Luego de las intensas movilizaciones de grupos indígenas, que se extendieron por 18 días en Ecuador, la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, ratifica el derecho a la protesta por las inconformidades que puedan tener ciertos grupos hacia el Gobierno, sin embargo, aclara que no había que hacerlo dañando bienes públicos ni privados.

Ella menciona que en la ciudad se buscó evitar actuaciones “terroristas” como la toma de plantas de agua potable, estaciones de distribución de energía eléctrica o desabastecimiento de mercados.

Durante las casi tres semanas de protestas, Guayaquil estuvo sitiada con volquetas y camionetas municipales que se desplegaron en las cercanías de los cinco puntos de entrada a la urbe, para actuar en caso de conocer acerca de la llegada de grupos que intenten movilizarse. Viteri habla de su accionar en medio de estas protestas.

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En el transcurso del paro, las cámaras de Industrias, Construcción y Comercio dieron un balance preliminar de las pérdidas económicas de $ 193 millones, la Cámara de Comercio hablaba de 30 millones en su sector. ¿Han tenido un balance de las pérdidas por el paro en Guayaquil, tienen un balance de eso como Municipio?

Son los mismos datos de las cámaras, porque son a ellos a quienes les pedimos los datos. Son los encargados de hacer el balance, porque cada uno está dentro de su ámbito. Así es que si nos pregunta a nosotros es lo que tenemos de ellos, ellos son nuestra fuente de información respecto a la información de pérdidas que tuvo todo el país y Guayaquil.

En el tema de la colaboración de entidades municipales, como la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM), Corporación para Seguridad Ciudadana de Guayaquil (CSCG), metropolitanos, Obras Públicas que se desplegaron en distintos puntos, incluso mercados, ¿eso tuvo algún costo para la ciudad?

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Son nuestros mismos equipos. Fue no solamente Obras Públicas, también se unieron Urvaseo, las camionetas municipales de Mercados, Justicia y Vigilancia, Control de Vía Pública, Corporación para la Seguridad Ciudadana. Recién incorporamos 60 camionetas nuevas negras que están bajo nuestra orden y dentro van policía, militares y metropolitanos y nuestros choferes. Todo se juntó: ATM, CSCG y todas las direcciones del Municipio para poder proteger la parte estratégica de Guayaquil. Uno, el Municipio trabajaba normalmente y a partir de las cinco de la tarde que empezaban las manifestaciones cada director estaba organizado para bajar a su personal y rodear al Municipio hasta las diez de la noche. A esa hora entraban todos los policías metropolitanos hasta el siguiente día. Número dos, en la TTV (Terminal de Transferencia de Víveres) tuvimos tres enfrentamientos, tuvimos 500 personas cuidando la TTV, ¿quiénes? Cada dirigente lleva gente de sus zonas y rodeamos la TTV, y Obras Públicas, Urvaseo y camionetas municipales se pusieron en los accesos. Sin que puedan entrar alimentos al mercado mayorista la red de 50 mercados municipales iba a estar desabastecida y Guayaquil sin comida. Tuvimos tres intentos, incluso uno de madrugada, donde atravesamos carro con carro, volqueta y todo, y el que podía pasar pasaba por debajo del carro y lo esperaban del otro lado. Aquí, la gente llegó en buses y sabían cuál era su misión de que al mercado nadie que iba a hacer daño entraba. Luego, el agua potable envenenaron en Ambato, ¿qué mandamos a hacer? Custodiar la planta La Toma con militares, ahí nos ayudaron las Fuerzas Armadas y empresa de seguridad privada, eso fue aporte de la empresa privada; de ahí vino el tema de la luz, que (se) quería afectar a la ciudad de Guayaquil y se tomaron una estación grande de energía eléctrica que tenía conexión con Guayaquil. Convocamos a los de CNEL, dónde están las subestaciones, cuáles conectan con Guayaquil, cuál es el plan de contingencia si cortan la luz. Mandamos empresa de seguridad privada, con perros, el grupo Esparta, que cuidó también el Municipio de Guayaquil, a cuidar luz, agua, comida e instituciones. Transporte público nunca se paralizó tampoco, porque la ATM (Agencia de Tránsito y Movilidad), con Roberto Ricaurte (su director), estuvo en permanente comunicación todos los días con buses, Metrovía, taxistas para que no se paralicen.

¿En esos días los choferes estaban también inquietos?

