La consigna en Guayaquil es no relajar las medidas de bioseguridad aunque los contagios de coronavirus estén controlados. Por ello, uno de los pedidos que harán el próximo lunes las autoridades locales al Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional es que las clases presenciales se mantengan suspendidas en la ciudad y continúe la modalidad virtual.

“Es mejor que nuestros hijos, si fuera el caso, perdieran un año en su vida escolar que la vida de ellos en este año. Yo no creo que haya padre de familia que empuje a su hijo a ir a una clase presencial en plena pandemia”, declaró la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri.

Esa fue su reacción ante un anuncio de la ministra de Educación, Monserrat Creamer, quien en una rueda de prensa transmitida por Facebook Live dijo que están listos los lineamientos para el retorno progresivo opcional a las instituciones educativas, pero el retorno presencial a las aulas será confirmado cuando el COE nacional así lo decida.

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Ante esta posibilidad, especialistas en el campo educativo sugirieron que es fundamental un trabajo conjunto entre los estudiantes, padres de familia e instituciones educativas.

Una recomendación, por ejemplo, es que si el niño tiene alguna sintomatología relacionada o no con el COVID-19, los padres no los envíen a clases.

La alcaldesa de Guayaquil insistió en que la ciudad se mantendrá en semáforo sanitario amarillo hasta que haya indicadores que demuestren que es viable un paso a verde.

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Hasta este viernes 31 el Ministerio de Salud Pública (MSP) reportó en el Puerto Principal 11 961 casos confirmados de coronavirus.

“Tomaremos mayores medidas con la población, para controlar el virus. Nosotros estamos, hasta el momento, controlándolo a diario, tenemos un termómetro a diario, pero no contamos con los datos oficiales de las pruebas que ellos (Ministerio de Salud y el IESS) hacen en salud y la ocupación de las camas UCI del Ministerio y Seguridad Social. Queremos saber cuántas camas, de Guayaquil y de provincias, se ocupan en estos centros hospitalarios”, remarcó Viteri.

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El epidemiólogo Johnny Real explicó que si se aprueba la medida de que las clases sean presenciales, sería un riesgo ya que las instituciones aún no están preparadas para cumplir todas las normas de bioseguridad y protección que se requieren al momento.

“Recordemos que la educación en nuestro país se ha dado con 20 niños y una profesora. El niño es niño y siempre va a ser inquieto. A pesar de que uno le oriente o inculque medidas de seguridad, ellos no las van a recordar con exactitud”, citó.

Y añadió que también hay que analizar las condiciones de cómo estarán los centros educativos. “Antes, cuando no había epidemias, los padres iban y hacían mingas, pero ahora el panorama es distinto, eso en escuelas públicas. También hay un rubro económico de por medio si se incrementará con el regreso a las aulas”, explicó.

Real sostuvo que con la pandemia no se sabe si habrá un segundo brote. “Tenemos que garantizar un entorno saludable a los niños en los establecimientos”, enfatizó él.

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Gabriela Arana, doctora y madre de dos niños, coincidió en estos aspectos y acotó que es una irresponsabilidad si se exige el retorno en este año tanto en Sierra como en la Costa.

“Los niños comparten objetos, espacios. Cómo va a ser el tema del aforo, en las escuelas hay muchos niños. Hay medidas que no están claras y me parece irresponsable que se hable del tema mientras no se detalla cómo se mantendrá la salud de los niños y de quienes asistirán a las escuelas. Incluso hay niños con discapacidad en escuelitas que no van a lograr entender la situación de riesgo y los cuidados”, agregó.

Personal médico de apoyo

Para ayudar con la atención de pacientes en Quito, ciudad que sufre los embates de la pandemia del COVID-19, ocho profesionales de la salud viajaron desde el Puerto Principal. Ellos se unirán a los seis que se quedaron en la capital de un primer grupo de 21 galenos que viajaron allá hace un mes.

Los once restantes tenían previsto llegar la tarde de este viernes al aeropuerto José Joaquín de Olmedo, luego de cumplir tareas de ayuda en la capital.

En tanto, el próximo lunes 3 de agosto, nueve profesionales de la salud viajarán a los cantones Sucre y Bahía de Caráquez, cubriendo, además, sectores como San Isidro, Charapotó y poblaciones aledañas, para aportar en la lucha contra el virus en Manabí por quince días. (I)