“A inicios de marzo teníamos 24 camas, 8 de terapia y 16 normales para tratar COVID-19 en el Hospital del Guasmo. Pensábamos que estábamos listos, preparados, fue un error de cálculo, la situación fue terrible... Llegó un momento que llegamos a tener 72 pacientes intubados y ventilados, eso fue nuestro tope, ¿y dónde estaban todos esos pacientes? Pues bueno, en todas partes del hospital”, recuerda José Luis Vergara, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos en el Hospital del Guasmo y coordinador en el Luis Vernaza. Él trató a la paciente 0 (índice), a la migrante que llegó desde España en febrero pasado y fue la primera en recibir un diagnóstico de COVID-19 en Ecuador. El relata: “El primer caso llegó en un avión con ciento y algo de personas sin protección, porque en ese momento no se conocía la magnitud. Y qué hacen los migrantes cuando llegan a su país. Busca encontrarse con todo el mundo, pasear y comer lo que más pueda. De dónde vienen los latinos en Europa, España e Italia donde había más casos. No es tan difícil entender lo que pasó. Desde el primer momento solicité que todo el hospital sea COVID-19 porque se percibía lo que venía, como en otros países. Las primeras semanas de marzo había camas, luego se desbordó. Yo también me enfermé. Estoy casi convencido de que no me contagié en ninguno de mis hospitales. Me cuidaba mucho, pero en las reuniones con los del ministerio con la prensa estuve sin protección, en el hospital estaba como astronauta y en las reuniones no, fue un error. Mi esposa y mi hijo mayor también se contagiaron, menos mal no fue cosa importante, yo pensé que también estaba bien hasta que llegó un momento que no podía ni hablar. En los primeros dos días me dio un trancazo, fiebre dos días. Pero a la semana ya sentí cansancio, hablaba entrecortado y mi esposa me llevó a que me ingresen al Luis Vernaza.

Yo ingresé del 28 de marzo hasta el 5 de abril en la Unidad de Cuidados Intensivos. Recuerdo que de las 15 camas de UCI, 11 éramos médicos, eran colegas, fue un momento muy difícil, de hecho dos no salieron. Un momento que me marcó fue cuando estuve internado, estaba a lado mío un colega-amigo que lo conocía desde el primer año de medicina. Él estaba muy angustiado, me dijeron que tenían que intubarlo. Por desgracia saber que el proceso implica mayor gravedad, fue muy angustiante. Él no logró salir. Fue muy difícil reponerme, pero tocó recuperarse rápido para poder seguir atendiendo a pacientes. Me recuperé, seguí y hasta doné plasma en dos ocasiones.

Hay algo muy relevante en Guayaquil, que fue una de las pocas ciudades en el mundo en doblar la curva muy rápido. Fue la comunicación entre médicos en toda la ciudad, porque ellos trabajan para diversos hospitales. Así tomamos la decisión de usar corticoides, que se usa para tratar enfermedades en momentos claves, este medicamento tiene una capacidad antiinflamatoria potente. A finales de marzo y para mediados de abril ya empezamos a ver un descenso de la curva, en mayo ya habíamos bajado los casos. Otro punto fue la formación de médicos. Hubo un ejército de muchachos que como cualquier médico joven se siente invulnerable, que no les va a pasar nada. Muchos se han enfermado, también hubo muchos médicos que fallecieron, al menos 200 si no son más, fueron momentos muy duros. Guayaquil fue ejemplo, pero le costó mucho. Al inicio sentí que a Guayaquil no solamente que nos abandonaron sino que también nos sitiaron. Hubo expresiones como que los guayaquileños no podíamos ingresar a tal o cual lugar porque no nos iban a dejar ingresar. Y los guayaquileños somos contestatarios, luchadores, vanguardistas y no rechazamos a nadie. Mire que una ocasión, en mis dos hospitales, hubo el 80% de pacientes en UCI que eran fuera de Guayaquil. Eran de Quito, de Santo Domingo, Machala, Riobamba, de Esmeraldas, Napo. Y es ahí donde el guayaquileño demuestra una vez más ese sentido de pertenencia a un país que amamos. Yo nací aquí en Guayaquil, mis siete hermanos nacieron aquí y eso hace que tengamos un sentido de pertenencia, que creo que a algunos les hace falta en ocasiones”. (I)