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Totalmente, y nosotros más. Comunicaciones diarias, reportes diarios, grabaciones todos los días, con acuerdos todos los días para que pueda funcionar la transportación en Guayaquil, no se paralizó nunca. Ya la gente sabía que a las cinco de la tarde había que rodear todo este centro, y las marchas las rodeaban de un lado la policía y del otro los agentes metropolitanos, iban encerrados como en un corralito, los seguíamos desde la Corporación para la Seguridad Ciudadana (CSCG), veíamos cada paso hasta que llegaran al malecón, les dejábamos un ratito estar en el malecón hasta que la ATM (pedía que) abran, circulación general de los carros.

Cynthia Viteri, alcaldesa de Guayaquil, en la entrevista con este Diario. Foto: El Universo

A su vez, ¿ese personal que en las noches se desplegaba en ciertos puntos no representó costo para el Municipio?

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No. La empresa privada nos ayudó muchísimo, nos ayudó con seguridad privada armada, porque había que defender el agua y la luz. Lo que estábamos viendo en las otras ciudades era terrorismo, no se trataba de manifestaciones como las que hubo aquí en la 9 de Octubre que fueron pacíficas y tienen derecho. Sí había terrorismo y estaban tratando de llegar a Guayaquil y se regresaban y otra vez salían y se regresaban. Se trataron de tomar tres veces la Terminal de Transferencia de Víveres (TTV), de madrugada están rodeándonos, tirándonos piedras, los carros se atravesaron, la gente armada con lo que tenía del otro lado defendiendo, los dirigentes llevando 500 personas 24/7 por turnos para defender la TTV. De ahí el control de precios no es cuestión mía sino de Intendencia, y era obvio que ni la Intendencia podría controlar los precios porque la escasez de alimentos era obvia, estaban varias vías de acceso cerradas.

¿Esas dos amenazas al Municipio venían de grupos de manifestantes?

De los manifestantes. La información de Inteligencia dentro de nuestro equipo teníamos todo. Nos reuníamos con Fuerzas Armadas, Policía, CNEL, Emapag, la mesa se instauró y todo el Municipio estuvo en alerta en esos 18 días. Teníamos cronometrado incluso con comunicación y por cámaras cuando lo más que se pudieron acercar los carros que venían hacia Guayaquil y de ahí regresaban... Sabíamos cuántos carros venían, con cuánta gente, hasta dónde avanzaban, si la policía les cortó el camino o avanzaban, sabíamos todo. En el momento que se acercaban más a Guayaquil, las cinco entradas a Guayaquil se cerraban, y sí tuve una advertencia desde las alturas diciendo que eso era cerrar la vía pública y que podía enfrentar un nuevo proceso.

Volquetas y camionetas se desplegaron en cinco accesos a la ciudad. Foto: API

En estas manifestaciones se notó que hay grupos que no vienen a Guayaquil, sino que desde adentro se expresan...

Esos son a los que nos dedicamos, no entraron pero se formaron aquí, a esos fue que monitoreamos a cada paso, sabíamos dónde estaban, todo esto por Inteligencia, Corporación para la Seguridad Ciudadana, Justicia y Vigilancia, Dirección de Riesgos, era más o menos como en pandemia, pero nos tuvieron 18 días en un esfuerzo extraordinario; sin embargo, en esos 18 días la obra pública no paró, 46 obras que tenía la ciudad (se) siguió trabajando, mercados trabajaron, luz hubo, agua hubo, no hubo desmanes. Esto en relación al paro, porque hay mucha confusión respecto al crimen organizado que tampoco nos corresponde a nosotros. Me refiero a los servicios de Guayaquil, a lo que tuvimos que hacer. Todos los días la gente se levantaba a trabajar en Guayaquil, pero no sabía que durante 24 horas en la Corporación, con gente, personal municipal (se vigilaba). ¿Qué fue lo que dije yo? Tenemos 4.000 personas en Municipio, aquí nadie se va a asomar en el balcón a flamear una bandera de la toma de instituciones porque son símbolos y el Municipio era un símbolo. Cuando nos dieron la advertencia de que se iban a tomar este símbolo, entonces estuvo rodeado...

Sobre los grupos que se manifestaron dentro de la ciudad, principalmente su malestar con el Gobierno, y por ahí con consignas de otra índole, ¿cómo ve esa reacción de insatisfacción?

