Los comerciantes de cerveza, que específicamente venden cajas de doce botellas "a precio de fábrica", mantuvieron el jueves 5 sus locales cerrados en atención a la prohibición de expendio de bebidas alcohólicas que rige en Guayaquil, por disposición del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal.

Pero aquello no significó que dejaran de atender a los clientes, puesto que hubo negocios donde dueños o parientes de estos estuvieron atentos a la llegada de compradores, permaneciendo en los portales o manteniendo sus establecimientos abiertos a media puerta.

La alcaldesa Cynthia Viteri, presidenta del COE local, anunció el miércoles 4 que quedaba prohibida la venta de licor los jueves, viernes, sábados, domingos y días feriados, ante el aumento sostenido de casos de COVID-19 y una media de seis muertos al día en la ciudad por el virus en un periodo de 28 días.

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En el primer día de vigencia de la medida, sumada a otras restricciones, los comerciantes de cerveza dudaban sobre el impacto económico que afrontarían al trabajar solo tres días a la semana.

"Ellos tendrán sus razones, pero a nosotros nos causan un gran perjuicio, aquí salían unas 50 cajas por semana y hay que ver qué nos dice el proveedor (respecto a los pagos", manifestó Esther, dueña de un local en mención situado en la zona del mercado Santa Marianita, suburbio de Guayaquil.

Ella mantenía su local a media puerta atenta, admitió, a la llegada de algún cliente; en tanto que en la calle Coronel, en el centro sur de Guayaquil, el dueño de un negocio no optó por retirar el letrero de cartón adherido a un árbol en el que se leía "Cerveza".

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Un pariente de este estuvo presto a despachar las cajas de la bebida. Reconoció que conocía de la restricción. (I)