Jesús Abreu y Lissette Soria no necesitaron un traje o una capa especial para convertirse en héroes en uno de los accidentes aéreos que marcaron a la ciudad en el 2022. El 18 de octubre a las 15:34, una aeronave Cessna C206 se estrelló en el parque entre Sauces 1 y la cuarta etapa de la Alborada, en el norte de la urbe.

Según el plan de vuelo, la aeronave cubría la ruta Manta-Guayaquil. La avioneta zigzagueó hasta impactarse en este espacio de la avenida José María Roura.

La imagen de las llamas que alcanzaron casi los tres metros de altura y de los cuerpos calcinados en una de las esquinas del parque conmovió a una ciudad que vivió nuevamente lo impensable. En el siniestro fallecieron los capitanes Juan José Guzmán y Édgar Rosero.

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Christian Armendáriz, piloto privado, sobrevivió al impacto y fue a él quien Jesús y Lissette le dieron esa mano que, hasta el día de hoy, lo tiene con vida. El piloto continúa hospitalizado desde el día del accidente con un pronóstico alentador. Él sufrió quemaduras en el 18 % del cuerpo.

Hasta finales de noviembre, los gastos superaban los $ 80.000. Se inició una cruzada para obtener recursos y ayudar en los gastos de su recuperación.

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A paso lento y calmados, los llamados ‘héroes’ caminan por las esquinas del parque en donde presenciaron una de las escenas más traumáticas y en la que arriesgaron su vida por salvar la de otra persona.

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Algunos moradores aún evitan cruzar por esa zona ya que mantienen en su memoria la imagen de los cuerpos calcinados y de los gritos que los tripulantes atrapados.

En el parque ya no hay muchas huellas de lo que fue el siniestro. El olor a quemado se disipó a los cinco días y el bordillo en donde fallecieron los tripulantes fue pintado. Allí, vecinos acostumbraron a colocar rosas en memoria de las dos personas.

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En la glorieta celebraron una misa campal para recordar a los fallecidos.

La vivienda de Hugo Moreira registró daños en su fachada, producto del accidente. Foto: El Universo

Jesús dice que estuvo al menos siete días sin conciliar el sueño, pero poco a poco con ayuda de otros moradores del sector fue superando el accidente. A él pasaron de decirle Jesús para en ocasiones llamarlo héroe.

Al remontarse a octubre, asegura que en ese momento no dimensionó lo que ocurría. Él cumplía sus funciones como guardia y ese día desde el otro extremo del parque corrió a socorrer al piloto que estaba envuelto en llamas y en cables de electricidad.

¿Qué pensó cuando llegó a auxiliar al piloto?

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J: No pensé. Corrí desde el otro lado del parque, llegué en segundos; lo cargué y lo alejé de las llamas. Cuando quise volver, de un chispazo se encendió toda la avioneta y las llamas subieron más altas que el poste de luz. En ese momento no vi nada, no pensé en que yo también podía correr peligro. Había cables de alta tensión, gasolina regada.

¿Qué sucedió después de haber rescatado al primer tripulante?

J: Quise volver, pero no se pudo. Solo recuerdo ver a uno de los cuerpos en el filo del bordillo del parque. Esa es la imagen que no se me borra. En Venezuela me preparé como militar, te preparan para atravesar escenarios fuertes; pero este ha sido uno de los más graves en los que he participado.

Jesús Abreu y Lissette Soria fueron las dos personas que ayudaron al piloto el día del accidente. Foto: El Universo

A Christian lo llevaron hasta una banqueta del parque, fue allí cuando Lissette, la otra heroína, le colocó cristales de sábila en el cuerpo. “En ese momento no supe quién me proporcionó la sábila. En ese momento uno no midió nada. Estábamos las personas que debían estar”, cuenta la moradora, quien asegura que durante los minutos que auxilió al piloto se mantuvo hablándole para que no perdiera el conocimiento.

Para Lissette, mientras siga la vivienda de don Hugo Moreira con daños, la escena del accidente se repetirá una y otra vez en su memoria.

