zona que se planifica dragar.

Con el dragado integral y con propuestas de soluciones a largo plazo coincide Héctor Hugo Ullauri, planificador urbano y docente-investigador de la Universidad de Guayaquil, quien ve a los ríos y esteros también como una forma de transportación masiva para aliviar la congestión vial o el tráfico en las ciudades.

El islote El Palmar ha crecido aceleradamente en los últimos años y la sedimentación ha dejado problemas.

“Una de las ventajas del dragado es el control de las inundaciones. No solo favorece a efectos de mitigar el impacto de las escorrentías de aguas residuales y aguas lluvias, sino que también ayuda a que no haya inundaciones en sectores bajos, productivos, afectando cosechas y sistemas de riego”, sostiene el docente.

También puede ser útil ocupar el material extraído para hacer relleno hidráulico y mitigar un poco el impacto ambiental generado por la explotación masiva de canteras.

Los sedimentos, que según la consultoría de la Prefectura serán depositados en el sector Peñón del Río en Durán, serían de muy buena calidad, estima Suárez, quien está de acuerdo con el calado de 2,50 metros que se propone en el estudio de la Prefectura.

Y para eso hay que buscar la mejor ingeniería, insiste Suárez. “Por ejemplo, configurar el islote, estabilizarlo de tal forma que se genere un angostamiento, sin llegar a erosionar las riberas para mejorar el flujo de las aguas. Hay que darle una forma hidráulicamente adecuada y dragar los alrededores (...); la misma configuración del islote podría usarse como sitio de depósito de cierta parte del material a dragar”, sugiere el experto. (I)