Los últimos cuatro procesos de licitaciones para dragar un área del río Guayas, alrededores del islote El Palmar, resultaron fallidos.

En abril del 2018 se suscribió un contrato con la Armada del Ecuador, durante la administración de Jimmy Jairala, pero este fue dado por terminado el año anterior, en los primeros meses de gestión de Carlos Luis Morales, quien durante su posesión, mayo del 2019, como prefecto ya había anunciado que pondría fin de manera unilateral a aquel contrato.

Aquello ocasionó discrepancias entre las partes, pero al final, el 25 de septiembre de 2019, la Armada y la Prefectura del Guayas legalizaron un convenio para dar por terminado el contrato “de mutuo acuerdo”.

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Así se veía el islote El Palmar en el 2007. Una mirada desde Durán. Foto: Archivo Diario EL UNIVERSO.

Tras la repentina muerte de Carlos Morales (22 de junio pasado) asumió la Prefectura Susana González, quien a finales de julio anunció que se retomó el proceso para una nueva licitación internacional del dragado de los alrededores de El Palmar, con la que esperan darle mayor profundidad, pues hace “más de 50 años se han producido procesos sedimentarios que han resultado en la disminución de la navegabilidad de dicha área”, se dijo.

En esta ocasión, según la información de la Prefectura del Guayas, el área a dragar es de aproximadamente 700 hectáreas de los alrededores del islote El Palmar. Tras el dragado, el lecho del río quedaría a una cota o profundidad de -2,50 metros referidos en marea baja, es decir, se dragará a 2,50 metros de profundidad.

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En esta nueva licitación internacional, la Prefectura ha anunciado que se retirarán 6’166.096 metros cúbicos (m3) de sedimento por $ 38’900.000. Y ha hecho énfasis en que el contrato anterior (suscrito en abril del 2018) era de $ 58’814.502 para extraer 4’102.646 m3. Así, pasó de $ 14,30 por m3 a $ 6,30 en el actual proceso a convocarse.

No obstante, al hacer cuentas entre el área a dragar, la profundidad y la cantidad anunciada de material a extraer, lo neto a dragar sería 248 hectáreas y el resto, a intervenir, dicen expertos.

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Con aquello, el área a dragar sería similar a la del contrato de abril del 2018, en el que se mencionaba que dragarían 224 hectáreas alrededor del islote El Palmar, adicionales a la disposición de los más de cuatro millones de metros cúbicos de sedimentos para el relleno hidráulico de los terrenos en el sector Peñón del Río en Durán, según los registros de la Armada.

Ahora, en cambio, se ha considerado la profundidad a dragar, 2,50 metros, ha recalcado, en varias ocasiones, la prefecta Susana González.

“Quiero aclarar algo, no es el dragado del islote El Palmar, es la navegabilidad, devolverle la navegabilidad al río Guayas”, dijo González el 20 de agosto pasado a este Diario.

Ahí indicó también que el material extraído ya no iría a la isla Santay, por tener categoría Ramsar, sino a un predio por expropiarse en Durán. Este Diario solicitó una entrevista para conocer más detalles sobre la nueva licitación a convocar y sobre las acciones efectuadas en el río Guayas y sus afluentes, pero hasta el cierre de esta edición aún no había respuesta.

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Pero la licitación y el problema de sedimentación del Guayas no son nuevos. En marzo de 1995 ya se observaba el islote entre el cerro Santa Ana y La Puntilla. En mayo del 2001, la entonces Cedegé (Comisión de Estudios para el Desarrollo de la Cuenca del Río Guayas) dijo que se necesitaba dragar periódicamente el río.

En junio del 2001, Ingenieros del Ejército de EE. UU. recomendaron construir diques de piedra en el río Daule.

En mayo del 2002 se constituyó una fundación para el dragado del canal de acceso al puerto y del río.

Una vista aérea del islote El Palmar en el 2010. Foto: Archivo Diario EL UNIVERSO

En agosto del 2003, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE. UU. entregó un informe final al Municipio de Guayaquil, donde califican la situación como un tema delicado y asumen el proyecto en su fase de estudio final y ejecución.

Así pasan varios años y procesos, entre estudios y ofertas para dragarlo, hasta que en enero del 2009 el entonces alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, afirmó que la sedimentación de los ríos Daule, Babahoyo y Guayas le correspondía solucionarlo al Gobierno nacional.

En noviembre del 2010, especialistas del Inocar determinaron que el islote no se podía dragar porque esa zona está bien solidificada. Luego la competencia pasó al Gobierno central. Y en el 2012 se la dieron a la Prefectura del Guayas. (I)