En la vivienda esquinera los daños en la fachada se observaban hasta mediados de diciembre. Un gran orificio con pedazos de cemento irregular estaba tapado con un pedazo de zinc. Los rezagos de las llamas estaban plasmados en las paredes y metales del cerramiento que aún tenían partes en color negro y gris.

En ese momento uno no midió nada. Estábamos las personas que debían estar”

Lissette Soria, una de las personas que auxiliaron en el accidente

La vivienda fue una de las tres que registraron daños. En medio del incidente, la avioneta rozó parte de una pared y techado de una casa vecina de tres plantas, luego la llanta y escombros terminaron cayendo en otra vivienda.

El 18 de octubre, don Hugo estaba a pocos metros de la fachada de su casa que da al parque. “Yo vi caer ese animal (avioneta) allí y escuchaba a la gente que se quejaba, yo perdí la noción del tiempo después de la caída”, relata.

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A él, un rescatista del Cuerpo de Bomberos lo sacó de la vivienda y le dio primeros auxilios ya que había absorbido parte de la combustión. No durmió al menos una semana en su casa hasta que culminaron los trabajos de reparación de postes y del cableado en la zona.

“Recuerdo que me ofrecieron pintar y arreglar la fachada de mi casa, pero hasta el sol de hoy llega esa ayuda. En esos momentos se ofrece todo, pero después se ve si eso es real”, dice Moreira.

El Municipio detalló que aunque no es competencia municipal, la Empresa Pública Municipal de Vivienda, con el apoyo de la empresa privada, gestiona las reparaciones del techo que fue afectado, el reemplazo de los vidrios rotos de ventanas y el arreglo del cerramiento de uno de los inmuebles.

Además, la pintura en las paredes exteriores del domicilio de la familia más afectada por el accidente.

En tanto, las investigaciones de las causas del accidente avanzan a más de dos meses de lo ocurrido. La Junta Investigadora de Accidentes, con Douglas Zurita como presidente encargado, ha recopilado información de los aeropuertos de Guayaquil y Manta, asimismo se tomó en diciembre la versión del único sobreviviente.

El siguiente paso es el envío del motor a los talleres del fabricante en Estados Unidos. Actualmente, Zurita afirma que, a pesar de que se tiene la versión del piloto, es necesario el examen al motor para establecer la verdadera razón de la falla mecánica que originó el accidente.

En esos momentos se ofrece todo, pero después se ve si eso es real”

Hugo Moreira, afectado por el accidente

Sin embargo, el tiempo para obtener los resultados de ese examen aún es incierto ya que apenas el motor arribe a Estados Unidos se debe esperar un turno de atención. El accidente ocurrido en octubre no es el único a investigarse por parte del fabricante a escala mundial.

Jesús y Lissette son dos de las personas que esperan que las investigaciones arrojen las verdaderas causas del siniestro. Ellos han visitado al piloto en la clínica en la que se está recuperando. “Ver que de a poco mejora es la satisfacción más grande, hemos conversado brevemente, no hemos recordado el momento con él a pesar de todo. Es un milagro que se debe agradecer”, afirma Lissette.

Sin embargo, ellos al igual que los dueños de las viviendas afectadas esperan que las promesas que se hicieron en el momento se cumplan. “De esta manera se podrá cerrar el capítulo de lo que pasó y se podrá creer que lo que se dice se hace”, afirma don Hugo.

El sector aeronáutico, en apuros por sobrepoblación de aves

A mediados de noviembre se encendieron las alarmas en la ciudad por el peligro que representaba la sobrepoblación de aves a las operaciones del aeropuerto José Joaquín de Olmedo.

A lo largo de este año se han presentado incidentes con aves en Guayaquil; algunos han trascendido y otros se han quedado para el registro interno.

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Desde esa fecha se tomaron acciones desde entidades de Gobierno y la concesionaria de la terminal aérea para atender la problemática.

En diciembre, expertos en problemas aviarios de Airports Council International (ACI) arribaron al país para recorrer las áreas en donde se ha registrado una mayor presencia de especies, como son el islote El Palmar, la isla Celeste y playones hacia el norte.

Los expertos viajaron para realizar un diagnóstico y generar recomendaciones para la ejecución de medidas a corto, mediano y largo plazo. (I)