El papa Francisco ofició la misa de Domingo de Ramos, que marca la entrada de la Semana Santa, en una basílica de San Pedro desierta debido a la pandemia de coronavirus.

Así, ayer, el papa Francisco bendijo los ramos en una basílica vacía, salvo por un puñado de religiosos y religiosas, sentados cada uno en un banco.

La misa fue difundida en directo en la página web del Vaticano, como también lo será el próximo domingo para la misa de Pascua, la celebración más importante del cristianismo.

Publicidad

“Hoy, en el drama de la pandemia, ante tantas certezas que se desmoronan, frente a tantas expectativas traicionadas, con el sentimiento de abandono que nos oprime el corazón, Jesús nos dice a cada uno: ‘Ánimo, abre el corazón a mi amor. Sentirás el consuelo de Dios, que te sostiene’”, dijo el papa argentino en su homilía.

Francisco mencionó el esfuerzo de aquellos que salen a la calle para ayudar a los otros. “Mirad a los verdaderos héroes que salen a la luz en estos días. No son los que tienen fama, dinero y éxito, sino son los que se dan a sí mismos para servir a los demás. Sentíos llamados a jugaros la vida. No tengáis miedo de gastarla por Dios y por los demás: ¡La ganaréis!”, añadió.

Guayaquil y su fe

Así como el papa Francisco hizo llegar su mensaje al mundo, en Guayaquil también se vivió la fe por medio de las redes sociales de la Arquidiócesis de Guayaquil.

Publicidad

Monseñor Luis Cabrera, arzobispo de la ciudad, fue el encargado de una homilía virtual para conmemorar el Domingo de Ramos. “La palabra del Señor es la que nos ilumina en estos momentos tan importantes que estamos viviendo”, dijo antes de que iniciara el rito de la bendición de los ramos, a las 07:00.

Cabrera manifestó que “es importante que nos preguntemos nosotros ahora qué significa la cruz , porque a lo largo de la historia a lo mejor hemos venido distorsionando la cruz”, porque para cada fiel esta tiene un significado distinto. (I)