La parrillada La Selvita empezó en 1982 en la intersección de las calles Rosa Borja de Icaza y la D, en el barrio del Centenario, con la venta de carnes en palito que se ofrecía sobre todo a los asistentes a una escuela cercana de esa zona del sur de Guayaquil.

Al poco tiempo su propietaria, Isabel Wagner Areco, buscó un lugar más amplio a media cuadra, donde logró éxito con la especialización de asados hasta el 2004. Ese espacio era un restaurante en que el suelo curiosamente -como ella cuenta- era de piedra chispa y el techo de cade. Un ambiente natural que encantaba a sus visitantes.

Hoy, los recuerdos de ese primer local han retornado en una nueva casa, en Samborondón, y vuelven a cautivar a los antiguos y nuevos clientes, comenta Wagner, quien tomó la decisión de reabrir el negocio en plena pandemia tras 16 años de ausencia.

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En sus primeros años, la aceptación de La Selvita era tan buena que en 1993 abrió otro espacio en Lomas de Urdesa, en el norte de la urbe, con vista a la ciudad y capacidad para unos cien comensales.

Por más de veinte años Wagner administró los dos restaurantes que mantenían las mismas preparaciones de comida y de estilo decorativo con predominio de la vegetación y naturaleza en honor al nombre del negocio.

El origen del título La Selvita proviene de un local de plantas que ella tenía en la misma esquina del sur de Guayaquil, ya que su familia estaba involucrada con negocios de ese tipo (florería La Orquídea).

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Con el paso de los años, entre el 2003 y 2004, llegó la regeneración de Urdesa y el parqueo en la subida a Lomas de Urdesa quedó restringido, mientras que en el sur se vivía el éxodo de personas de gran poder adquisitivo, quienes migraron en busca de un nuevo hogar en La Puntilla (Samborondón) y en la vía a la costa, norte de la urbe.

Aquellos motivos, después de 22 años, desencadenaron en el cierre de La Selvita. Ahí, Isabel Wagner se dedicó a otras actividades laborales.

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A partir de entonces, la empresaria estuvo involucrada con actividades de corretaje inmobiliario, incluso ocupó el cargo de presidenta de la Asociación de Corredores de Bienes Raíces y fue pionera con el primer centro de Pilates Gym (que cerró en 2018). Esas labores la mantuvieron alejada por 16 años del interés de continuar con el negocio gastronómico.

Sin embargo, confiesa que en reiteradas ocasiones se topaba con la inquietud de las personas que le consultaban sobre la posibilidad del retorno del reconocido negocio de comida. “No había semana que alguien no me preguntara: ‘¿Cuándo abres La Selvita?’”, comenta.

Wagner, de madre uruguaya, Ana María Areco, y padre ecuatoriano, Miguel Wagner Velasco, resalta que el apego a la cocina se mantiene desde su infancia. En ese entonces, ella, que además nació en Argentina, siempre solía compartir asados en casa de sus progenitores con sus amigos uruguayos, como Eduardo el Ñato García y Daniel Mascaró.

Justamente, en plena cuarentena que motivó la paralización de la industria inmobiliaria, ella y Juan Xavier Ponce, uno de sus hijos, compartían una noche de asados cuando volvió la idea de despertar la nueva La Selvita. Inicialmente el negocio se pretendía implementar solo a manera de servicio a domicilio con un punto de despacho en Entre Ríos, desde noviembre del 2020.

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Sin embargo, pasaron las semanas y era tal la respuesta de la gente que vieron la necesidad de acondicionar tres mesas afuera de ese local. “Todo el mundo empezó celebrando las recetas y las salsas, ‘que yo iba cuando era chico’, ‘qué emoción, otra vez voy a comer la salsa de queso’ y toda esa respuesta que tuvimos en redes (sociales) nos hizo despertar la idea de volver al mercado con un local”, comenta.

Local de La Selvita en Entre Ríos. Actualmente ya no opera. Foto: Cortesía

Finalmente, su deseo de dar un mejor servicio los motivó a tener un local amplio, por lo que se mudaron al centro comercial Las Terrazas, en La Puntilla (Samborondón).

Ahora, la nueva La Selvita ya lleva siete semanas en Las Terrazas, desde el 1 de octubre, con disponibilidad de doce mesas (48 personas) entre los espacios interiores y exteriores, incluyendo esos ambientes de predominio natural.

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“La Selvita ha sido muy bien recibida por toda la clientela, graciosamente son personas (sus clientes) que llevaban jovencitos a sus papás en el siglo anterior y hoy ya vienen con sus hijos a recordar los mismos sabores de antes, nos dicen que todo está delicioso”, cuenta la psicóloga organizacional y agrega que la mayoría de comensales proviene del mismo sector de Samborondón, y de zonas de Guayaquil, como el barrio del Centenario y urbanizaciones de la vía a la costa.

Para la atención del local, ella ahora recibe el apoyo de diez empleados. De estos, cuatro ya estuvieron en la antigua La Selvita, como el barman y parrillero, piezas claves a la hora de elaborar los cocteles y carnes tan solicitados en el lugar.

Asimismo, el apoyo familiar, principalmente de sus tres hijos, es clave para llevar adelante este negocio. Por ejemplo, Wagner se apoya con su hija Johanna que maneja las redes sociales, Juan Xavier creó algunas recetas y Roberto, que vive en Argentina, le comparte sugerencias.

La Selvita en Las Terrazas. Foto: Cortesía

Las recetas se mantienen

La Selvita conserva las mismas recetas de sus inicios. Para ello, Isabel cuenta que trabajaron internamente por un mes con diversas pruebas con el propósito de mantener el mismo sabor, aquel que cautivó a sus seguidores. En esa tarea colaboraron varios empleados que fueron parte del primer equipo de trabajo de la marca años atrás.

Por ahora, en Las Terrazas cuentan con el 90 % del menú tradicional que deleitó paladares en el Centenario y Lomas de Urdesa, y además el 10 % son nuevas propuestas gastronómicas. No obstante, aún quedan pendientes de revivir unas pocas preparaciones que se mantienen guardadas hasta una nueva actualización del menú.

La gente ha conservado con mucho cariño el nombre La Selvita, que es altamente apreciado por quienes en esa época estuvieron y las nuevas personas que están viniendo a conocer porque les gustan nuestras preparaciones”, menciona.

Dentro de la propuesta gastronómica en La Selvita destacan las parrilladas, el lomo primavera, la papa con salsa de queso y la ensalada Cleopatra. Además hay nuevas ofertas culinarias de platos italianos, como risottos, pastas y pizzas, y también bebidas, entre esas su famosa sangría, que siempre ha sido la mejor de la ciudad, como dice jocosamente Isabel.

¿Cómo seguir distinguiéndose? Isabel resalta que mantiene estricto cuidado con la calidad de los ingredientes, además ellos mismos preparan los embutidos y tratan de brindar un servicio de primera. “La carne nuestra es jugosa, no es seca, ni extremadamente condimentada, tenemos un estilo propio que creemos que a la gente le gusta mucho”, dice.

Además revela que una meta a mediano plazo será la expansión de La Selvita. Para ello ya capacitan a más colaboradores y analizan la vía a la costa como próximo destino con un segundo local.

Horarios

De domingo a miércoles de 12:30 a 22:00 y de jueves a sábado de 12:30 a 23:00. (I)

Ambiente interior del restaurante La Selvita, ubicado en el centro comercial Las Terrazas de Samborondón. Foto: Carlos Barros