Luego de que varios grupos de médicos fueran asaltados en las zonas de Guayaquil donde ejecutan vigilancia epidemiológica en contra del COVID-19, el Municipio contrató guardianía privada para diez sectores considerados conflictivos.

Así, en Lomas de la Florida y en el bloque 4 de Flor de Bastión, ambas cooperativas situadas en el noroeste de la ciudad, brigadistas estuvieron el miércoles 25 acompañados de personal de una empresa de seguridad.

La vigilancia epidemiológica se cumple en 24 sectores. Comprende labores de triaje para la detección de casos sospechosos, tratamiento de pacientes confirmados, provisión de medicinas e insumos, y seguimiento del aislamiento.

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Luego de tres semanas de la alerta respecto a un aumento sostenido de casos de COVID-19 en Guayaquil, que obligó a las autoridades locales a radicalizar las restricciones ciudadanas, el panorama actual es de "tendencia a la baja", según Carlos Farhat, de la dirección municipal de Salud.

El miércoles 4, finalizado el feriado por el Día de los Difuntos y por la independencia de Cuenca, la alcaldesa Cynthia Viteri, presidenta del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal, anunció medidas luego de sostener que la tasa de casos confirmados con prueba PCR había pasado de 1,2 a 1,36, y que la de pacientes sospechosos "de 9,51 el 14 de septiembre a 12,45 el 30 de octubre, ambas cifras por cada 10.000 habitantes".

Según Farhat, las tasas actuales son 1,1 y 11,3, en su orden. Pero subrayó que hay que esperar que aquella "tendencia a la baja" no sea temporal, puesto que aún resta evaluar la incidencia de contagios del virus por efecto del feriado de los días 2 y 3 del mes en curso.

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Por el periodo de incubación del virus (catorce días) más la una semana que, por lo general, según Farhat, demora el paciente con síntomas en acudir al médico, esos datos serán medibles al finalizar noviembre. Destacó la vigilancia en los nuevos números.

"Estamos pesquisando pacientes cuando tienen sintomatología temprana, antes de que incluso vayan al médico; se los trata oportunamente, se evita que se compliquen, que vayan a un hospital y, sobre todo, al aislarlos se corta la transmisión", expuso.

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La labor empezó el 8 de julio en 17 sectores y después estos se ampliaron a 24, por el aumento sostenido de casos en ciudadelas del norte, incluida Sauces, que fue señalada por la alcaldesa Viteri como sector problemático con sustento en informes elaborados con datos de hospitales, operativos municipales y por el monitoreo del sistema ECU911 Guayaquil, respecto a reportes de aglomeraciones, reuniones, consumo de licor en el espacio público.

Entonces, según la autoridad seccional, había un registro de seis muertes en la ciudad por encima del promedio normal; luego, al término de la primera quincena de este mes, bajó a cinco. No obstante, la cifra actual otra vez es seis.

"Presumimos que hace dos y tres semanas atrás, las camas de las UCI COVID-19 de las clínicas privadas y de la Junta de Beneficencia de Guayaquil llegaron a estar copadas en el 95 %; lamentablemente fallece un gran porcentaje de esos pacientes", comentó Farhat.

En el bloque 4 de Flor de Bastión, John Ubilla, uno de los profesionales médicos que coordina la vigilancia epidemiológica que se cumple en 24 sectores de Guayaquil, comentó que los brigadistas han sido víctimas de asaltantes que les arrebatan teléfonos celulares y equipos médicos portátiles, como tensiómetros.

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De ahí la contratación de guardias para el acompañamiento en diez sectores considerados conflictivos.

En Lomas de la Florida, personal de la Policía Nacional también siguió el trabajo de los salubristas municipales en la detección de casos sospechosos de COVID-19.

Las familias respondieron sobre su estado de salud. (I)