Instalar arcos de desinfección, usar vasos desechables, tener la mitad del aforo, desinfectar cada hora los locales y que solo una persona acuda a los baños fueron propuestas planteadas por Patricio Paredes, dueño de uno de los 28 negocios de la zona rosa de Guayaquil.

La mañana del miércoles 22, Paredes organizó una marcha, en la que participaron unos 500 ciudadanos, específicamente dueños y trabajadores de bares, discotecas, karaokes, salones de eventos y otros centros de diversión nocturna que llevan cerrados cuatro meses debido a la pandemia.

Con carteles y pitos salieron de la zona rosa hacia la Gobernación del Guayas, situada en malecón Simón Bolívar y Aguirre, centro de la ciudad.

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Los manifestantes señalaron que ya se habrían entregado al Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional una propuesta de protocolo para reabrir los negocios ceñidos a medidas de bioseguridad.

Lamentaron estar “llenos de deudas” por mantener cerrados sus negocios.

A la marcha se sumaron representantes de bares del cerro Santa Ana e incluso de locales situados en Durán. Prometieron limitarse a vender solo bebidas soft (cerveza y cocteles) para evitar que la gente ebria ocasione inconvenientes.

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Los dueños de los vehículos conocidos como chivas y gusanitos también se hicieron presentes en el encuentro.

Pese a la demanda de autorización para reabrir la zona rosa, habitantes del sitio dijeron que viven tranquilos sin el movimiento nocturno, y agregaron que eran perturbados por la bulla e incluso escándalos de los farreros.

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Cerca de las 10:30, los manifestantes llegaron a la Gobernación, donde representantes pudieron hablar con un delegado y dejar una propuesta.

El documento también fue remitido a Xavier Narváez, director municipal de Justicia y Vigilancia. Él aseguró que expondría el planteamiento en la próxima reunión del Comité de Operaciones de Emergencia (COE) cantonal y sostuvo que en la reunión del COE nacional del viernes 19, efectuada en el ECU911 y a la que fue invitada la alcaldesa Cynthia Viteri, ella pidió flexibilizar el semáforo amarillo para Guayaquil en el horario del toque de queda, entre otras propuestas.

Narváez sostuvo que ni en el semáforo verde los bares, discotecas, cines, sala se eventos o gimnasios podrían trabajar, porque no lo autoriza el COE nacional. “Nosotros acatamos las decisiones, pero más allá del peligro y la permanencia del virus, sabemos que la ciudad necesita también una reactivación económica”, expuso.

En la marcha participaron también trabajadoras sexuales y dueños de los establecimientos del barrio de tolerancia, ubicados en la calle Salinas.

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“Queremos trabajar con bioseguridad”, repetían las mujeres que portaban carteles, en los que exponían que con su trabajo llevan el sustento para sus hijos. No obstante, las servidoras consultadas no mencionaron alguna propuesta de bioseguridad para minimizar el riesgo de contagios.

Quienes viven en la calle 17, a una cuadra del barrio de tolerancia, se han quejado de la presencia de las mujeres a que hasta hace cuatro meses ejercían su actividad de forma ordenada a una calle de ahí, pero debido a la pandemia la zona fue cerrada para evitar la proliferación del virus.

Control municipal

Jaime Dávalos, director de la Policía Metropolitana de Guayaquil, contó que varias noches han ido a retirarlas por las quejas de los vecinos.

Las mujeres también han expuesto que no están cómodas en la zona, que quieren que los establecimientos en los que trabajaban reabran lo más pronto posible.

De ahí su participación en la marcha que llegó a la Gobernación y al edificio continuo que es el Municipio. Allí se concentraron en la Plaza de la Administración.

Ambas instituciones entregaron kits de alimentos y de aseo a las servidoras sexuales. Entonces se corrió el rumor de que las mujeres volvían al sector para ejercer su trabajo. Sin embargo, no había autorización para el servicio. (I)