Bajo un intenso sol, varios gatos adultos y recién nacidos buscaban refugio debajo de árboles y también en el interior de pequeñas casas que se armaron con maceteros en el parque de los bloques de la ciudadela La Saiba, en el sur de Guayaquil. Era parte del ambiente que se observaba la tarde del lunes anterior, mientras era escaso el paso de moradores de la zona por esa área verde.

Desde hace varias semanas, unos veinte gatos que se ubican en esa zona tienen mejores condiciones para convivir en esa área. En esta zona, desde hace varios años, es común observar la permanencia de una población de estos animales y acogidos dentro de las posibilidades por varios de los vecinos.

Algunos incluso han sido adoptados y conviven en hogares, y otro gran número permanece en el parque y otras áreas públicas.

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Sonia Mariela, una moradora del sector, impulsó el diseño y construcción de bases de hormigón y la posterior instalación de ocho maceteros y envases plásticos para la colonia felina.

Ahora, las ocho pequeñas estructuras generan un mejor ornato y cobijan a unos veinte gatos, aproximadamente, que habitan en esa área, detrás del edificio S3.

Las casas para los gatos se implementaron con fondos ahorrados durante todo el año por Mariela y se ejecutaron con apoyo de compañeros de su trabajo, detrás del edificio S3. En una semana se elaboró un diseño para la posterior construcción de los hogares de los felinos.

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Ella se motivó a realizar estas estructuras puesto que en la anterior época lluviosa los gatos desarrollaron una especie de hongo en su piel que se derivó, según consultaron con especialistas, por la continua exposición al agua, ya que pasaban a la intemperie.

“Daba pena, por eso me decidí a hacer eso”, comentó la vecina, que además colocó unas cien plantas alrededor de cada caseta para mejorar el ornamento y crear un espacio más adecuado para la población felina que convive en las cercanías de su edificio.

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Allí, además de ello, varios moradores de los bloques de la ciudadela, como Javier, se juntan por las distintas necesidades de los animales que son considerados como parte de la comunidad.

Vecinos del sector ayudan a mantener la alimentación y salud de los felinos. Foto: Carlos Barros

Pese a esa asistencia, aún conviven con problemas como la mala práctica de abandono de más felinos por parte de gente desconocida o incluso de sustracción de artículos, por lo que los maceteros han sido asegurados con rejas.

Entre el resto de edificios departamentales de la zona, otros gatos también se mantienen en otras áreas verdes, además de pasillos y espacios interiores de los predios, donde también se los acoge entre los vecinos para sus principales necesidades, sobre todo de alimentación.

Otro de los vecinos, Javier Sánchez, quien desde hace una década reside en el bloque S4, se encarga de caminar por varias de las áreas verdes para entregar comida, tanto en la mañana como a media tarde, a los grupos de gatos. Todos los días comparte el alimento, que incluso él cocina, por cumplir con la misión de amor por los gatos.

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Con sus propios fondos, apoyo de otros vecinos y también de benefactores, moradores se encargan de darles comida a los felinos. Por su convivencia diaria con ellos incluso varios tienen nombres como Llorafeo, Cuerito, la Colorada, Dos Negros, Justina, entre otros más.

“Nos ayudaría que el Municipio coordine con nosotros para esterilizar a los gatitos, ya que eso cuesta. El mayor problema que veo es la falta de conciencia de esterilizar para mantener nivelada la población”, comentó el vecino, que tiene dos felinos adoptados en su hogar.

Mariela también consideró pertinente que se coloquen cámaras para vigilar quienes dejan abandonados gatos y que se coloquen advertencias de la prohibición de dejar a los animales en la zona.

En el caso de ella, además se ha encargado de llevar a esterilizar, realizar exámenes y vacunación de algunos de los gatos. Otra de las vecinas del sector colabora en colocar fotografías de los animales en redes sociales para encontrar interesados en adoptarlos.

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En otro de los edificios, una vecina adulta mayor, conocida como doña Cleo, también se encarga de una colonia de ocho a diez gatos que han hecho de ese predio su hogar. “Es gente (los vecinos que se unen) que tiene cariño hacia los animales, tienen mucho afecto”, contó Javier, quien el pasado lunes se encargaba de limpiar los ojos de varios pequeños gatos recién nacidos que con su madre habían sido abandonados aquel día.

Cada semana, los vecinos del sector se mantienen en contacto permanente para conocer sobre el estado de los felinos, personas sospechosas que buscan hacerles daño, nuevos abandonos de más animales, incluso en otros temas como problemas de seguridad ciudadana.

Los moradores, entre ellos María Isabel Araujo, insistieron en que a nivel general se debe educar más a la sociedad sobre la protección de los animales y concienciar a la ciudadanía sobre los cuidados para precautelar su salud, y que se apliquen sanciones a quienes maltratan o dejan en abandono a los animales.

“Somos un grupo que creemos en la esterilización para evitar el abandono”, dijo la vecina, quien consideró que las entidades locales que cuentan con áreas de cuidado de animales podrían coordinar con la vecindad para llevar brigadas y realizar revisiones médicas de los gatos.

Entre ellos también aspiran a seguir realizando mejoras en las áreas verdes de la zona, tanto para la integración de la comunidad como para la población felina. (I)