Una vez que con la eliminación del test Transformar desde el 2023 las universidades públicas del país asumirán el proceso de admisión de estudiantes según la realidad de cada una, en los centros de estudios superiores se espera conocer más sobre el nuevo Reglamento de la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES) establecido en el decreto ejecutivo suscrito por el presidente Guillermo Lasso el 14 de julio.

El mandatario lamentó que el proyecto de ley que se presentó en agosto del 2021 a la Asamblea Nacional no haya sido analizado y enfatizó que como presidente tiene la potestad legal y constitucional de tramitar normativas mediante decretos.

Con eliminación del examen Transformar, en universidades de Azuay y Cañar se considera que asumir responsabilidad de admisión debe darse con recursos

Hasta por dos periodos académicos después de la publicación del reglamento las universidades podrán solicitar a la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) asistencia para el proceso de admisión. Luego de este plazo, cada centro debe implementar su propio mecanismo, según la disposición general octava de la normativa en mención.

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El examen Transformar se tomará por última vez en el régimen Sierra en este año.

En la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), donde el presidente Lasso firmó el decreto la semana anterior, aseguran no tener inconvenientes en asumir la admisión de estudiantes, pues desde hace más de cinco décadas allí se ha mantenido un sistema de evaluación, selección y nivelación de bachilleres.

Cecilia Paredes, quien fue reelecta rectora de la Espol, señaló que en los últimos años esto ha funcionado como un proceso complementario al test Transformar, antes Examen de Acceso a la Educación Superior (EAES).

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La funcionaria mencionó que estos mecanismos de selección y nivelación orientados a mejorar las condiciones de acceso han dado algunos resultados relevantes, entre ellos, un mejoramiento de la retención estudiantil durante los estudios superiores, que en el caso de la Politécnica al momento se ubica en alrededor del 94 %.

Otro aspecto por destacar, refirió, es la reducción de la reprobación de materias a lo largo de los estudios, lo cual a su vez se traduce en más eficiencia en el uso de recursos públicos y menos costos para los estudiantes.

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Y por último, sostuvo, un aumento considerable de la eficiencia terminal, que mide el porcentaje de estudiantes que culminan su carrera en el tiempo previsto, con un margen de hasta un año adicional. En la Espol este indicador se ubica en el 56 %, mientras que el promedio del resto del sistema público es del 33,4 %, según Paredes.

“Para las universidades que ya teníamos en funcionamiento un sistema de acceso y nivelación no será un problema (…). No obstante, para el resto de universidades que no tenían implementados estos mecanismos sí será un problema mientras logran organizarse. Aun así, sí pudiera ser conveniente que algún organismo independiente y de alto prestigio organice un examen unificado que evalúe a los aspirantes, con cuyo resultado él pueda ir a cualquier universidad a buscar un cupo”, expresó la rectora de la Espol.

Y añadió que de darse lo que sugiere, este organismo en cuestión no debería manejar los cupos sino solo el examen para evitar así que los estudiantes rindan una prueba en cada centro superior.

En los últimos años, el proceso de admisión en la Politécnica se inicia con un examen que tiene dos componentes: una evaluación de aptitudes y una de conocimientos.

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Dependiendo del rendimiento, el aspirante puede entrar de forma directa a primer semestre o ser dirigido a un curso de nivelación concentrado (tres meses) o regular (cinco meses) según su nivel de conocimientos previos.

“En muchos casos un aspirante puede tomar desde diez meses hasta un año solo para lograr un cupo e ingresar a primer semestre, dependiendo de la fecha en que Senescyt tomaba el examen.

En los últimos años hubo retrasos. Esto es algo que esperamos que el reglamento a la Ley Orgánica de Educación Superior, que ha emitido el Ejecutivo, lo pueda mejorar”, señaló Paredes.

¿Se requieren recursos adicionales?

La rectora de la Escuela Superior Politécnica del Litoral sostuvo que sí. Hasta el 2018 la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES) contemplaba que el financiamiento del sistema de acceso y nivelación sea cubierto por el Estado, pero por las reformas a la normativa desde el 2019 se quitó este aporte a los centros superiores.

Ella coincide en ello con autoridades de establecimientos de las provincias de Azuay y Cañar, quienes la semana anterior se pronunciaron al respecto e indicaron que la eliminación de la prueba Transformar no garantiza necesariamente que haya más cupos.

“Hemos tenido que hacer esfuerzos grandes para seguir financiando la nivelación, pero lo hacemos porque sabemos que es muy importante para el éxito del estudiante mientras realiza sus estudios, y también para la eficiencia de la inversión pública y del funcionamiento de la universidad. Recordemos que desde el 2019 se han aplicado varios recortes presupuestarios a la educación superior, que hasta el día de hoy no se han podido recuperar”, manifestó.

Gremios de estudiantes y exautoridades coinciden en que eliminar test Transformar no aumentará cupos para educación pública; universidades analizan el tema

Paredes estimó que algunos problemas de la educación superior pública son la falta de autonomía en la gestión financiera y la existencia de un régimen especial de compras públicas que no ha sido aplicado hasta el momento por falta de decisión política, según ella.

Paulatinamente los centros superiores estatales han aumentado cupos, desde el 2015, en función de la demanda de estudiantes. El sistema público acoge aproximadamente al 60 % de los estudiantes, mientras que las universidades privadas, al restante 40 %. (I)