El Malecón Simón Bolívar es símbolo del Guayaquil moderno. Anualmente el sitio recibe millones de visitas, no solo de porteños sino de turistas nacionales y extranjeros.

Aunque su creación se remonta desde la época colonial, la denominación de Malecón Simón Bolívar se estableció el 7 de agosto de 1936, mediante ordenanza municipal. Cinco años antes, la zona que comprende entre Víctor Manuel Rendón y Diez de Agosto. Además, se edificó la Torre Morisca que acoge al Reloj Público.

Durante las últimas décadas del siglo pasado el sitio evidenciaba mal estado por el descuido de administraciones municipales. Incluso era cueva de malhechores y gente que ingresaba para consumir drogas.

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En 1998, bajo la administración de León Febres-Cordero, el Malecón entró en un proceso de remodelación. El 9 de octubre de 1999 se inauguró su primera etapa, que comprendía desde la avenida 9 de Octubre hasta la Torre Morisca, a la altura de la calle 10 de Agosto. Meses después las adecuaciones se extendieron desde el Palacio de Cristal, en el sur, hacia el barrio Las Peñas.

Los visitantes del sitio disfrutan de monumentos y espacios de distracción a la orilla del río Guayas. Por la pandemia de COVID-19, el Malecón permaneció cerrado varias semanas. Hoy, varias áreas operan con una nueva normalidad.

Entre el tramo entre Las Peñas y la avenida Loja está ubicado el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC), que incluye salones de actos y conferencias. Además en su terraza se realizan conciertos, desfiles y ferias libres. Luego está la noria La Perla, inaugurada en el 2016, y que tiene 57 metros. Esta distracción colinda con el parque de diversiones Safari Xtreme.

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En la Plaza de los Donantes, sobre placas de vidrio, están escritos los nombres de los ciudadanos que aportaron con sus impuestos para poder concluir la construcción de la primera etapa del Malecón, a inicios del presente siglo. En el Jardín Botánico se exhibe el busto de Pedro Franco Dávila y el monumento de El Fauno y la Bacante, hecho con mármol en el siglo pasado. Están a la altura de la calle Imbabura.

En el lado de Junín está ubicado un antiguo vagón que perteneció a uno de los primeros ferrocarriles en los que se viajaba de Guayaquil a Quito, junto a una zona de juegos infantiles. A pocos metros opera el Guayaquil Yacht Club.

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A la altura de 9 de Octubre se ubica imponente el Hemiciclo de la Rotonda, el monumento más representativo de Guayaquil, que inmortaliza el encuentro entre Simón Bolívar y José de San Martín en esta ciudad, en el año 1822. A pocos metros está instalada la escultura del Viento y agua. Sigue el Paseo de las Colonias, a la altura de la calle Illingworth, donde reposa la escultura de un jabalí donado por la colonia china y el monumento al escritor venezolano Vicente Lecuna, obsequio del Gobierno de Venezuela, que están en la parte baja del Malecón.

En Aguirre, en la parte alta, están ubicados los monumentos de los expresidentes Alfredo Baquerizo Moreno, Juan de Dios Martínez Mera, Otto Arosemena Gómez y Carlos Julio Arosemena Monroy. A la altura de Sucre reposa el busto de León Febres-Cordero.

Frente al Palacio Municipal, a la altura de Diez de Agosto, está el monumento a la Aurora Gloriosa, y la emblemática Torre Morisca, que acoge al Reloj Público. A pocos metros están situados varios centros comerciales y patios de comida.

En el último tramo se ubica el monumento a José Joaquín de Olmedo, la plaza de la Integración y el Palacio de Cristal, otrora Mercado Sur. (I)

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