Los proyectos de inversión social en Guayaquil fueron uno de los puntales de la administración de Cynthia Viteri. Parte de su discurso habitual en las entregas de obras o servicios en estos cuatro años fue de que ella prefiere cambiar vidas, a más de la obra física, dejar un cambio permanente en el modo de vivir de las personas, como en servicios de atención social, de salud, de educación, entre otras acciones.

Por eso que dentro de su gestión en servicios a la comunidad se invirtió, según la administración saliente, más de $ 292′770.262, un promedio de $ 74 millones por año. Entre los planes de acción social se dividen varios tipos de atención como el proyecto Un Futuro Sin Drogas que fue su propuesta de campaña con la que ganó la alcaldía para el periodo 2019-2023.

También están Educando para el Camino, que evita la deserción escolar y se creó en la pandemia; la Dirección de la Mujer con planes de atención a ciudadanas que padecen violencia familiar, programas de emprendimientos.

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Además, desde la Dirección de Inclusión Social se apuntó a la asistencia a niños y adultos con discapacidad; la Dirección de Salud que contuvo la pandemia del COVID-19 y que mantiene la atención médica en dispensarios, Hospital Bicentenario y brigadas barriales; la Dirección de Bienestar Animal que dio asistencia médica a los animales de la calle y a las mascotas.

El Municipio indicó como uno de sus logros la Casa Rosada, creada en el último año para asistir a quienes no tenían ni para un almuerzo o desayuno.

¿Qué logró Guayaquil con aportes para seguridad que realizó administración municipal saliente?

Especialistas manifiestaron que la asistencia social es indispenable porque Guayaquil vive en gran pobreza. Y que estas obras que se han visto en la administración de Viteri se sienten cercanas a los grupos vulnerables, pero no se aprecian como una política pública firme, que sea un modelo de trabajo permanente para el crecimiento y mejora de la sociedad guayaquileña si no como proyectos de una gestión de campaña.

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La socióloga Marcela Frugone, docente investigadora, comentó que eso se pudo evidenciar en uno de los discursos de la alcaldesa en que se siente su preocupación por la permanencia de la obra asistencialista.

“Fue su primer reel dirigido al alcalde electo Aquiles Álvarez, donde ella comenta su obra social. Acuérdese y sostenga a los niños huérfanos, sigan cuidando a los chicos con discapacidad, no abandone nunca a los chicos que consumían droga que están en los centros, que cuide a los chicos huérfanos... No descuide a perritos en centros de acogida... No nos habló de fortalecer una comunidad, de darle oportunidad a los jóvenes”, expresó.

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En eso coincide su colega Galo Plaza Vanegas, quien resaltó el trabajo de la alcaldesa en el ámbito de atención a estudiantes y personas con discapacidad, sin embargo, explicó que estos no se dejaron plasmados como una política pública como tal para que sean permanentes.

Un terapeuta del programa municipal "Por un futuro sin drogas" habla a pacientes con problemas de adicciones en el hospital Bicentenario de Guayaquil. Foto: AFP

“Una política pública no son estos programas de rehabilitación de drogas, una cosa es estrategia de campaña y otro la política pública donde se deja ya fijado un presupuesto para estos programas, donde ya son reconocidos y difundidos como tal. Muchos de estos programas son acciones solidarias, que no están mal, pero no son un trabajo permanente como tal que vaya a cambiar la vida de un guayaquileño”, manifestó.

Ambos especialistas explicaron que el gran reto del nuevo alcalde Aquiles Álvarez es reformar el tejido social en los barrios vulnerables, así como dar oportunidades a todos los sectores de Guayaquil, una ciudad más incluyente y con obras sociales para todos.

Ella indicó que otro cambio que debe haber es que los barrios deben tener su espacio municipal cercano, no como un CAMI o Zumar que eran espacios macro para todo un sector, sino algo más reducido para llegar justamente a las familias en sus barrios, conocer de cerca los problemas de las familias ahí en su lugar no que vayan ellos a acudir.

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“Tenemos que pensar que somos varias ciudades dentro de una sola ciudad. El Guasmo es como que fuera una ciudad y hay que tratar como tal. Debe haber un trabajo de mucho acompañamiento”, explicó Frugone.

Otro de los desafíos que tiene Álvarez es que se deje de pensar en las competencias como muchas veces se mencionó en la administración anterior.

“Debemos saber que la ciudad es de los guayaquileños, son nuestros problemas y debemos trabajar por resolverlos. No solo a nivel de autoridades, la propia ciudadanía, por ejemplo no tenemos espacios bueno como parques, son espacios donde puede haber arte, emprendimientos, seguridad, hay mucho por trabajar”, comentó Frugone.

Para Plaza, esta nueva administración se basará más en las obras físicas, sin embargo, espera que el nuevo alcalde pueda mejorar direcciones como la DASE para que funcionen de forma descentralizada y lleguen a los barrios más vulnerables.

“Guayaquil necesita un diagnóstico, un estudio formal de las familias más empobrecidas porque cuando se da estos kits, o estas ayudas también se les da a muchos que sí tienen”, manifestó el especialista.

Foto: DASE

Ambos sociólogos detallaron que la administración de la alcaldesa Cynthia Viteri tuvo un despliegue importante en abordar a personas vulnerables y hasta en la fauna urbana, situación que no se había reflejado en las administraciones anteriores, sin embargo, esperan que se concreten los planes para que estas acciones no solo queden por periodos de administraciones sino como un trabajo constante. (I)