En una segunda entrega, EL UNIVERSO enfoca parte de los problemas que padecen los jubilados y afiliados en los centros de atención del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social. Día a día, el drama de los pacientes se repite y la entidad no responde con soluciones.

Casos por falta de atención y diagnósticos inapropiados

Una de las quejas recurrentes de los jubilados y afiliados del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) es una presunta mala atención en diversos centros médicos.

Las quejas van desde la atención por citas hasta por emergencias. Por ejemplo, en el servicio de Emergencia en el hospital Teodoro Maldonado Carbo, usuarios indicaron que pese a la gravedad de la atención no los ingresan y en ocasiones existe un diagnóstico incorrecto.

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Así, el pasado 8 de enero, una afiliada de 36 años llegó con un fuerte dolor abdominal a Emergencias del Centro Quirúrgico Ambulatorio Valdivia, en el sur.

Relata que pidió ser atendida, pero le dijeron que no tenían rayos X y la derivaron al hospital Teodoro Maldonado Carbo. Allí la recibieron, la atendieron una doctora y una residente a las 23:00 del pasado 8 de enero.

“Procedieron a una escueta revisión médica. Le tocaron el estómago, le dieron unas palmadas en la espalda, para finalmente indicar que eran gases y a pesar de verse reflejado el mal estado e intenso dolor en sus lágrimas, no aceptaron ingresarla”, dijo la hermana de la afiliada de 36 años.

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Añadió que la desesperación se apoderó de la familia al ver que no la atendían, por lo que la llevaron de inmediato a la clínica Alcívar.

“La ingresaron, le hicieron los exámenes respectivos y dio como resultado cálculo a la vesícula, y como consecuencia una operación urgente porque tenía comprometido el hígado y estaba al borde de una pancreatitis”, lamentó la mujer, quien aseguró que en esa ocasión pagaron $270 entre exámenes y medicinas.

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Agregó que el costo de la operación le saldría por $3000, por lo que hizo el trámite para operarse por el Seguro Social, por el cual cancela más de $130 mensuales.

Añadió que su hermana logró operarse una semana después de su emergencia por medio del Seguro en una clínica privada porque tiene un amigo allí, pero ¿quien no tiene palancas?, solo si tienes palanca te salvas, esa no es la solución”, lamentó la mujer.

“Ella no debió esperar una semana y peor darle un diagnóstico sin haber descartado con el examen elemental para definir si es o no vesícula- apéndice, entre otros, como se hace en una emergencia”, dijo la mujer, quien pidió una explicación al IESS sobre esta atención.

Otros afiliados denuncian que los derivan a centros sin indicarles el diagnóstico o darles algún medicamento.

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Jubilados y afiliados piden especialistas

Son más de 200 jubilados y afiliados que se reúnen en la Canchita Saludable,ubicada en la avenida 25 de Julio, a pocos pasos del hospital Teodoro Maldonado Carbo.

Allí, desde las 07:00 llegan para hacer ejercicios y terapias físicas, que según ellos no dirigen especialistas del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), pese a que ese espacio se creó como anexo para atender al grupo de jubilados y afiliados.

Hugo Mario Yánez, presidente de la asociación de jubilados la Canchita Saludable, explicó que hasta el año pasado tenían un doctor de medicina general para sus atenciones y que eso ahora está suspendido por el IESS.

Una de las afectadas por la suspensión de este servicio es una jubilada que padece secuelas de una paraplejia en la pierna izquierda, a causa de una operación en la que le extirparon un tumor del cerebro.

A ella le indicaron que por sus antecedentes médicos debe hacer con rigurosidad ejercicios y terapias físicas, a más de controles y exámenes neurológicos.

La primera recomendación médica la cumple con ayuda de un compañero afiliado que llega a la Canchita y guía a los asistentes a hacer diversos ejercicios.

Ella y otros jubilados denunciaron también que el problema es la falta de especialistas porque no pueden sacar citas para el servicio de neurología. Y en su caso, que debe tomar el medicamento levetiracetam para evitar convulsiones, lo debe comprar por su cuenta a $40 porque empezó a escasear en el IESS, denunció.

“Cada afiliado o jubilado, dependiendo de su cuadro médico, requiere de terapias, a muchos les cuesta caminar y si no hacemos ejercicios vienen más enfermedades; por eso pedimos que se retome la atención médica”, expresó otro de los jubilados de ese sitio.

Dijo que autoridades del IESS ofrecieron chequeos y adecuar el espacio para que reciban mejor atención, no obstante los servicios han disminuido y solo tienen una carpa para protegerse del sol, denunció Yánez.

Añadió que presentaron y ganaron una medida de protección en Defensoría para mejorar el espacio.

Solicitan abastecimiento de medicamentos

El problema por la falta de medicamentos lo pasan desde personas que padecen de diabetes, que necesitan insulina, hasta personas que tienen enfermedades catastróficas crónicas, como los pacientes que sufren de cáncer, VIH y los trasplantados.

En la Asociación de Pacientes de Trasplante de Riñón del hospital Teodoro Maldonado Carbo existen más de 150 integrantes de unos 300 de ese tipo. Allí más de la mitad denuncia una escasez de su medicina desde hace dos meses, uno de los fármacos es everolimus.

“Nos dicen que no hay el medicamento, que regresemos, y para nosotros es una preocupación porque nuestro antecedente médico es crítico, sufrimos un trasplante médico, solo esa ansiedad de buscar la medicina nos descompensa”, lamentó un paciente de 65 años que hace tres meses no cuenta con su medicina.

Agregó que tampoco lo pueden adquirir de forma particular, ya que los medicamentos de ese tratamiento bordean entre los $1000 y $1500 mensuales.

Otra de las afectadas comentó que también les preocupa que se les entreguen genéricos, porque podrían tener alguna repercusión.

“Lo que queremos es la continuidad de la medicina que nos ha mantenido ese tratamiento. No queremos arriesgarnos, puede haber rechazo del medicamento que implicaría regreso a diálisis”, dijo la paciente que lleva once años de haber sido operada.

Ella propuso que se los considere como pacientes en riesgo y que sean derivados a los centros médicos de la red de salud para poder adquirir la medicina y la atención.

“Ya hemos expuesto nuestra situación a José Fadul, del Teodoro Maldonado Carbo, como está nuevo en el cargo hemos dado tiempo para que nos tenga respuestas”, dijo.

A más de estos medicamentos, afiliados lamentan una presunta escasez de retrovirales para pacientes con VIH y de insulina para afectados con diabetes, entre otras medicinas que se reportan.

También se denuncia la demora en la entrega de las medicinas que son adquiridas luego de procesos en Defensoría realizados por pacientes con cáncer. (I)