Llegan más a tomarse una foto o selfie, son locales, nacionales y extranjeros. Y también llegan los que han escuchado que los secretos que se dicen los enamorados o amigos al pie de una de sus columnas se oyen al otro lado, a más de 20 metros de distancia, en la otra columna. Y eso lo han comprobado.

Dicen que aquello ha quedado ahí por los ‘espíritus’ de San Martín y Bolívar (cuyo monumento contiene el hemiciclo), los militares que en vida se encontraron por única vez en Guayaquil, el 26 de julio de 1822, y planearon ‘en secreto’ la liberación de las restantes naciones sudamericanas.

Por eso, según las versiones populares, es que se escuchan los susurros, las promesas de amor o de lealtad y alguna que otra confesión que se hacen quienes conversan en voz muy baja, en ‘secreto’, sin saber del eco que tiene el hemiciclo.

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Pero más allá de las creencias populares, el eco que se hace en este importante monumento de Guayaquil se da por la forma de su construcción, hemiciclo, (semicírculo), y por el material empleado, como el mármol de carrara (importado), que es un conductor de sonido, cuentan dos historiadores de Guayaquil. Son las columnas del hemiciclo construido unos diez años antes para albergar a la escultura que representaría al histórico encuentro entre José de San Martín (argentino) y Simón Bolívar (venezolano), considerados los héroes de las independencias de Sudamérica.

El Hemiciclo de la Rotonda como, desde el inicio y hasta la actualidad, se conoce a todo este conjunto (monumento de columnas y escultura de personajes) que rinde homenaje a Bolívar y San Martín es el ícono internacional que tiene Guayaquil y que la pone en el mapa histórico, geográfico y turístico por la relevancia de aquel encuentro que se dio en esta ciudad, coinciden los historiadores Melvin Hoyos y Benjamín Rosales Valenzuela.

"Ningún otro monumento de Guayaquil tiene ese carácter de ícono internacional. Para nosotros como guayaquileños hay otras esculturas que tienen mayor valor histórico..., como la Columna de los Próceres, pero no son un ícono internacional. Solamente hay un monumento de Bolívar y San Martín dándose la mano y este está en Guayaquil", sostiene Hoyos, quien también es arquitecto.

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Agrega que por la representación de este trascendental suceso histórico, que se da dos años antes de que Sudamérica quede completamente libre, han llegado también turistas de Chile, Argentina, Perú, Venezuela, Colombia y otros, que se han fotografiado y han mostrado en este sitio icónico.

Por la importancia de este suceso sudamericano, el Congreso de Ecuador de 1913 resuelve levantar este monumento, que debía estar listo para la celebración del centenario del encuentro entre Bolívar y San Martín, pero aquello no ocurrió, relata el historiador Rosales Valenzuela.

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Fue el Municipio de Guayaquil de aquel entonces el que retomó la iniciativa, que se inauguró por completo en 1938. El concepto como tal lo diseñó el escultor español Juan Rovira, quien hizo las columnas, sobre las que están las banderas de los países que liberaron San Martín y Bolívar.

Y la estatua, que se hizo una década después, es del español (catalán) José Antonio Homs.

Sobre la elaboración de las representaciones de Bolívar y San Martín hay muchos anécdotas, sostiene Hoyos. Una era que los concejales de Guayaquil rechazaban todas las propuestas porque el saludo entre los libertadores era demasiado femenino. Un día, un señor de apellido Castilla y representante de Homs en Guayaquil, le sugiere al alcalde Luis Vernaza invitarlo y ver sus bocetos. Homs cayó en lo mismo de sus antecesores con el saludo. A la tercera oportunidad le aceptaron el diseño.

Así, la escultura se la empieza a trabajar en 1936; se la termina en 1937 y se la envía por barco a Guayaquil. Más atrás, y en otro barco, vino su autor para colocarla en el hemiciclo.

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Una vista de La Rotonda entre los años 1920 y 1930, mucho antes de que se instalará el monumento a Bolívar y San Martín. La imagen es de Víctor Sánchez y pertenece al fondo fotográfico Dr. Miguel Díaz Cueva, del INPC. Tomada de: fotografiapatrimonial.gob.ec

Al verla ya instalada, el alcalde Vernaza se da cuenta de que ambos libertadores tenían la misma estatura y se enoja por "no haber respetado la verdad histórica, porque Bolívar era mucho más pequeño que San Martín", cuenta Hoyos.

El escultor en su explicación dice que tomó la talla de Bolívar desde el punto de vista libertario, es decir, "que eran los dos del mismo nivel, porque los dos eran los libertadores de América".

Aquello no convenció a Vernaza, quien no pagó por esa escultura. El representante del escultor tuvo que sacar de su dinero para darle al autor, esperando en algún momento recuperar esa inversión.
Pero aquello nunca llegó por parte del Municipio de Guayaquil, quien no pagó por dicha escultura, sostiene Hoyos.

Al sitio también se lo conoce como la Rotonda desde antes del monumento, puesto que ahí existía una estructura también en columnas que se llamaba así.

"La Rotonda era como un círculo de columnas que tenían una especie de riostra, continua circular hacia abajo, y una viga, continua circular hacia arriba, que la sostenía. Este sitio era de actividades culturales y fue demolido para construir el hemiciclo en mármol de carrara por parte del artista español Rovira, que fue contrato por el Municipio de Guayaquil para hacer esto con la finalidad de que en ese sitio fuera puesto el monumento de Bolívar y San Martín años después", cuenta Hoyos.

Escultura que representa libertad sudamericana

El monumento que rinde homenaje al único encuentro que tuvieron los libertadores Simón Bolívar y José de San Martín y que se dio en Guayaquil, el 26 de julio de 1822. Foto: José Beltrán

"San Martín es el que consolida la independencia de Argentina. Con el ejército de los Andes, que forma, va a recuperar la independencia que se había perdido en Chile con batallas famosas como Chacabuco, Maipú. Luego organiza esta expedición, de este ejército argentino y chileno, a Perú para impulsar la independencia de Perú. Mientras, Bolívar, venezolano, venía luchando desde el año 1812 por la independencia de lo que era Venezuela, Nueva Granada y Quito, de lo que él llamó Colombia, y entonces enfrentó muchas batallas como la de Boyacá, después la de Carabobo, para llegar al Ecuador luego de la batalla del Pichincha", narra el historiador Benjamín Rosales Valenzuela sobre las previas al encuentro en Bolívar y San Martín.

"Y viene a Guayaquil, Bolívar, porque quería que Guayaquil sea parte de esa Colombia, y aquí se encuentra con San Martín, que venía del Perú, que tenía dificultades en lograr la independencia porque le faltaba agrandar su ejército –en la Sierra del Perú había 25 000 soldados españoles con generales y oficiales listos para enfrentarse al ejército de San Martín– que no tenía más de 6000 u 8000 hombres, entonces San Martín viene acá a buscar el apoyo de Bolívar", dice Rosales.

Y fue aquí en Guayaquil, cuando esta ciudad que ya era libre (desde el 9 de Octubre de 1820), que se dio aquel histórico encuentro entre Bolívar y San Martín, que hoy está plasmado en la escultura insigne e icónica ubicada en el malecón Simón Bolívar, en la av. 9 de Octubre. (I)