Rocío, de 77 años y residente de Samanes, está conectada a un tanque de oxígeno pequeño. Usa doble mascarilla siempre y pese a no salir de su casa, tiene su gel antibacterial en las manos. Ella padece de hipertensión pulmonar crónica y no puede ni imaginarse que pudiera contagiarse de COVID-19, ya que su muerte sería de inmediato pues sus pulmones de por sí están comprometidos. Ella es parte del grupo vulnerable -por enfermedad- que incluirá el programa de vacunación COVID-19 que desarrolla el Municipio de Guayaquil para un millón de guayaquileños.

La alcaldesa Cynthia Viteri explicó que la prioridad para el Municipio es inmunizar al personal de primera línea COVID-19 y a la población vulnerable como adultos mayores, pacientes con enfermedades catastróficas, inmunodeprimidos y en extrema pobreza. Por lo que aclaró que se cubrirá a ciudadanos guayaquileños de todos los estratos sociales, ya que las enfermedades catastróficas -por ejemplo- no ven nivel social. Las vacunas que se adquirirán en las próximas semanas son de las farmacéuticas AstraZeneca, Sputnik V y Sinovac.

Rocío comentó que con hipertensión pulmonar hay otras 150 personas de la Fundación Pacientes con Hipertensión Pulmonar, son 70 del hospital Teodoro Maldonado, 60 de hospitales públicos y otros 20 de centros privados o fuera de la provincia.

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“Yo estoy atrincherada aquí, quisiera salir a hacerme así sea un examen de sangre, unos exámenes completos, porque solo me mantengo por telemedicina. Pero me da temor por los contagios del virus, que suben y bajan, entonces en mi caso, por mi enfermedad y por ser adulta mayor, sí me gustaría poder sentirme algo más tranquila y salir luego de la vacuna”, explicó.

Asimismo, Dora García, presidenta de la Asociación de Pacientes Renales Caminando Hacia la Luz, se hizo eco de las complicaciones diarias que viven decenas de pacientes que se hacen diálisis en Guayaquil. “Ellos tienen que salir de su casa tres veces por semana mínimo y en el trayecto o en las clínicas existe el riesgo de contagio, muchos ya se contagiaron del virus, han fallecido y esperamos que los pacientes renales sean considerados como prioridad en la vacunación COVID-19″, pidió la activista de salud.

En los barrios como Guasmo sur, Esteros y en el suburbio existe expectativa ante el proceso, ya que hay familias con integrantes vulnerables sea por enfermedad o de la tercera edad, que se mantienen encerrados para evitar contagios, según refleja el estudio sectorial que presentó la alcaldesa en días pasados.

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Ella junto con el presidente de la comisión Vacunas COVID-19, Vicente Taiano; el procurador síndico municipal, Cristian Castelblanco, encargado de la parte jurídica de la compra; y el doctor Carlos Salvador, director de Salud, presidieron ayer la reunión con la veeduría externa.

Esta veeduría está conformada por monseñor Luis Cabrera, el doctor Luis Sarrazín y Marcia Gilbert. Además, el presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil, Miguel Ángel González, presentó al representante de los gremios productivos que se integrará a los primeros tres veedores. Se trata de Francisco Jarrín, titular de la Cámara de Industrias de la ciudad.

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Jarrín, a nombre de los gremios productivos, ratificó el compromiso del sector privado de Guayaquil de sumarse a los esfuerzos del Municipio.

COVID-19: Guayaquil adquirirá las vacunas de AstraZeneca, Sputnik V y Sinovac

Mientras, Viteri indicó que cualquier duda que tengan los veedores pueden hacérsela llegar a Taiano. Reiteró que el proceso será público y la ciudadanía podrá conocer a quién se vacunó, su número de cédula, dónde y cuántas dosis ha recibido.

El Municipio cuenta con 80 puntos de atención a la salud que se convertirían en centros de vacunación. También se coordinaría con el Ministerio de Salud Pública (MSP), que cuenta con 83 centros de atención primaria para inmunizar en estos lugares. (I)