Nosotros dejamos un tuit fijado: Tienes derecho a la protesta, no tienes derecho a la violencia. Esa fue la tónica que vivió Guayaquil y fue una ciudad que no cayó durante el paro. Que vivieron tiempos de carestía de precio, sí. De desabastecimiento, de pocos productos, la mayoría pudimos conseguirlos. Camiones y camiones todos los días, la red de mercados nunca cerró, estuvo abastecida. Nuestra vigilancia, en medio de todo lo que veíamos a través de medios de comunicación e información de inteligencia, logró que aquí en Guayaquil nadie entre. Pero no podemos lograr que no se formen aquí dentro grupos que con derecho tienen el derecho, por ser redundante, a alzar su voz, a marchar, a protestar... Los intentos de sabotaje de alimentación, agua y luz los controlamos con seguridad privada armada, perros y con nuestros agentes en coordinación con la Policía, Fuerzas Armadas, que todos los días estaban en nuestra mesa de la Corporación para la Seguridad Ciudadana.

Luego que se levanta el paro, usted colocó un tuit indicando que pasaron 18 días que no hubo desmanes, ni falta de luz ni comida. Su reacción fue aplaudida por ciertos sectores y otros expresaron su inconformidad por la baja que tuvieron los negocios o que también algunos insumos se dispararon en precios, ¿qué responde ante eso?

Todo grito tiene un eco. Si nos ponemos a ver lo que pasó en el país: nuestra capital afectada, cayó Quito, cayó Cuenca, ¿quién faltaba caer? Guayaquil. Guayaquil no cayó, se mantuvo, cerró sus entradas como siempre. Guayaquil sacó a su gente como siempre, protegió a la ciudad y sus recursos estratégicos, comida, luz, agua, transportación, seguridad vial... El aeropuerto, los únicos vuelos que se suspendieron fueron obviamente a Quito, la terminal terrestre también suspendió (frecuencias) a la Sierra, pero siguieron funcionando. Jamás nos envenenaron el agua como en otras ciudades, no lograron cortarnos la luz porque era un objetivo, y fue un trabajo al que yo debo agradecerles a los guayaquileños. Este es un pueblo que te hace sentir orgullosa, aparte de eso, el crimen organizado es otro tema. Y repito, las contestaciones negativas eran esas y ‘que mataron al de acá’; sí, es una realidad, Guayaquil es víctima del crimen organizado. Yo estoy hablando del paro, cayó Quito, cayó Cuenca, no cayó Guayaquil.

Durante los días de movilizaciones, usted estaba en reuniones, en ciertos sectores también se manifiesta que no se la vio tan activa como regularmente se la ve o de repente pronunciándose a llamar a la calma en ese ambiente tan tenso, ¿fue un poco prudencial o algo político?

Dime, ¿alguna vez ha dado eso resultado? Yo soy una mujer práctica, ¿esos pronunciamientos o que saques la cacerola -con todo respeto- pararon los desmanes, pararon los muertos? No. Para mí, ¿qué para la violencia en una ciudad? Cuídate, resguarda Municipio, agua potable, luz, pon guardias armadas, lleva gente en buses, rodeen, cierren entradas. Para mí, eso es acción. De ahí que yo me pronuncie ‘por favor, vayan a la calma’, eso no surte ningún efecto, lo he vivido en política. Llevo en política treinta años, aquí lo que funciona es la acción. Y en la acción, en casos como en el del paro, es la protección. Y la protección en caso de terrorismo es también llevar a pedir colaboración de la empresa privada y tener gente armada defendiendo que no nos envenenen el agua y no nos corten la luz. Aquí es acción, no hablar, aquí no es cuelga tu banderita, porque si había revuelta con la misma bandera te dan. Creo más en la acción que en hacer llamados.

Movimiento indígena de la Costa celebró acuerdo entre Gobierno y la Conaie que pone fin al paro nacional Líderes de la organización destacaron que en Guayaquil las movilizaciones siempre fueron pacíficas y agradecieron el respaldo de otros gremios y de la Policía.

¿En ese tiempo hubo coordinaciones tras bastidores con el Gobierno para trabajar en la seguridad?

Siempre con la Gobernación, permanentemente. Acuérdese de que no podríamos tener a la Policía sentada en nuestra mesa si no tuviéramos coordinación permanente. Gustavo (Zúñiga) hablaba con la Policía, con la Gobernación, en la mesa de seguridad de la Gobernación era mi delegado. Yo estaba en la Corporación y no nos íbamos hasta que se disuelva la marcha en el Malecón.

