La desesperación por conseguir medicamentos que están escasos en los hospitales o clínicas, o los que no los cubren por medio de convenios, es el tormento para muchas familias de pacientes COVID-19 como de otras patologías internados en una sala UCI o de Hospitalización en la urbe.

En exteriores del Hospital del Guasmo Sur, Anna se mostró desesperada porque tenía que comprar sedantes para mantener intubada a su mamá. Ella contó que el sábado pasado la trajo desde Daule y que la intubaron por COVID-19, pero le mandaron a buscar sedantes.

“He ido a las farmacias y ese medicamento no existe, no hay, es una desesperación. Me parece crítico que nos manden a buscar esos medicamentos, eso no hay, debería haber otra forma de que los médicos tengan algún fármaco para sedar, nosotros no sabemos qué va a pasar”, explicó.

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Médicos de diversos hospitales de Guayaquil indicaron que la principal escasez son los sedantes para los pacientes COVID-19 en la terapia intensiva, también medicamentos como la actemra, entre otros. Dijeron que en hospitales públicos esta escasez también se vive en el tratamiento de pacientes no COVID-19.

Esto fue corroborado en un recorrido que hizo este Diario por hospitales. Por ejemplo, en el hospital Guayaquil Abel Gilbert Pontón, en el suburbio de Guayaquil.

Sin solución escasez de sedantes, vacunas y otros insumos médicos para atención diaria en Guayaquil

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Allí varios familiares de pacientes internados comentaron que le mandan a comprar desde recetas con diversos medicamentos hasta insumos como catéteres.

Susan, una guayaquileña residente del sur, comentó que el lunes pasado llevó a su papá al hospital Guayaquil porque sufrió una complicación cerebrovascular.

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“Se supone es de tercer nivel y cuenta con los especialistas en todas las ramas. Tiene cinco días y hasta el sol de hoy no lo atiende el neurólogo. Porque no hay neurólogo en la Emergencia. En la sala donde él está hay como 20 pacientes a la espera.... En el hospital no hay tomografías ni resonancias ni nada. No hay algunos sueros ni los catéteres. Te los mandan a comprar”, lamentó la mujer.

Agregó que no hay losartán y simvastatina, medicamentos para el colesterol. “Y lo peor, uno los compra, se los entrega a la enfermera y no nos comentan si se los aplicó, cómo evolucionó o no”, explicó la ciudadana.

Otra de las moradoras en exteriores de ese hospital comentó que su madre había sufrido un derrame y que le mandaron a buscar propofol.

“Me pidieron algunas dosis, yo las entregué, luego me devolvieron varias porque ya no eran necesarias y estoy vendiéndolas, porque cada frasquito me costó más de $ 10, compré como catorce. Son gastos que te complican tu presupuesto, pero se hace el esfuerzo para que el paciente tenga toda la medicación que no le pueden ofrecer en los hospitales″, explicó la mujer.

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Este Diario solicitó al Ministerio de Salud información sobre la situación en hospitales de Guayaquil, sin embargo, hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta. (I)