Los doctores, enfermeras y auxiliares son héroes que han batallado contra la pandemia de COVID-19, exponiendo incluso sus propias vidas para salvar la de los demás. En Guayaquil, durante los meses de marzo y abril, los profesionales médicos vivieron jornadas dramáticas y extenuantes por el virus, que ha provocado miles de muertes y sufrimiento en familias porteñas.

Emily Nieto, de 27 años, es licenciada en Enfermería. Ella labora en el hospital IESS de Los Ceibos, en el norte de Guayaquil. Desde finales de marzo, esta casa asistencial acoge exclusivamente a pacientes con síntomas de COVID-19 y casos positivos de esta enfermedad.

La insólita cantidad de pacientes que acudieron a este hospital por sintomatología asociada al coronavirus desbordó su capacidad, los últimos días de marzo e inicios de abril.

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“Fue fatal, uno veía morir bastante gente, escuchábamos cómo afuera las personas en la puerta de Emergencias nos pedían que los dejemos entrar, que se ahogan, que les pongan oxígeno, pero no había tomas de oxígeno”, manifestó Emily.

Ella atendió en la sala de Emergencias a los pacientes que llegaban. Aunque los profesionales médicos eran más propensos a contagiarse, dieron todo de ellos para ayudarlos.

No obstante, pese a los estrictos protocolos de bioseguridad, algunos se infectaron o presentaron síntomas.

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Emily refirió que la primera semana de abril perdió el sentido del olfato, síntoma del COVID-19 conocido como anosmia. “Esos días llegaba a casa con fiebre, no tan alta, y nada más”, manifestó Nieto.

Actualmente lleva casi cuatro meses sin recuperar ese sentido. Contó que el 16 de abril se realizó la prueba del hisopado para detectar COVID-19, la cual salió negativa.

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Pese a eso, siguió laborando tomando las medidas de bioseguridad correspondientes. “Luego pasó un mes y tampoco podía oler”, explicó Nieto.

Como antecedente, ella sufría de rinitis alérgica. El mes pasado, alarmada por no recuperar ese sentido, se hizo atender por una doctora, que luego de practicarle exámenes le indicó que ese síntoma podía durarle hasta seis meses. El pasado martes, ella dio negativo a un segundo PCR.

Ante el riesgo constante de contagio, sugirió a la ciudadanía mantener las medidas de bioseguridad, el uso de mascarillas y el distanciamiento.

En Guayaquil durante las últimas semanas se ha evidenciado que la ciudadanía acata menos las medidas de protección para evitar la propagación del coronavirus del COVID-19.

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“Realmente no hay que bajar la guardia en absoluto, el virus vino para quedarse, el virus no es que se va en dos, tres meses o en diciembre, no. Hay que aprender a vivir en esta nueva modalidad”, afirmó Emily. (I)