La Junta de Beneficencia de Guayaquil (JBG) conmemora este viernes 133 años de vida institucional. Su labor se ha enfocado en la ayuda social a las personas en estado de vulnerabilidad y con escasos recursos económicos.

Desde marzo del 2020, en que se inició la pandemia de COVID-19, el hospital Luis Vernaza, que regenta la Junta de Beneficencia, ha atendido a más de 6.000 pacientes con el virus. Para ello, incrementó el número de camas para hospitalización y en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).

En el Hospital de la Mujer Alfredo G. Paulson, ubicado en la ciudadela La Atarazana, norte de Guayaquil, entre los meses de marzo y mayo del 2020 nacieron 998 niños.

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Estas casas de salud continuaron funcionando durante la época grave de la pandemia, a pesar de los problemas económicos que han afectado a la Junta en los últimos años, por deudas pendientes del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) y del Ministerio de Salud Pública (MSP).

Y que se agravó por la suspensión temporal de la venta de boletos de Lotería Nacional por varios meses en el 2020.

Uno de los retos que tiene Juan Xavier Cordovez, quien está al frente de la Junta de Beneficencia desde junio del año pasado, es el de fortalecer las obras sociales que se desarrollan en zonas del país.

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Esta entidad guayaquileña regenta dos casas hogares en las que residen niñas y jóvenes de entre 5 y 18 años.

El hogar Calderón Ayluardo está ubicado en Guayaquil y funciona desde el 2 de octubre de 1899.

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María Agnese della Croce, administradora del sitio, explicó que en esa época la señora Mercedes Calderón Ayluardo donó sus bienes a la Junta de Beneficencia, pidiéndoles que sean destinados para la construcción de un internado para niñas carentes de recursos económicos, y que reciban educación y una formación integral, moral y cristiana.

En este hogar actualmente residen 94 niñas y jóvenes. Estudian en el colegio José de Santistevan, que también regenta la Junta de Beneficencia. Por la pandemia de COVID-19, reciben las clases en forma telemática. Además, ellas tienen el acompañamiento de tutores para explicar diversos temas académicos, luego de su horario de clases.

Otro hogar para niñas que administra la Junta de Beneficencia es el Manuel Galecio, ubicado en el cantón Alausí, en la provincia de Chimborazo.

En este espacio residen unas cien niñas y jóvenes del país. Durante varios años, la mayor cantidad de internas pertenecía a provincias de la Costa.

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“Actualmente, el 40 % son chicas de la Amazonía, de comunidades como shuar. Tenemos 22 becarias de la Sierra, estas son comunidades que colindan con Alausí, como Sibambe, Guamote y de provincias como Pichincha. De la Costa son 14 becarias, de Guayas, Los Ríos y Esmeraldas”, indicó María del Carmen Naranjo, su administradora.

Explicó que las niñas y jóvenes reciben alimentación, hospedaje, educación, salud, en forma gratuita, desde que ingresan al hogar, a la edad de 5 años. Se gradúan a los 18.

“La Junta para este año hizo la dotación de 60 tablets nuevas, y contamos con un laboratorio de 21 máquinas adicionales; entonces las becarias tienen una herramienta de trabajo personal para que reciban sus clases virtuales”, sostuvo.

Para complementar y reforzar este método, el sitio cuenta con cuatro educadoras, que ayudan a las niñas y jóvenes.

“Tenemos psicóloga clínica, psicóloga educativa, departamento de lavandería, costurería, áreas deportivas, y siempre acompañadas por una comunidad religiosa, que es el instituto Mariana de Jesús”, manifestó la administradora.

Antes del ingreso al hogar se analizan las condiciones en las que habitan las menores, su vulnerabilidad económica.

Los directivos de la Junta de Beneficencia de Guayaquil aspiran a fortalecer los proyectos sociales que desarrollan en este 2021. (I)