Los diez hijos de Miguel Quinche y Yolanda Estupiñán, ambos guayaquileños, tienen entre 1 y 15 años. La familia vive en el bloque 9 de la cooperativa Flor de Bastión, noroeste de Guayaquil, y subsiste con las monedas que el papá recibe en un paradero de buses.

El jueves 20, el grupo recibió seis camas, seis colchones, una laptop y víveres, que fueron donados por el Municipio de Guayaquil para paliar la situación de la familia.

Creyentes evangélicos, la pareja manifestó que siguen adelante, que pasan necesidades, pero que son agradecidos de que sus hijos no evidencian afectaciones de salud.

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Miguel comentó que trabaja llamando a los pasajeros en un paradero del parque California, en la vía a Daule, que de 25 en 25 centavos de propina de parte de los choferes logra juntar entre 8 y 10 dólares por jornada.

Pero no es una labor diaria sino de tres días, puesto que cumple turnos con otro compañero. “Él me da chance para por ahí hacerme algo”, mencionó el hombre, quien antes de la pandemia vendía cocos.

La carreta ya no está en su poder, supuestamente esta fue robada. Los niños asistían a una escuela fiscal situada a tres cuadras. Hoy por la pandemia prácticamente ninguno se conecta a las clases virtuales, admitieron los padres.

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La hija mayor, de 15 años, es la que ayuda a los papás a lidiar con los niños. Si alguna vez salen de casa, ella está a cargo de tres hermanos. Papá y mamá, de otros tres cada uno.

Antes de que les llegara la donación municipal, en la vivienda de Miguel y Yolanda y sus diez hijos había una litera y dos camas. En la primera descansaban seis hermanos, tres en el catre superior y otros tres en el inferior; en una de las dos camas, dos hermanos más. Los niños “más chiquitos” dormían con papá y mamá.

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El viernes 21 había diez panes para el desayuno de la familia de doce integrantes. Ahí, los papás compartieron un pan entre el niño de 3 años y el de 1. Y de un par de peñiscos a los bocados restantes obtuvieron la ración doce.

Enseres domésticos
Una refrigeradora y una cocina constituyen los enseres de la familia, que quisiera contar con una lavadora, puesto que a Yolanda se le dificulta lavar a mano por los dolores de espalda, que le sobrevinieron luego del nacimiento de su último hijo.
El cumpleaños de algún integrante motiva el abrazo múltiple y el agradecimiento por el pan del día. Quien esté interesado en ayudar a la familia Quinche Estupiñán puede llamar al celular 099-763-2337, de Miguel Quinche. (I)