La alcaldesa Cynthia Viteri y Gustavo Zúñiga, de la CSCG.

Volviendo a las movilizaciones, en Montebello hubo gente que se quiso tomar tres veces el lugar, el ingeniero Zúñiga dijo que habían identificado a quince personas como cabecillas, ¿hubo algún resultado, sanción?

No, porque no lograron entrar a Montebello, ni lograron entrar ni tomarse ninguna puerta de entrada o salida. Ni lograron paralizar los camiones, no lograron nada, los mantuvimos arrinconados afuera, porque eso sí es un acto de terrorismo, eso no es una protesta. Protestas son las de la 9 de Octubre, (pero) tomarse, quitarnos el agua, la luz y la comida, eso es terrorismo. Esa, para mí, es la única forma de luchar contra desmanes que atentan contra la seguridad de Guayaquil.

¿Habrá algún tipo de acercamientos con la población indígena que se dedica al comercio en mercados, ya que algunos de ellos como en (el centro de abastos) José Mascote tuvieron reclamos hacia el Gobierno, ustedes como Municipio tendrán algún acercamiento?

Y tienen derecho. Hay que diferenciar algo. Estoy de acuerdo con la protesta cuando tienes que protestar, cuando no hay ni anestesia en los hospitales, cuando nosotros como Municipio estamos arreglando escuelas que le competen al Gobierno, $ 6 millones y medio en escuelas, cuando la gente va al Bicentenario con recetas del Ministerio (de Salud) porque no le dan la receta y los atienden. La gente tiene derecho a la protesta, lo que no tiene derecho es a dañar la ciudad ni a dañar bienes públicos ni privados, ni golpear a nadie, ni peor a matar a nadie, eso es otra cosa, eso es terrorismo.

Organización indígena en Guayaquil se hizo más visible en el actual paro nacional

Ante futuras manifestaciones, ¿cómo se actuará por parte del Municipio para evitar episodios de violencia?

Siempre será así. Sé que voy a tener problemas como lo que me mandaron a decir: ‘Cierras las entradas a Guayaquil y vas a ser enjuiciada penalmente’, qué pena. Desde el día que tuvimos la amenaza de venir para acá permanecieron 24 horas los camiones de Urvaseo, Obras Públicas, volquetas, cascajos, camionetas, perros, policías metropolitanos, guardias de seguridad, los dirigentes, todos al cuidado de la entrada de Guayaquil. Es la única manera en la que yo sé actuar, no hago llamados a la paz, yo actúo para que haya paz.

Al final de los 18 días...

Volvimos cada uno a trabajar felizmente, cada uno dejó de hacer doble turno en el Municipio porque nunca paró el trabajo.

Cuando termina el paro, se reactivaba la terminal terrestre y hay alerta de explosivos, ¿la ciudad se debe acostumbrar a ese estado de alerta y extremos cuidados de seguridad?

Inmediatamente mandamos a poner control de metales en la entrada de la terminal. Esos son actos que no los veo ligados a la paralización, esos son actos terroristas. Fue el único evento que la Policía, además, no lo ligó al paro, y que ya tiene identificada a la gente, sabe de dónde vino, por qué lo dejaron ahí, a dónde iba a ser llevado, tengo entendido hacia Huaquillas. Pero algo pasó y lo dejaron abandonado ahí. De todas formas pasó un evento así, entonces, ahora controlan entrada y salida aleatoriamente de metales y mochilas para poder resguardar la seguridad. Tenemos que vivir en este estado, reforzar seguridad de aeropuerto y terminal en vista de todo el secuestro a la libertad de la gente, lo que está sucediendo en ciudades como la mía, donde el crimen organizado cobra vida todos los días. Lamentablemente, el Estado no responde al nivel del crimen organizado.

Controles aleatorios se realizan a usuarios de la terminal terrestre de Guayaquil y otros espacios a cargo del cabildo. Foto: El Universo

¿La gente se debe acostumbrar a vivir en esta situación de alerta y mayores controles?

De lo que dependa a nuestras instituciones del Municipio, sí. En lo que dependa a nuestros mercados, terminal de víveres, terminal terrestre y aeropuerto, eso es lo que está bajo mi responsabilidad. En materia de seguridad es un grito más que se une a los tres millones de gritos en Guayaquil de pedir seguridad al Gobierno central para la ciudad como para el país. (I)